Haz click aquí para copiar la URL
Voto de yesterday:
10
Intriga Un sacerdote escucha la confesión de un criminal. Cuando las circunstancias implican al cura, y las sospechas de la policía recaen sobre él, entonces tendrá que afrontar una espinosa situación: no puede contar lo que sabe; tiene, pues, que encubrir al culpable porque está obligado a respetar el secreto de confesión. (FILMAFFINITY)
6 de junio de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un terrible secreto de confesión es el motor de esta obra maestra (injustamente olvidada) dirigida por Alfred Hitchcock. Un asesinato llega a oídos de un cura, interpretado por Montgomery Clift, que se niega a revelar el terrible crimen aunque su vida esté en juego. Y es que la trama se enreda de tal manera que el pobre cura se convierte en el principal sospechoso. El guión funciona como un reloj, de manera que la tensión va ‘in crescendo’ hasta un final que tiene al espectador con el corazón en un puño.

Hitchcock da un giro a las habituales historias de asesinatos. Desde el primer momento sabemos quién ha cometido el crimen, con lo que asistimos con impotencia a como todos los indicios de la investigación policial señalan irremisiblemente a un inocente. Una vuelta de tuerca a un tema recurrente en el cine del maestro del suspense, el falso culpable. A esto se le añade una historia de amor perfectamente resumida en un emocionante flashback. La chica en cuestión es Anne Baxter (la terrible Eva de 'Eva al desnudo') que narra su idilio con el ahora cura durante un interrogatorio llevado con mano maestra por uno de los mejores secundarios del ‘Hollywood dorado’, Karl Malden. Una mención especial merece el malo de la función (O.E. Hasse) que se convierte en alguien odioso a medida que avanza el metraje.

Montgomery Clift está sublime. Sorprende su contención y sobriedad en un actor de ‘método’ como él. Pocos gestos delatan la carcoma interior del personaje, con lo que son los ojos del gran ‘Monty’ los encargados de transmitir su sufrimiento. La historia personal de este actor quizás sea una de las más tristes de Hollywood. Considerado uno de los mejores intérpretes de su generación, junto a otros alumnos del 'Actor´s Studio' como Marlon Brando o James Dean, siempre fue un ser desgraciado. Alcanzó un enorme éxito hasta que un accidente de coche le desfiguró la cara, sumergiéndole en una espiral de autodestrucción. A esto se le sumaron los rumores sobre su condición sexual, lo que acabó repercutiendo en su salud mental y física. El 23 de julio de 1966 fallecía a la edad de 45 años uno de los mejores actores de la historia del cine.

‘Yo confieso’ también puede interpretarse como una crítica a ciertos dogmas cristianos como la castidad, el secreto de confesión o la culpa. Las convicciones del cura son inamovibles y ni siquiera el hecho de poner su vida en peligro conseguirá que las traicione, lo que hasta cierto punto resulta una actitud poco razonable. Hitchcock sitúa la historia en Quebec, quizás para otorgarle mayor credibilidad, ya que la ciudad canadiense es de mayoría católica. Vista en la actualidad puede resultar un poco ingenua; la historia de un cura dispuesto a sacrificarse por permanecer fiel a un secreto de confesión suena extraña a estas alturas. Pero si salvamos ese pequeño obstáculo, nos adentraremos en una intriga apasionante que se reivindica como una de las mejores películas (y eso es mucho decir) del genial Alfred Hitchcock.
yesterday
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow