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Voto de Vivoleyendo:
5
Western Personajes muy variopintos emprenden un largo, duro y peligroso viaje en diligencia. Entre ellos, un fuera de la ley en busca de venganza, una prostituta a la que han echado del pueblo, un jugador, un médico, la mujer embarazada de un militar, un sheriff. Las relaciones entre ellos serán difíciles y tensas. Además, durante el viaje, tendrán que afrontar el ataque de una partida de indios apaches. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2014
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
...que hubiera sido una edad más adecuada para verla, aunque no sé yo si entretendría lo suficiente a una niña. Porque lo que es a esta adulta la ha entretenido bien poco. No estoy muy segura de que me hubiera interesado demasiado por aquel entonces. Pero lo que es ahora, pues ni fu ni fa, un cinco y va que se mata.
Me he decidido a ver este clásico del western (que después de tanto laurel una se lo imaginaba en el Olimpo) por eso, por ser un clásico del western y se tiene el gusanillo de que siempre que se pueda no hay que dejar pasar los clásicos. Bah, éste lo podía haber omitido, que no me habría perdido nada.
Llevo pocas películas de John Ford, un par de ellas excelentes y otro par de ellas deleznables. Con sólo cuatro o cinco películas no me puedo declarar experta en el cine de este director tan ensalzado, pero, y será que tengo un mal gusto irremediable, me parece tan irregular como Hitchcock. Que los expertos en estos iconos cinematográficos digan todo lo que quieran y expongan todos sus conocimientos, que yo, lo mire por donde lo mire, no puedo pretender que esos figurones del celuloide me encandilen como si estuviera siendo tocada por la divinidad. Bruta que es una, qué le voy a hacer. Mi burdo paladar no se ha hecho para estas exquisiteces.
En resumen, me resulta infantiloide para los adultos y aburrida para cualquier edad. Qué viaje más cansino, madre del amor hermoso.
-Al cochero daban ganas de ponerle una mordaza muy gorda (arquetipo del tonto del pueblo).
-El sheriff muy justo y tenaz (arquetipo del agente de la ley recto, que aprendan de él unos cuantos de hoy día).
-El médico alcohólico y sarcástico, que atiende mejor a los pacientes borracho que sobrio, y si no, al menos siempre tiene un chascarrillo bajo la lengua (arquetipo del cínico profesional con estelares momentos de lucidez).
-La gran dama intachable que sin embargo es una maleducada por tratar con desprecio a una persona simplemente porque no ha nacido con un pan bajo el brazo (arquetipo de la rancia flor y nata que se piensa que su propia mierda no huele).
-El forajido sureño que se las pela por la estirada dama. Le encantan las señoronas con cara de palo (arquetipo del galán que busca damisela en apuros para sentirse más hombre, pero sólo si la damisela es de condición respetable, a las demás que las parta un rayo, sí señor, todo un hombre).
-La prostituta marginada, prejuzgada y ninguneada (arquetipo de la mujer de clase baja que tiene que expiar sus humildes orígenes y sus terribles pecados carnales humillándose, siendo lastimosamente obsequiosa y soñando con casarse con el primero que se lo pida).
-El banquero quejica (arquetipo del ultraconservador capitalista que sólo piensa en su propio beneficio).
-El comerciante itinerante de bebidas alcohólicas (arquetipo del hombre prudente, amable y poquita cosa, para nada el sueño romántico de las chicas).
-El forajido vengativo que en el fondo no es malo, es que el mundo lo ha hecho así (John Wayne, arquetipo en sí mismo).
-Los indios (arquetipo de los salvajes que hay que ver el por culo que dan simplemente porque les sale de los huevos, y lo malvados y torpes que son, si es que los inocentes y superiores blancos han hecho requetebién en echarlos de las tierras en las que sus tribus han vivido durante siglos o milenios).
Muy simplona, ni divertida, ni dramática, aventuras enlatadas, romance apolillado. La guinda la pone el cochero más cargante de la historia del cine. Difícil de creer que el nota haya sido conductor de diligencias durante diez años, porque asombra que ningún pasajero o acompañante haya sentido la tentación de cerrarle el pico definitivamente.
Y eso que en el Oeste la gente era de gatillo fácil y te podían despachar al otro barrio por estornudar.
Pero los indios eran los salvajes, por descontado.
Vivoleyendo
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