Realmente resultan chocantes los comentarios de esos espectadores que patalean y se enfadan cuando afirman que los que vamos a ver este tipo de películas ya sabemos a lo que vamos y el tipo de producto que es. Me parece muy bien eso, efectivamente, y no lo voy a discutir.
Lo que sí que me cabrea es que uno vaya a "echarse unas risas" y se encuentre con un subproducto de este calibre, insano, soez y que atenta clamorosa y sospechosamente contra la inteligencia y las neuronas de cualquier ser humano, tratándonos poco menos que de estúpidos si uno trata de bajarse al nivel del humor que aquí se desparrama sin ton ni son.
Para empezar no existe argumento alguno y aunque efectivamente me caen de puta madre los actores y la gran parte de los que hacen sus cameos y hasta comparto con ellos buena parte de su ideología definitivamente estamos ante una estafa de película a la que solo pueden apoyar los auténticos amiguetes y los ya ultraconvencidos. Y no hablemos más, solo apuntar que buenas taquillas como esta suponen más que oxígeno para el cine español, un navajazo rastrero y un flaco favor a nuestro cine.