El debut como realizador de la figura que supone Michael Bay, un tipo cuyas películas se caracterizan por la parafernalia más carnavalesca, las explosiones más estridentes y el montaje más epiléptico.

Ésta “Bad Boys” supone una obra modesta comparada con las más recientes películas del señor; se mide bastante en espectacularidad (lo que no quiere decir que tenga buenas escenas de acción) y se enfoca bastante a la historia (hiper-tópica y trillada por otra parte). El peso de la trama recae en Will Smith y Martin Lawrence que no se cansan de soltar paridas e insultos para aportarle un toque cómico no tan bien logrado. En un segundo plano queda la credibilidad de sus interpretaciones junto a la de Tea Leoni, más florero que personaje.

En sí es una cinta típica de los 90, nada especial o imperdible pero interesante de ver para conocer las mejores épocas de Bay (antes de que se vuelva un patriotero adicto al tiempo bala y a la improvisación en el montaje). Se deja ver.