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La tragedia de Macbeth

Drama. Intriga Nominada a tres premios Oscar, incluido el de Mejor Actor. Denzel Washington y Frances McDormand protagonizan esta adaptación, cruda y audaz, de Joel Coen. Un lord escocés es convencido por unas brujas de que se convertirá en el futuro rey de Escocia. Adaptación de "Macbeth", de William Shakespeare.
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
20 de marzo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La tragedia de Macbeth" es la primera película que realiza Joel Coen sin el aliento mañanero de su hermano Ethan cerca. Según parece era un proyecto que llevaba mucho tiempo obsesionando a Joel, pero a Ethan no le interesaba nada en absoluto, y por eso siempre acababa postergado. Pero más tarde o más pronto iba a pasar, y al final pasó. Ethan se fue a dirigir teatro, y Joel aprovechó que el Pisuerga pasaba por Valladolid para lanzarse de cabeza al proyecto, apadrinado por A24 y la multinacional de la manzanita.
Yo, en esta batalla por la custodia de los niños, he de admitir que estoy con Ethan —¿El bueno de los Coen, visto lo visto?—. Distando mucho de ser mala, "La tragedia de Macbeth" no es para mi, no soy su público. Valoro sus virtudes, o que me haya gustado más de lo que esperaba que me gustase, al igual que ya me sucediera en su momento con la "Macbeth" (2015) de Justin Kurzel, pero, más allá de eso, es un producto que no me interesa. ¿Se ha convertido por ello su visionado en un mero trámite? Lo más seguro. Si no es por su presencia —testimonial— en su temporada de premios correspondiente, hubiera postergado su visionado ad eternum.
En definitiva. Joel Coen. Déjate de experimentos y vuelve al redil, anda.
Isaac Paskual
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22 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joel Coen nos trae una lúgubre y siniestra adaptación de la clásica novela de William Shakespeare, sobre el lord escocés Macbeth, uno de los personajes más legendarios de la obra shakesperiana.
Si bien el film tiene puntos a favor como el blanco y negro que le da el tono trágico que la historia requiere, y las interpretaciones de Washington y McDormand son estupendas como siempre; la película se me torno muy densa y aburrida. Mucha de esa densidad se lo da el vosotros en el que está escrito el guion, y vuelve a los diálogos de los protagonistas insoportables.
Macbeth (Washington) es un noble lord escocés que un día es convencido por tres brujas de que se convertirá en el futuro rey de Escocia. A partir de allí su ambiciosa esposa Lady Macbeth (McDormand) hará cualquier cosa para apoyarle en sus planes de hacerse con el poder a toda costa y aunque para lograrlo haya que hacer correr un río de sangre.
fermillo
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18 de enero de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En principio, la separación de los Hermanos Coen, Joel y Ethan, en favor de la carrera en solitario del primero, no parecía un buen augurio, más aún cuando el proyecto elegido para comenzar esta nueva andadura, era llevar a Macbeth por enésima vez a la pantalla, una de las obras más celebérrimas de William Shakespeare, que ya cuenta con casi una veintena de adaptaciones.

De ente todas ellas, la rodada y protagonizada por Orson Welles en 1948, así como 'Trono de Sangre' (1957) de Akira Kurosawa, una aproximación a la historia ambientada en el Japón feudal, se manifiestan como las más celebérrimas, gracias a su profundo carácter de autor, que contemplan el expresionismo como principal baza en ambos trabajos, un enfoque que por otra parte resulta del todo ideal, dada la naturaleza de la obra.

Tocado por el aliento de ambos maestros, y por supuesto también en glorioso blanco y negro, Joel Coen explora el gusto por los escenarios minimalistas, - muy en consonancia con los del Macbeth de Welles - los cuales dibuja sobre un formato cuadrado, buscando lineas perfectamente simétricas, mientras envuelve su fondo estético bajo la sombra de un potente halo fantasmal, lo que acaba por configurar todo un triunfo, evocador e igualmente expresionista, de la puesta en escena.

Recogiendo su propio guante en el tiempo, Denzel Washington vuelve a situarse en el centro del escenario, para dar vida a un personaje de Shakespeare, tras haber sido el príncipe Don Pedro de Aragón en 'Mucho ruido y pocas nueces' (1993), de Kenneth Branagh, y bastará con decir que su esfuerzo para no interpretarse a si mismo, como suele hacer habitualmente, borra cualquier debate sobre la integración racial de ciertos personajes, tan de moda en estos tiempos.

Acompaña en el protagonismo Frances McDormand, impecable como Lady Macbeth, conocida en otro tiempo como esposa del realizador, y de la que a estas alturas, habría más bien que decir que Joel Coen es su marido, ya que hablamos de compensar, añadir que a ella pertenece, en el tramo final de la cinta, uno de los gritos más escalofriantes que recuerde el cine moderno. Completan el reparto actores competentes como Brendan Gleeson, y la sorpresa de puro e inquietante contorsionismo de Kathryn Hunter, dando vida a las tres hermanas fatídicas.

Esgrimiendo en su introducción, lo que para algunos puede resultar una composición narrativa algo confusa, sobre todo para aquellos que desconozcan el texto original, 'La Tragedia de Macbeth' se sostiene en realidad sobre un esquema muy sencillo, sustentado sobre los tres actos de una obra, que debe respirar la evidente teatralidad que acompaña una historia de pura ambición, tan del gusto del literato inglés, en el que el Macbeth, Barón de Glamis, es profetizado para convertirse en Rey de Escocia, lo que desencadenará una tormenta de traición y conspiraciones varias, hasta la consecución de tales augurios.

