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Comedia. Fantástico
Brendan Fraser es un joven torpe y bondadoso, con poco éxito en la vida, que vende su alma al diablo (una explosiva Elizabeth Hurley) a cambio de unos deseos que no se ven del todo cumplidos. (FILMAFFINITY)
20 de mayo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida y muy divertida cinta de Harold Ramis, responsable de la inolvidable “Atrapado en el tiempo” (1993) y de la conocida “Una terapia peligrosa” (1999).
Ramis adapta la película de Stanley Donen de 1967 y sustituye a Peter Cook por Brendan Fraser, un informático bobalicón y torpe con dificultades para hacer amigos y con un fuerte complejo de inferioridad. Cuando se enamora de la chica de turno, el diablo aprovecha su debilidad y se le aparece con el rostro (y el cuerpo) de Elizabeth Hurley, quien lo convence para que le venda su alma a cambio de siete deseos. Pero la “diabla” es muy pillina y se las ingenia para que los deseos no salgan del todo como él espera.
La película cuenta como principal atractivo (aparte de la Hurley) el ver a Brendan Fraser actuar (y sobreacturar) en un gran número de pequeños roles, correspondientes a cada uno de sus deseos: desde un cacique de la droga colombiano hasta un gigantesco jugador de baloncesto. Si a alguien le cabe alguna duda de la versatilidad de este actor, puede aclarársela con esta película y sin olvidarse del correctísimo papel de aventurero en la trilogía de la Momia.
De Harold Ramis se espera justo lo que ofrece “Al diablo…”: una historia sin complejidades, sin subtramas, con una estructura clara y un ritmo acertado. Personajes planos para una trama tan sencilla como estúpida, pero altamente entretenida y adictiva, por el hecho de esperar cómo será el próximo deseo que la diablesa Hurley le concederá al sufrido Fraser.
Para pasar un buen rato.
Ramis adapta la película de Stanley Donen de 1967 y sustituye a Peter Cook por Brendan Fraser, un informático bobalicón y torpe con dificultades para hacer amigos y con un fuerte complejo de inferioridad. Cuando se enamora de la chica de turno, el diablo aprovecha su debilidad y se le aparece con el rostro (y el cuerpo) de Elizabeth Hurley, quien lo convence para que le venda su alma a cambio de siete deseos. Pero la “diabla” es muy pillina y se las ingenia para que los deseos no salgan del todo como él espera.
La película cuenta como principal atractivo (aparte de la Hurley) el ver a Brendan Fraser actuar (y sobreacturar) en un gran número de pequeños roles, correspondientes a cada uno de sus deseos: desde un cacique de la droga colombiano hasta un gigantesco jugador de baloncesto. Si a alguien le cabe alguna duda de la versatilidad de este actor, puede aclarársela con esta película y sin olvidarse del correctísimo papel de aventurero en la trilogía de la Momia.
De Harold Ramis se espera justo lo que ofrece “Al diablo…”: una historia sin complejidades, sin subtramas, con una estructura clara y un ritmo acertado. Personajes planos para una trama tan sencilla como estúpida, pero altamente entretenida y adictiva, por el hecho de esperar cómo será el próximo deseo que la diablesa Hurley le concederá al sufrido Fraser.
Para pasar un buen rato.