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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Acción. Ciencia ficción. Drama Ong Bak es una estatua legendaria de Buda que se halla en el templo de Nong Para-du, en la Tailandia rural. Los aldeanos creen que los poderes mágicos de Ong Bak les protegen de todo mal. Un despiadado gánster roba la cabeza del buda dejando al pueblo totalmente desprotegido. Sus habitantes buscarán a un guerrero para recuperar el buda y enfrentarse a la banda de gánsters, encontrando a Ting, un huérfano criado en el templo, y alumno de ... [+]
26 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de artes marciales que proliferaba en los setenta-ochenta tuvo sus excelsos seguidores como cada moda pasajera. Para occidentalizar de alguna manera aquellas películas asiáticas que pondrían de moda el “kung-fu fighting”, llegaron los David Dudikoffs y Jean-Claude Van Dammes en ese sempiterno intento de americanizar todo lo asiático.

Pero lo puro y original siempre será puro y original, y ha tenido que ser un director tailandés el que haga resurgir el alma de aquellas películas de mamporros elegantes con esta estupenda “Ong Bak”. Prachya Pinkaew, devorador de películas de artes marciales en su juventud, tenía ganas de hacer una con el hándicap de estrenar algo tan obsoleto en el exigente cine comercial moderno. El resultado no podía haber sido más satisfactorio, ya que “Ong Bak” recoge no sólo el espíritu de aquellas películas sino que lo reinventa de cierta forma, ofreciendo un auténtico espectáculo de artes marciales con una capa de pintura de nueva era.

Sin duda, la verdadera estrella de la película es Tony Jaa, un experto luchador Muai-Thai capaz de realizar las más increíbles acrobacias y con un estilo de lucha portentoso. Él solito lleva todo el peso de la película sin inmutarse, con tanta facilidad como cuando vence a sus rivales de las más variopintas patadas, codazos y puñetazos, a cual más bestia y a la vez elegante. En un filme sin apenas guion, sin buenas actuaciones y con una dirección poco más que correcta, Tony Jaa se hace dueño y señor de todo el metraje con apenas dos o tres frases y dejando a los espectadores boquiabiertos. Aunque parezca mentira, absolutamente nada de lo que vemos hacer a semejante artista es fruto de efectos especiales, arneses o dobles. Todo es tan auténtico como él.

El aspecto visual del filme se alimenta de unos acertados tonos ocres que ensalzan de alguna manera todo el aire épico-marcial de la cinta, enriqueciendo muchos de sus momentos memorables tales como la persecución de los matones por los barrios de Bangkok, la persecución con las tuk-tuks, o las peleas finales ante una monumental cabeza de un Ong Bak gigante.

El éxito de la cinta llevaría a realizar dos secuelas más, con Tony Jaa también como protagonista (y en labores de dirección en la tercera), de las que no puedo opinar todavía. De momento, me quedo con el espectáculo visual que ofrece esta obra del debutante Pinkaew que le valió un merecido premio en el Festival de Sitges de 2003. Recomendable.
Richy
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