La historia no se respetó. En este caso The Thing utiliza la sangre, sí, pero al final se sirve de las plantas para poder procrear más seres de otro mundo que nos invadan. Unos treinta años después, creo que en 1982, el fabuloso John Carpenter recibiría la idea de hacer un remake de esta versión. Carpenter decidió que no, que si lo hacía sería como él quisiese. Respetando el relato de Campbell -que escribe que The Thing puede imitar no solo animales como un perro, sino también a los humanos- Carpenter logró una versión mucho más paranoica que hacia que todos los investigadores terminasen desconfiando unos de otros. La de Carpenter es una de las mejores adaptaciones que se ha hecho de otra película anterior -a la que no quiero llamar remake- y que también se convirtió de culto, aunque le llevó más tiempo que a la original.
Por lo demás, esta que nos ocupa tiene detalles que me resultaron curiosos -por no llamarlos de otra manera-, como, por ejemplo, que el periodista vaya en traje...¡oye, qué te vas a la Antártida! o Sheridan con traje de falda ¡con el frío que tenía que hacer!. A ver, que son los 50, pero la mujer que es científica lleva unos pantalones...me parecen poco creíbles esos detalles, aunque no me he puesto a investigar el atuendo que llevaban en la época por esos lares.
La escena de las cargas térmicas y su..<<no va a pasar nada, solo que el bloque se va a calentar y ya está>> es brutal, para morir de risa, de hecho no faltan las bromas de algún compañero después de la explosión. Pero tampoco se queda atrás la escena en la que uno de ellos pone la manta eléctrica caliente encima del bloque de hielo....oléee, ¡así se derrite rápido!. Supongo que tanto el ejército como los científicos, estaban tan nerviosos con su hallazgo que no pensaron mucho en lo que hacían...
Bromas a parte, el guion hace un <<guiño>> a la supuesta falta de pruebas con respecto a la vida extraterrestre y cuando por fin las encuentran, ellos mismos las destruyen de manera estúpida.
Obra que ha envejecido bien, con un buen reparto a nivel actoral y con un guion divertido que termina con advertencia de que no dejemos de mirar al cielo, porque llegarán más formas de vida para colonizarnos.