Que "El doctor Frankenstein" (1931) y "La novia de Frankenstein" (1935) fueron dos títulos de gran influencia en el cine fantástico y de terror es algo que nadie pone en duda. Han sido revisitados a lo largo de la historia del cine por un sinfín de cintas que les han hecho justicia o todo lo contrario. "La prometida" estaría en un término medio, pero inclinado más hacia el despropósito que a la obra maestra.

El filme de Roddam es una versión bastante libre de los personajes y, sobre todo, del texto de Mary Shelley: El monstruo de Frankenstein (Anthony Higgins) necesita una compañera, por lo que su creador (Sting) le hace una mujer (Jennifer Beals), pero decide quedarse con ella y el monstruo se siente traicionado, por lo que se escapa. Por el camino encontrará un enano que trabaja en un circo que, de una forma insospechada, será su verdadero mentor en su triste vida.

La historia no presenta apenas sorpresas y el relato decae en cierto patetismo cuando se centra en los personajes. El monstruo es demasiado bobalicón, la novia tiene la expresividad de un sapo de charca, y el señor Sting intenta en un quiero y no puedo mantener el escaso nivel interpretativo. Sólo parece salvarse el enano, quizás consciente de su papel secundario y crecido por ello.

Su estética de cuento macabro y su desarrollo no apto para todos los públicos hacen del filme de Roddam un título curioso, pero muy escaso. Para verla con aviso.