Ver a De Niro junto a Joe Viterelli en una película de mafiosos, es un placer. La cosa se tuerce un poco cuando, aparece Billy Crystal (por su personaje, no por su ineterpretación). Se lleva por los caminos de la comedia con buenos resultados, aunque la mezcla de secuencias de un humor fino y diálogos prespicaces, con otro humor más comercial no llegan a maridar.

Paul Vitti (Robert De Niro) es un mafioso respetado por sus allegados y envidiado por las otras familias, como corresponde para todo buen mafioso.
La inminente reunión de todos los capos de las distintas familias para elgir al capo de todos, hace que tenga un ataque de ansiedad y tenga que recurrir a la ayuda de un psicólogo, Ben Sobol (Billy Cristal). Este está apunto de casarse, pero a partir de este momento su vida pasará a depender de las excentricidades y temores de Paul.

A Harold Ramis le gusta moverse en la comedia, ya empezó por los años 80 con la divertida "Las vacaciones de un chiflada familia americana" casi 40 años después vuelve con un comedia arriesgada por lo inusual, pero con un seguro de vida que es contar con Robert De Niro.
Joe Viterelli, aporta consistencia a la idea mafiosa que pretende el director, es alguien que ha nacido para este tipo de películas.