En los apartados técnicos, destaca el excelente trabajo de Bruno Delbonnel en la fotografía, indispensable para acometer la solemnidad estética de la que el film, rodado íntegramente en estudio, hace gala, así como la indivisible batuta del maestro Carter Burwell, acólito del cine de Los Coen, cuyas notas encajan siempre como un guante en universos tan particulares.

Finalmente, la buena noticia, al menos en el plano cinéfilo, es que sus 67 años, Joel Coen se atreva a experimentar con nuevas formas narrativas y visuales, en una forma de hacer cine que tiene prácticamente su edad, - al menos a lo que al mejor Macbeth en el Séptimo Arte se refiere - con un trabajo absolutamente conectado con la época dorada, donde el ingenio, el amor a los personajes, y el respeto absoluto por la historia, deben primar por encima de cualquier consideración, algo que se cumple con creces en un título alejado de lo comercial, pero sobrado de una enorme capacidad creativa.


<Lee ésta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>
alcaide
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27 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Joel y Ethan Coen han sido los responsables de grandes películas durante casi 40 años, en un trabajo conjunto que ha llegado a su fin de manera temporal con "La tragedia de Macbeth", dirigida y escrita en solitario por el mayor de los dos, porque Ethan está centrado en el mundo del teatro (curiosamente cuando su hermano dirige en solitario una adaptación de una obra teatral). Este parón en su colaboración parece que va a ser temporal y que en los próximos proyectos volverán a unirse para sacar adelante una película.

Nos encontramos con una nueva adaptación de la obra escrita por Shakespeare a principios del siglo XVII, que ya habían llevado a la gran pantalla, entre otros, Orson Welles, Kurosawa o Roman Polanski, que tuvo su presentación en el Festival de cine de Nueva York, en donde fue la película inaugural.

Los dos protagonistas son Denzel Washington y Frances McDormand. El actor estadounidense interpreta a Macbeth, en un personaje que le va como anillo al dedo a sus registros interpretativos, estando comedido en la parte inicial para luego perder la calma según van pasando los minutos. La mujer del director, y una habitual de las películas dirigidas por él, es la Lady Macbeth (la mujer del protagonista), que es clave en el desarrollo de la trama, estando a la sombra de su marido, pero con unas ideas bastante maléficas. Entre los secundarios de lujo destacan Brendan Gleeson, Corey Hawkins y una actriz poco conocida como Kathryn Hunter.

La película destaca sobre todo por sus aspectos técnicos y artísticos, ya que a nivel visual es impecable, con una fotografía brillante que recuerda a las películas clásicas del expresionismo alemán en donde el francés asentado en Hollywood Bruno Delbonnel, que ya había trabajado con los Coen en otros proyectos, emplea un formato de pantalla 1,37:1 y con una gran profundidad de campo que crea opresión en algunas escenas, y con un blanco y negro diferente al habitual y jugando muy bien con la oscuridad o en las escenas con la niebla en el bosque.

Joel Coen ha elegido a grandes nombres, que son los habituales de sus anteriores películas, entre los que destaca el de la decoradora y diseñadora de escenarios Nancy Haigh, que realiza un gran trabajo técnico que luce bastante, que recrea muy bien la época, y con un castillo con formas geométricas, con unos escenarios muy diferentes a los de otras adaptaciones más clásicos. La música de Cartel Burwell es perfecta para el tono de la película, y esa ambientación tan terrorífica por lo que está sucediendo y los aspectos estéticos que rodean a los personajes.

No es una película sencilla, ni apta para todo tipo de espectadores, porque esas virtudes que he citado a nivel estético pueden descolocar a muchas personas, y el tener menos diálogos de lo habitual en una obra teatral puede aburrir a mucha gente, además de que el ritmo es bastante pausado. La película se puede considerar cine de autor, sin serlo porque su presupuesto no es bajo, pero sí en cuanto a la manera de presentar la historia y de desarrollar la trama central y las diferentes subtramas.

A nivel personal he conectado con la película, aunque no sorprende el desenlace por ser conocido, aunque en algunos momentos en la parte central la película es bastante monótono y algunas escenas se alargan en exceso. Me gusta el arranque con la primera aparición de las brujas, con una gran interpretación de la actriz de teatro y televisión Kathryn Hunter, que está magnífica en sus breves apariciones en la película. El final cuenta con otra gran escena protagonizada por Frances McDormand, que demuestra que es una gran actriz.

LO MEJOR: La fotografía. El reparto.
LO PEOR: El tercio central es bastante monótono y algunas escenas están muy alargadas.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en http://www.filmdreams.net
WILLY74
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18 de enero de 2022
16 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar mal de William Shakespeare o de Joel Coen es como criticar a la Virgen del Pilar en Zaragoza.

No se puede hacer. Si te atreves a semejante sacrilegio te van a calificar de inculto, ignorante, zafio, grosero, patán, ordinario, maleducado, cateto, chabacano, rudo, tosco, vulgar, analfabeto, iletrado e inconsciente.

Me gusta el blanco y negro y la ambientación minimalista y onírica que da Joel a su película.

Estupendos los actores, especialmente Frances McDormand y Denzel Washington.

Impresionante el texto de Shakespeare. Con unas reflexiones que demuestran el atino en la disección del alma humana.

Pero, que quieres que te diga, me he aburrido como una ostra. No he podido evitar dar cabezadas, realizando un esfuerzo ímprobo para mantenerme despierto.

Lo siento, pero no puedo dar buena nota a una peli que me ha parecido un coñazo soberano, nunca mejor dicho.

Ya me podéis llamar inculto, ignorante, zafio, grosero, patán, ordinario, maleducado, cateto, chabacano, rudo, tosco, vulgar, analfabeto, iletrado e inconsciente.

Me lo merezco.


Mi puntuación: 2,56/10.

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holasoyramon
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