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Voto de Vivoleyendo:
9
Romance. Comedia Los camaradas Iranoff, Buljanoff y Kopalski han sido enviados a París para obtener dinero para el Gobierno ruso mediante la venta de las joyas confiscadas a la gran duquesa Swana, que vive en la capital francesa. Los tres camaradas se instalan en un hotel de lujo mientras los tribunales franceses deciden quién es el verdadero propietario de las joyas. El Gobierno ruso envía a Nina 'Ninotchka' Ivanovna Yakushova a arreglar las cosas. (FILMAFFINITY) [+]
27 de mayo de 2008
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ernst Lubitsch no fue demasiado sutil al dirigir este cómico y romántico ataque contra el comunismo que imperaba en la Unión Soviética.
Como siempre ha sucedido y continuará sucediendo, las grandes potencias mundiales compiten y rivalizan entre sí para mostrar quiénes son los más fuertes o quiénes llevan la razón. No es ningún secreto que los Estados Unidos y la URSS rivalizaron prácticamente durante todo el siglo XX, confrontando encarnizadamente sus radicalmente opuestas concepciones de la civilización. Estados Unidos pregonaba el capitalismo, el libre comercio, la libertad de expresión, el individualismo y el hedonismo como estilos de vida; mientras que la URSS preconizaba el comunismo, la economía interna basada en la subsistencia, la obediencia a los ideales del Partido, el socialismo y la austeridad.
Lubitsch realizó esta dulce y acaramelada sátira en la que expone sin recato y de un modo intencionadamente simplista y tópico su postura anticomunista. Opone la rigidez espartana soviética, representada en Ninotchka cuando ésta acaba de llegar a París, al hedonismo de la sociedad capitalista cuyo máximo exponente es el atractivo y seductor León.
El punto de partida ya arranca sonrisas cuando aparecen los tres enviados rusos a Francia, ingenuos y bonachones, para resolver el asunto de las joyas que el gobierno soviético confiscó a una antigua gran duquesa, quien emigró de Rusia, y venderlas con el objetivo de obtener fondos para la nación. Pero la duquesa presenta un pleito ante los tribunales porque sigue considerando dichas joyas de su propiedad.
Los tres enviados se dejan seducir inmediatamente por el encanto y el glamour parisinos, y pronto comienzan a olvidar su propósito y a embarcarse de lleno en días de ocio y disfrute, sobre todo cuando simpatizan con León, el protector de la duquesa. Ante tales irregularidades, el gobierno ruso envía a una eficiente camarada, Ninotchka, para que resuelva la situación. Su rigidez y seriedad inmediatamente encuentran escandaloso el derroche de la ciudad del amor y de las luces... Hasta que por casualidad se topa con León, y muy pronto empezará a olvidar el inflexible objetivo que la condujo a París y a abrirse al romanticismo que nunca había experimentado...
Mordaz comedia romántica con agudos toques de crítica suavizada por la ternura de la historia de amor, y sazonada con excelentes diálogos que con frecuencia despiertan la risa y que suponen un simpático deleite. Sus pretensiones quedan bien a la vista. Lubitsch nos dice claramente: "Dejémonos de monsergas. Basta ya de caras largas, de seriedad, de tantas preocupaciones, de tantas amarguras que nosotros mismos provocamos con nuestras tonterías. Todo, todo se hace polvo, no hay ideología que valga un pimiento cuando surge la llama del amor. Cuando se nos pone por delante la posibilidad de saborear el placer por el placer, ¿quién puede resistirse?"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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