Leyendo algunas críticas sobre El espíritu de la colmena, la mayoría muy positivas, coincido con muchas al advertir que la película es innovadora y poética. Que es sustento de muchos filmes europeos actuales. Que la interpretación de Ana Torrent es colosal. Que el lenguaje y la fotografía son de gran belleza. Sin embargo, tuve que acostarme antes de terminar de verla, y tuve que hacer un esfuerzo para terminarla al día siguiente.

Erice consigue muchas cosas, pero desde luego no que la narración sea amena. Demasiadas miradas, demasiados viajes al mismo sitio, pocas anécdotas. No termina de explicar bien lo que ocurre entre algunos personajes. A la película le falta algo. Efectivamente, no ves que hayan pasado casi cuatro décadas desde su estreno, sigue siendo actual. De hecho, no quería hablar mal de la obra, que tiene muchos aspectos positivos. Pero me aburrió, mucho.