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España España · Madrid
Voto de Servadac:
7
Drama En un diario grabado en video, Alain Cavalier registra los movimientos de su imaginación y las pequeñas cosas de la vida diaria. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2011
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alain Cavalier perdió a su esposa en un accidente de coche, pocos días antes de empezar a rodar una película con ella. Casi cuarenta años después, con la voz y el alma templadas por el tiempo, realiza Irène.

Irène está rodada en primera persona por el propio director. Cámara en mano, planos radicalmente subjetivos –el ojo de Cavalier siempre en el visor, su boca siempre cerca del micrófono.

La gramática de la película es sencilla: primeros planos incisivos, que persiguen capturar la materia en sus detalles; lectura de fragmentos del diario redactado por el director en los años previos al accidente. La búsqueda obsesiva de Irène en los objetos, bultos y lugares compartidos.

Irène, según confiesa Cavalier, es íntima materia fílmica. Materia fílmica en busca de una forma. Una forma que encajaría bien en los presupuestos de la filosofía zen: fijar la atención en la ausencia o el vacío.

Sin guión ni cargas económicas, Alain se embarca en una suerte de exorcismo personal. Su voz invita, seduce y envuelve. El tono es el de las confidencias susurradas al oído.

La cinta, en cierto modo, está condenada a ser irregular –un peaje razonable dada su falta de arquitectura. Contiene instantes de gran intensidad, como cuando Cavalier rememora la partida de Irène en la habitación misma en la que se separaron –sin sospechar que, debido al accidente, la separación sería irrevocable. El diálogo sordo con la fotografía de Sophie Marceau resulta encantador. Por otra parte, sentimos una cierta tendencia al solipsismo. Habrá quien diga que hay algo de impudor en la película. Habrá quien considere que es sólo introspección. Yo me quedo con la imagen en penumbra de unas escaleras vistas desde arriba.

La película podría ser un retrato de la musa en tercera persona (Ella), o un retrato del pintor y la modelo en primera persona del plural (Nosotros) pero, en mi opinión, es en realidad un excelente autorretrato (Yo). Un autorretrato con ausencia en el que Irène son las mil formas de un recuerdo, un no personaje que le sirve a Cavalier para adentrarse en el conocimiento de sí mismo.

===

Vi la película en la Filmoteca de Madrid. La sesión contó con la presencia del propio Cavalier. Le pregunté en qué medida cabe la ficción al trabajar con un material tan íntimo, tan personal. Declaró que no había ficción en esta cinta… o, al menos, no más ficción que la que implica condensar los años de una vida de pareja en una película de ochenta y tres minutos.

Me acompañaron mis queridos Teresa, GVD y Macarrones. El cine en grupo sabe bien.
Servadac
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