Podría haber sido una parodia de aquella telepelícula que protagonizó John Travolta, pero aunque esta cinta resulta ser tan tontorrona y previsible como se espera, también resulta (sorprendentemente) menos vulgar. Jimmy (Jake Gyllenhaal) nace sin defensas, por ello debe permanecer recluido en una burbuja de plástico. Su único contacto con el exterior es a través de su ventana y de sus padres, quienes se encargan de su educación, especialmente su ultracatólica y protectora madre (Swoosie Kurtz). Todo cambia el día que se muda a la casa contigua una hermosa joven, Chloe (Marley Shelton), quien hará amistad con Jimmy.

Realizada para el lucimiento de un emergente Gyllenhaal, y cuyo mayor aliciente radica precisamente en la interpretación del actor, el cual encarna con facilidad la inocencia y dulzura de Jimmy (atención a su expresión al conocer a Chloe y los efectos secundarios de ello). El resto de actores simplemente deambulan por pantalla con mayor o menor fortuna, ya que el guionista tampoco se esforzó en dotarlos de mucho margen de maniobra.

La primera parte de la película se desarrolla como la típica comedia romántica en la que el chico quiere pero no puede conseguir a la chica, mientras que la segunda es una película de carretera con el protagonista en busca de su amor, más o menos algo como lo ya visto en Viaje de pirados (Road Trip) o Eurotrip, salvando las distancias. Dicha segunda parte es la más puramente esperpéntica, apareciendo por pantalla una secta, un circo de freaks o un grupo de moteros enfurecidos… hasta desembocar en un previsible final.