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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Terror Melanie, una joven rica y snob de la alta sociedad de San Francisco, conoce casualmente en una pajarería al abogado Mitch Brenner. Él, que conoce por la prensa la alocada vida de Melanie, la trata con indiferencia y se va de la tienda dejándola bastante irritada. Ella, que no está acostumbrada a que la traten así, encarga unos periquitos y se presenta en la casa de la madre de Mitch, en Bodega Bay. En cuanto llega, los pájaros, ... [+]
7 de enero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una rueda de prensa acerca de su película “Los pájaros”, Alfred Hitchcock comentó que está interpretada por pájaros y algún que otro ser humano. Este comentario tan propio de él da una idea de las aviesas intenciones del genio del suspense al rodar una película tan escalofriante como la que nos ocupa, en pleno auge de su talento y justo después de rodar otro título tan inquietante como fue “Psicosis” (1960).

“Los pájaros” es, quizás, el filme más oscuro, aterrador y personal de toda la filmografía de Hitchcock, además de ser una de las pioneras en el subgénero de amenazas animales que poblarían la pantalla durante los años siguientes: Hijas suyas son “Tiburón” (1975), “Piraña” (1978), “Orca, la ballena asesina” (1983) y otros muchos títulos parecidos que juegan con el ancestral temor humano que nos hace indefensos ante esa naturaleza tan salvaje e irracional. Este temor es utilizado magistralmente por Hitchcock con la invasión ornitológica de Bodega Bay, un pueblecito paradisíaco de San Francisco que de la noche a la mañana es atacado por innumerables aves.

En el filme se dan las constantes que aparecen en otras películas del genio: un comienzo sosegado, presentando a los personajes y desarrollando la historia de forma ágil pero sin prisas, como si nunca fuera a pasar nada, pero dejando ciertas pistas inquietantes. Por ello no es casualidad que los dos protagonistas se conozcan en una pajarería: Melanie (Tippi Hedren), una pija consentida que no acostumbra aceptar negativas de nadie, y Mitch (Rod Taylor), un abogado que entiende de pájaros, se enfrentarán a una amenaza totalmente inexplicable, aterradoramente irracional y cuyo origen apenas se molesta en razonar el director.

A pesar de los efectos especiales, notoriamente obsoletos pero aun así inquietantes, el bueno de Hitchcock no desaprovecharía la ocasión de volver a maltratar a sus actores rodeándolos de pájaros reales y haciendo que les atacasen de verdad, tal como manifestaría la misma Tippi Hedren en una ocasión (según la leyenda, Hitchcock la castigaba de esta forma por negarse a acostarse con él). El realismo que consigue impregnar así al filme hace que la tensión y el miedo se palpen, consiguiendo una atmósfera sobrecogedora.

Entre medias se desarrolla una historia de amor que no interesa mucho y ralentiza en cierta forma la narración, pero se hace necesaria. Melanie busca a Mitch y se encuentran en medio de la tragedia, lo que impulsa todavía más su relación y se aporta así un componente mucho más dramático en la media hora final, un verdadero ejercicio de terror fóbico.

“Los pájaros” se queda, sin duda, como una de las obras cumbres de Hitchcock. Imprescindible.
Richy
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