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Voto de Vivoleyendo:
5
Drama. Romance Provenza, 1962. Con la guerra de Independencia de Argelia como telón de fondo, la trama se basa en las relaciones de un grupo de estudiantes de un internado. François (Gaël Morel), un chico de dieciocho años, descubre que es gay y que está enamorado de Serge (Stephane Rideau), su compañero de cuarto. Éste al principio parece corresponderle, y una noche se acuestan juntos. Pero, a continuación, Serge no quiere saber nada de François y se ... [+]
22 de julio de 2010
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dudaba entre el 5 y el 6, pero he decidido que lo más justo sería ponerle 5. Los problemas de los cuatro chavales no me atrapan. No me caen demasiado bien, no me implico ni me identifico con ninguno, no siento empatía y, como me sucede a veces, me quedo fuera del drama. Será cuestión de falta de compatibilidad personal con el estilo, con el clima emocional, con las actuaciones o con el tono mal conseguido o algo superficial (siempre hablo desde mi apreciación, ojo) de traumas adolescentes. François y su homosexualidad recién manifestada, Serge con la muerte de su hermano mayor y sus dudas sobre dejar los estudios y quedarse en la granja familiar, Maité y su ascetismo, y Henri y su mala baba de cartón piedra. Cuatro historias entrecruzadas que conmigo no poseen el don de la plena credibilidad. Si sigo viendo a varios jóvenes actuando, en lugar de ver a sus personajes como si fueran reales, malo. Y no sé por qué me pasa, pero me pasa.
A lo mejor se debe a cierto empeño machacón por mostrar por pantalones que estaban en el 62. Las canciones típicas, el guateque, los politiqueos y el conflicto con Argelia. Me parece que por haber querido meter todo eso con esos cuatro protagonistas que me atraen tan poco, se me falsea todo. No sé, en otras películas no me molesta que metan lo típico de la época. Aunque aquí no se trata ni siquiera de que me moleste, es más bien una ligera indiferencia hacia lo que me presentan.
En fin, que la metáfora de los juncos y la naturaleza seguro que está muy bien. A lo mejor yo también fui eso, un junco, cuando era una chavalilla. No estoy segura. Como tampoco estoy muy segura de haber cambiado gran cosa desde entonces. Si yo era un junco salvaje, a saber qué seré ahora. Imagino que el mismo junco, pero con más años y más recuerdos.
Lo que sé es que yo no era comunista, ni fascista, ni nada que acabara en –ista. La política me la traía al pairo, y me sigue ocurriendo igual. Claro, cierto que en mi juventud aquí no teníamos ya ninguna colonia que pedía mayoritariamente su independencia, como era el caso de Francia con Argelia. Si la hubiéramos tenido, tal vez yo habría pasado menos de la política, a saber. Tampoco me dio por el ascetismo, ni por todo lo contrario. Eso sí, no tenía muy claro qué estudiaría al acabar el Bachillerato, una duda muy común.
Y lo dicho. Que esta película conmigo peca de falta de interés.
Vivoleyendo
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