Recientemente fui al cine a ver la nueva película de Woody Allen y quedé muy satisfecha. La que me parecía una elección arriesgada debido al desencanto que me llevé con su anterior obra “Magia a la luz de la luna”, resultó ser una grata sorpresa. Una película entretenida, divertida, inteligente y con un punto de suspense.

La trama gira en torno al enamoramiento producido entre Abe Lucas, un profesor de universidad que se encuentra inmerso en una depresión y Jill, una de sus jóvenes estudiantes. No obstante y pese a que en primera instancia podría parecer un claro encasillamiento en el género romántico, la manera en la que Abe supera su crisis aporta un tono desquiciado e irónico que aumenta a medida que avanza la historia. El director vuelve al estilo de algunas de sus grandes joyas como “Match point” o “Misterioso asesinato en Manhattan”. Esta vez, Allen tambien ha conseguido cautivarme con sus diálogos, caracterizados por esta visión pesimista de Abe que además como profesor de antropología aporta una visión interesante del ser humano y sus sentimientos en contraposición con las ganas de vivir de Jill, dispuesta a probar y saborear cada pedazo de la vida.

En este caso, la elección de los actores también resulta muy acertada. El director repite con Emma Stone y apuesta por Joaquín Fenix que a mi parecer le pone la guinda a la película con su gran interpretación.

¿Mi conclusión?

Recomendable para todos aquellos que busquen pasar un buen rato y disfrutar del cine de Woody Allen tal y como siempre lo hemos conocido, original, divertido e inteligente.

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