Serie con un formato novedoso ya que presenta diez capítulos de unos siete minutos de duración cada uno, en los cuales un asesino (kiefer Sutherland) se acerca a la iglesia para dar confesión a un sacerdote (John Hurt)
Bien partiendo de esta premisa la serie tiene un guion que se echa a la espalda la totalidad de la propia serie dejando a los actores que hagan su trabajo y de ahí sale este producto espectacular.
Entre asesino y cura se establece un vínculo que te atrapa te hace pensar y en la cual el propio asesino busca respuestas, justificación. redención, etc., con un final perfecto.
si no has visto esta pedazo de serie estás perdiendo el tiempo, ponte a verla.
Lástima que sea tan corta, bueno corta no, lástima que no haya mas temporadas así de cortas con otros asesinos otros curas ahí lo dejo a imaginación.
nota: 8.5