El planteamiento es interesante: una trama futurista que toma como base el calentamiento global y la fusión de los hielos polares, lo cual provoca la desaparición de los continentes bajo los océanos. Pero es una lástima que se quedara en el plano de lo modesto al ser llevado a la pantalla.
La historia podía haber dado mucho más de sí, si no fuera por la mediocridad de la mayoría de los personajes y de las situaciones que aparecen. En definitiva, no es mejor que cualquier peliculilla de acción de ésas que salen a euro el kilo y que ponen en televisión cualquier tarde de sábado o domingo y que uno ve cuando no tiene previsto hacer otra cosa.
Bueno, como película de acción y aventuras no está mal, es resultona, entretiene y divierte. Kevin Costner y Jeanne Tripplehorn son los dos actores más decentes que salen, los únicos que mantienen el tipo. Dennis Hopper lamentable, en un papel pasado de tuerca y que parece sacado de una mala historieta de moteros-piratas cutres. Un papel sobreactuado y bastante ridículo, es un "malo" risible (y si no, fíjense en lo del ojo de cristal. Sin comentarios).
Pero como he dicho, no todo es tan malo. El ambiente degradado de las plataformas flotantes está muy bien conseguido, y las escenas de acción son bastantes espectaculares. A menudo muy absurdas, pero por lo menos no aburren.
Parece ser que una sucesión de despropósitos y mala suerte acompañó a todo el proceso de rodaje y puso a Kevin al borde del colapso (decorados que se hundieron en el mar, el presupuesto que se disparó hasta cifras astronómicas ante tantas calamidades, la mujer de Costner que le pidió el divorcio...). Me imagino que, después de esta fallida incursión como productor, el pobre tendría pesadillas durante mucho tiempo y supongo que ya no querría ver ni en pintura este penoso resultado de sus quebraderos de cabeza.
Demasiado cara para lo que es.