El regalo prometido

Simplona, predecible, actuaciones pésimas, pretenciosa, hiperoportunista... pero entretenida. Es, ni más ni menos, la típica película navideña de consumo rápido para todos los públicos cuyo mensaje más importante es "no dejes las compras para última hora".

El guión es de lo más simple que te puedas echar a la cara: un padre obsesionado por su trabajo se olvida de comprarle a su hijo el regalo de Santa Claus, un muñeco de acción llamado "Turboman", y el mismo día de Nochebuena va tranquilamente a buscarlo pero se dará cuenta de que no es tan fácil, pues el dichoso "Turboman" es "el juguete más vendido de la Historia" y no queda ni uno. Toda la película se centra en la búsqueda del muñecajo y en las peripecias y situaciones cómicas en las que se ve envuelto Schwarzenegger en su búsqueda, un Arnold más expresivo que nunca (y más ridículo que nunca también, aunque ello hace que te rías de él más que con él).

La película refuerza la idea de que, hoy en día, el espíritu navideño es sinónimo de consumo masivo. Destinada como es a un público mayoritariamente joven, alimenta ese "espíritu" consumista del que los padres se ven perjudicados por los berrinches del niño que también quiere una figura de acción como el de la película.

A pesar de todos estos efectos directos que el filme produce según la edad de quien lo vea, la cinta se deja ver y es entretenida dentro de su simplicidad. Es lo menos que se le puede pedir y lo cumple bastante bien.

Llegan las épocas navideñas y con ellas esas fiebres por acudir en masa a los centros comerciales y a las jugueterias para comprar los juguetes estrella. Este año toca serlo a la 'Playstation 4'. A modo de pequeña denuncia consumísta en la épocas navideñas nos llegó en el año 1996 un simpático film en el que Howard Langston 'Arnold Schwarzenegger' volvió a adentrarse en el arriesgado mundo de la comedia con un hombre de negocios que desatiende a su familia, en especial a su pequeño 'Jake Lloyd' ( futuro Darth Vader infantíl) que anhela el juguete que todo el mundo compra y está de moda estas navidades: El Juguete 'Turboman'. 'Langston' tendrá que soportar una auténtica odisea para conseguir el juguete puesto que se agotó y tiene poco tiempo para comprarlo debído a que es la noche de Navidad y en ningún establecimiento queda ningún 'Turboman'. 'Arnold ' apoyándose en la comedia físca logrará superponerse a todas las adversidades en forma de: 1.Cartero perturbado siendo su némesis ( el actor Sinbad), 2.Un astilloso agente de policia que está siempre en el lugar equivocado en el momento justo ( Robert Conrad), 3.Un fastidioso metomentodo con las facciones del vecino pesado por antonomasia que es 'Phil Hartman' ( la voz del Flanders de 'los Simpson'). 4.Un Santa Claus mentiroso ( James Belushi) contrabandísta de juguetes con toda su 'troupe mafiosa' cargada de duendes y más 'Papá Noel' disfrazados con los que nuestro 'Arnold' tendrá que soltar algún mamporro y demás problemas que le salen al paso creando situaciones tan cómicas como alocadas ( la persecución de 'Arnie' detrás de la bolita-sorteo es muy graciosa). Para terminar con un desfile navideño en el que papá 'Langstone' demostrará a su hjo que él es su auténtico héroe sin necesidad de juguetes para ganar popularidad entre sus amigos. El 'Turboman' es papá 'Schwarzenegger'...-Es la hora Turbo!!-. 'Un padre en apuros' es un pequeño alegato con maneras de comedia familiar para demostrar que en estas fechas tan especiales que la mayoría dedica al consumísmo, debemos utilizarlas para disfrutar de la familia estando todos juntos e intentando concienciarnos de que el auténtico regalo, el 'Turboman' en forma de las ilusiones de todo niño se encuentra en el amor fraternal, en la dedicación de todos para celebrar unas fechas tan señaladas, para fomentar el cariño, la dedicación, la solidaridad y la paz en toda unidad familiar. JINGLE ALL THE WAY, ES LA HORA TURBO!! Para toda mi familia de Chinos!!
Más Info en: cristobalcine.jimdo.com

Voy a hacer un ejercicio de memoria.

El gobernador, para hacerse con el action man tan molón que quiere su hijo, se pelea con el resto de compradores del centro comercial, se reboza por los suelos, corre como un poseso, se mete en una piscina de bolas para niños, se tira por un tobogán, se da de hostias con papás noeles, se hace pasar por agente del FBI, choca con la moto de un policía, destroza su coche, corre kilómetros, rompe la puerta del despacho de una emisora de radio, es complice del estallido de una bomba, allana una casa, roba a su vecino, golpea a un reno y se disfraza del propio action man.

Pero como el gobernador tiene los cojones como pelotas de tenis es capaz de decirle al otro tío que también busca el action man: "Déjalo ya, ¿no crees que estás yendo demasiado lejos?".

Una comedia navideña donde vemos al fortachón Arnold pasándolas canutas para encontrar el juguete que quiere su hijo en Navidad a toda costa.
En esta cinta se ve perfectamente todo el materialismo que representa la Navidad pero al menos no puedes evitar sonreír viendo el tremendo agobio que siente Schwarzenneger para encontrar un simple juguete.

'Junior' no resultaría tan rentable como sus demás experiencias con Reitman, con lo que Arnold reincide en la comedia con otro conductor manejando el trineo en ternas tan orientadas a un consumo familiar como el de las comedias navideñas, ¿o veo una crítica soterrada al consumismo salvaje??
Lo último puede llevárnoslo a pensar, pero repito, a la usanza amable y familiar, el modo en que la rivalidad de toda extraña pareja a la que se considere como tal -el cómico Simbad y Schwarzenegger- andan a la gresca llevándosela a un paroxismo, no ya de humor físico -que también-, sino superheroico.
Jake Lloyd -el futuro Anakin Skywalker infantil- fue descubierto (por suerte o por desgracia para él) antes de que Hollywood lo usase un rato y se hartase de él... y viceversa.