Este slasher posee dos méritos para llegar al aprobado:

Primero, que en su época de lanzamiento el mercado no estaba atiborrado de filmes similares. Por ende, una cinta de estas características en aquella época, era mucho más llamativa de lo que resultaría ahora.
El segundo, es que su efectista y resultona confección narrativa nos depara algunos giros sorpresas (quizás un tanto previsibles vistos hoy día) que hacen que el derramamiento de sangre no sea gratuito, sino que el mismo esté fundamentado en algunas situaciones siniestras que constituyen la clave del conflicto narrativo.

La historia nos presenta a un grupo de siete colegialas, las cuales por estar molestas con su casera deciden jugarle una broma pesada. El destino querrá que la situación se desmadre hasta provocar una tragedia, la cual sólo será el principio de una carnicería donde las jóvenes y cualquiera que ande cerca del lugar probarán el filo de un arma muy particular: el bastón de la administradora.


El desarrollo de las situaciones es lineal y no se sale de los moldes que dan vida al slasher, donde un asesino serial de identidad desconocida sale a exterminar con vehemencia a todas las involucradas directa o indirectamente con un secreto del pasado. Pero esa simpleza que la cinta posee en el relato está intercalada con varias vueltas de tuerca narrativas que hacen que el slasher gane en magnetismo y genere intriga en el espectador. De esta manera, hay además de asesinatos sanguinarios una buena dosis de intriga, lo cual logra que el filme tenga más consistencia y peso en el despliegue narrativo de los hechos.

Palabras claves: slasher, adolescentes, graduación, residencia para colegialas, psicópata, asesino serial.