Alocada, disparatada, absurda, extravagante, delirante, surrealista cinta dirigida por Terry Gilliam con un magnífico humor negro y un guión muy original. Un film curioso que combina perfectamente ciencia ficción, comedia, futurismo, cine negro y fantasía, con unos maravillosos escenarios oníricos. Una visión surrealista de la modernidad, en la que el fascismo, la burocracia y el estado totalitario dominan al ser humano.

Inolvidable el tema de Ary Barroso Aquarela do Brasil, conducido espléndidamente por Michael Kamen, quien compone una banda sonora en perfecta sincronía con la cinta. También hay que destacar los agradables cameos de Robert De Niro y de Bob Hoskins, la carismática caracterización del patético personaje de Jonathan Pryce, la colorida fotografía de Roger Pratt y la brillante y lúdica imaginaria visual de Gilliam. Sin duda Brazil es una maravillosa obra de culto, cuya narración tiene los típicos excesos del director.