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España España · Sevilla
Voto de Atlantis:
7
Comedia. Musical. Romance El matrimonio formado por Steffi y Bob es el paradigma de la familia burguesa de Nueva York: son ricos, liberales y socialmente comprometidos. Steffi estuvo casada con Joe, un tipo sin suerte con las mujeres, con quien tiene una hija algo inestable. Bob tiene un hijo conservador, una hija que ha puesto en peligro su boda al enamorarse de un delincuente y otras dos hijas adolescentes que se pelean por chicos multimillonarios. Todos ellos ... [+]
24 de octubre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque sean evidentes muchos de los defectos de esta película, el propósito del director se cumple con creces y, en este caso, es un propósito de carácter más estético que argumental: homenajear el clásico musical hollywoodiense. La historia bien importa poco y eso afecta negativamente al ritmo dramático, ya que las tramas de los personajes van y vienen, aparecen y desaparecen, al antojo de un Woody Allen más interesado en resaltar lugares, personajes o temas que le interesan (Venecia, París, Groucho Marx, el cambio estacional en Manhattan...), que en construir una verdadera y sólida trama entre de relaciones entre personajes. En este aspecto sólo consigue atrapar el triángulo de amor-desamor entre Joe (Allen), Steffi (Goldie Hawn) y Bob (un muy divertido Allan Alda, como es habitual). El resto de las tribulaciones familiares son anecdóticas, aunque se permite introducir cuñas como una poco disimulada crítica al pensamiento conservador, encarnado en Scott (Lukas Haas), hijo de Bob.

Pero el gran error de esta película se encuentra, precisamente, en los números musicales, teniendo en cuenta que, dentro de una comedia musical, las secuencias cantadas deberían llevar un gran peso argumental. La mayoría de las escenas musicales no sólo no hacen avanzar la trama, sino que más bien la entorpecen, aburriendo (como el interminable baile a lo Groucho), llegando al ridículo (como el baile de los fantasmas) o símplemente por lo relamido de la canción o la puesta en escena, como toda la relación entre Skylar (Drew Barrymore) y Holden (Edward Norton). Y si la pretensión del musical no era la de avanzar la trama sino la de recrearse en las propias secuencias musicales, el conjunto tampoco resulta acertado por esas razones.

Pero no sería justo tildar a esta película de fallida o mala, ya que existen en ella elementos que denotan su calidad, empezando por el propio riesgo de tal propuesta. Poner al servicio de una comedia musical el repertorio temático de Woody Allen no es tarea fácil. La nostalgia y la dureza que suelen desprender sus películas (tanto las puramente dramáticas como las cómicas) se ven adaptadas al ilusorio e ingenuo estilo del musical clásico, con ese regusto especialmente positivo y vitalista que dejan. De esta predisposición emerge la mejor secuencia de la película, el mágico baile a orillas del Sena entre Steffi y Joe, donde el propio Allen se presta al baile y al cante, dentro de sus limitaciones pero con un entusiasmo que es de agradecer.

Pd. No siendo yo un detractor (ni un fan) de Julia Roberts, cabe comentar que su presencia es totalmente prescindible y anecdótica, no aporta nada resaltable y cualquiera podría haber hecho su papel. Lo mismo comentar, aunque su personaje es más que secundario, de una de las primeras interpretaciones de una jovencísima Natalie Portman.
Atlantis
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