Interesante documental el aportado por Kristopher Belman, quien se remonta a los días en los que Lebron James no era una estrella en el firmamento de la NBA, pero sí un chico criado por una madre en solitario, que pensaba que haría algo grande, no tenía claro si inventaría algo o batiría alguna marca deportiva, pero, algo grande iba a hacer.

Esa clase de sobre-compensación es muy típica de muchas jóvenes estrellas, que, especialmente en el colectivo afro-americano, han tenido que prosperar en entornos urbanos poco positivos para una evolución educativa correcta. A raíz de la experiencia de James y sus cuatro "fantásticos" compañeros, vemos cómo a través del baloncesto crean un vínculo muy especial que aún permanece con ellos.

Dicho así, puede parecer una pastelosa historia de ciencia ficción y Disney, pero está narrada con buen pulso y el salto a la fama del modesto instituto nos pilla bien prevenidos, sorprendiéndonos por este American way of life. Como atinadamente señala "El Nota", también vemos la hipocresía del circo cuando se imputa a James porque su madre compra un Hammer.

La marca de distinción que más me agrada de este documental es la figura del entrenador, generalmente un poco edulcoradas, la biografía de este personaje está presentada con sus luces y sombras, haciéndolo muy cercano. Especialmente da que pensar cuando él se pregunta si él, familiares y amigos del centro no exigieron demasiado a aquellos chavales, robándoles una parte de su juventud que no podían devolverles. Da que pensar y muestra hasta qué grado de empatía llegó a tener con aquellos chavales.

Eso y la broma final a costa de "King James", hace More than a game una experiencia muy entretenida para los amantes del basket en high school.