Ya iba siendo hora de que una película de terror con pretendido aire de serie "B" sea eso, una auténtica película de serie "B" de las que se toman la historia con humor. "La Plaga" es un soplo de aire fresco con olor a rancio dentro del género.

Recupera el concepto de cine de bajo presupuesto de la productora "La Troma", especializada en películas de fantasía y ciencia-ficción "por cuatro duros" donde el terror, la casquería y el humor se daban la mano para goce y disfrute de los fans más "freakys". James Gunn hace un homenaje a aquellas producciones y realiza un filme calcado en desarrollo, personajes y sentido del humor, pero con mejores efectos especiales.

Es la típica historia de serie "B", con personajes de serie "B" y con los monstruitos de serie "B" de turno, todo escenificado en un pueblecito perdido en la América profunda. La llegada de un extraño y repugnante ser venido del espacio será la excusa perfecta para que campen a sus anchas babosas gigantes, humanos mutantes y zombies que harán estragos entre la población, y les pondrán las cosas difíciles a los "siempre-guapos" actores protagonistas, Elizabeth Banks y Nathan Fillion, tan perfectos para este filme como imperfectos para cualquier otro.

A pesar de todo, ese aire "renewed" de las películas de antaño no parece del todo conseguido. Su humor es escaso, y el poco que tiene no incita ni siquiera a sonreír. Quizás se deba a que los actores no tienen gracia ninguna si exceptuamos algún punto de Michael Rooker, el Henry de "Retrato de un asesino".

En definitiva, "La Plaga" es una buena propuesta de cine fantástico pero que no llega a destacar por encima de un mero entretenimiento.