En la casa

Para mí, esta película adolece de todos los males del actual cine francés: inverosimilitud, infantilismo, seudointelectualidad, vacuidad... sin mencionar la engañosa recreación de un estado del bienestar que ya sólo existe para unos pocos privilegiados, personajes irreales y un voyeurismo que esconde una enfermiza represión. Aburrida y sin interés en su realización, la propuesta podría haber sido interesante en otras manos.

Salir de la sala y comentar "vale la pena volverla a ver" es un buen síntoma. De hecho, quien no ha querido transformarse alguna vez en Scheherezade, la narradora y futura reina, que acaba embobando, educando y "esclavizando" a todo un sultán letalmente rencoroso por un despecho matrimonial?, quien no sueña en dejar con la boca abierta del auditorio con su relato ya sea el más sencillo cuento tradicional, "una humilde reseña perdida en la red" o las más complejas obras, en forma de novela, teatro, cine o ópera?. François Ozon lo consigue de buen principio y no nos abandona hasta el final.
La cinta la protagoniza un alumno (esclavo y futuro rey) que para mejorar la nota de la asignatura se propone construir un relato por capítulos que atraerá de tal manera la atención del profesor (el sultán) que lo acabará convirtiendo en su esclavo y cómplice del mismo deseo ilimitado por la ficción que está construyendo a medida que avanzan los minutos. Finalmente, los dos acaban unidos por la misma atracción pasional hacia la ficción con la intención de superar dos realidades oscuras y nada atractivas. Por el medio una mezcla dual perfectamente construida con un guion muy encajado y unos efectos cinematográficos que aportan frescura y un poco de ironía a las diferentes situaciones. Un pequeño consejo: no os obsesionéis en distinguir siempre lo que és real de lo que no lo es. Dejaos llevar por un juego de espejos y engaños que no os defraudará.
Las interpretaciones del grupo de actores son de lo más ajustadas destacando Fabrice Luchini en la figura del profesor Germain.
"En la casa" es un plato que aporta crítica social sin caer en la consigna, que dice más sobre educación que cualquiera del últimos trabajos que se han presentado sobre el tema, que reflexiona sobre la propia existencia y nuestras relaciones sin entrar en oscuras profundidades,... en definitiva una buena ensalada con muchos ingredientes mezclados en armonía, para paladares exigentes y que rehuyen el aburrimiento.
Muy recomendada para todos los que queráis dejaros hipnotizar por un fantástico juego de fàbulas sugerentes que perduran, convirtiéndonos, todos juntos, en unos "esclavos" temporales del director.

Reseña en catalán:
http://gmapesa-somni.blogspot.com.es/2012/11/en-la-casa-benvolguts-esclaus.html

Como no doy con una crítica que aprobar entre todas las sandeces (perdón, reflexiones) que voy leyendo sobre la película, añado mi propio comentario. Seré breve, por mi propio bien.

¿De verdad esta película le dice algo a alguien? A mí me dice que la gente que ve cine "de culto" en dosis excesivas necesita un chute de realidad de vez en cuando. O volver a los clásicos, o recurrir a Michael Bay (que profundiza tanto en sus personajes como para mí lo hace el hasta ahora desconocido Ozon), o tomarse unas vacaciones y tratar a gente de verdad.

¿De qué va el estudiante? ¿Qué narices significa eso de "olor de clase media"? ¿Hay profesores tan idiotas como el protagonista - con lo listo que parece a primera vista? ¿Alguien se cree el desarrollo dramático de esta historia, del vouyerismo ramplón a todo tipo de crisis - nerviosa, matrimonial, profesional, existencial... - sin transiciones, ni explicaciones, ni una mísera razón? Está muy bien todo el tema de confrontar la realidad y la ficción. Sólo que, para eso, hay que contar algo interesante, o tener personajes interesantes, o ambas cosas. Nuestro estudiante protagonista, el presunto "escritor", destila poco más o menos el mismo interés humano que las rubias explosivas del autor de "La Roca" y "La Isla". Por eso sus escritos no van a ningún lado. Por eso hay que optar por el dramatismo exagerado, para que el espectador se vaya con la sensación de que durante esta película ha ocurrido algo interesante. El que no se consuela es porque no quiere...

Y lo dejo aquí, que todavía me queda enviar mis condolencias a Kristin Scott Thomas, a la que admiro profundamente desde "Cuatro bodas y un funeral" (eso sí que son personajes, e historia).

"Dans la maison / En la casa" es teatro dentro del cine. Abunda en la preocupación de los cineastas franceses por la mala educación, como ya hiciera Laurent Cantet en "Entre les murs / La clase". Se recrea en los mitos de "El graduado" y "Sherezade" y se sirve de manuales de creación literaria. Si no hubieran existido "All about Eve / Eva al desnudo" o "La rosa púrpura de El Cairo" uno podría no pensar que ya ha escuchado este relato antes y, sobre todo, que lo ya conocido y disfrutado, era mejor.¨
¿Para qué repetir algo que es tan difícil superar?