Lo primero que hay que aplaudir de esta original obra es su estilo de realización. Unos planos secuencia crudos y arriesgados, con los que ningún director americano se atrevería pero que aquí ya se han dado otras veces como en REC. Realmente da la impresión de ser una grabación "casera" (en el buen sentido, como si hubiera un cámara ahí dentro y pasara desapercibido), con lo cual detrás hay un trabajo increíble de escenificación, actuación y demás, todo al milímetro.

También es relevante el uso de la pantalla dividida, especialmente el último que se hace, cuando la pantalla se acaba "fundiendo" en una sola cuando se reencuentran padre e hija. Apuesto a que es el resultado de innumerables ensayos y planificaciones técnicas.

Por lo demás, los que ya la habéis visto lo sabéis: una situación tan desafortunada como un secuestro tratada de forma áspera y realista, con lo que consiguen hacernos sufrir durante todo el metraje, sirviéndose de recursos tan frescos como la escena en la que el padre ahuyenta a la chica que está sacando dinero del cajero (lo típico en una película americana sería que la chica colaborara y, además, con toda la discreción).

Recomendada para ser vista, sufrida y, al final, analizarla. Merece la pena.