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El hombre del corazón de hierro

Thriller. Bélico. Drama Año 1942: El tercer Reich está en su máximo apogeo. La resistencia checa en Londres decide planear una de las operaciones más ambiciosas de la Segunda Guerra Mundial: Antropoide. Dos jóvenes reclutas, Jozef Gabcik (Jack Reynor) y Jan Kubis (Jack O’Connell) son enviados a Praga para intentar asesinar al líder nazi más cruel, Reinhard Heydrich (Jason Clarke), jefe de las temidas SS, la Gestapo y artífice de la “Solución Final”. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película sin lugar a dudas, más allá de los gustos personales de cada uno a la hora de valorar, estamos ante un título digno de ver, y que además conviene ver, pues está basado en hechos reales y se aprende algo más de este penoso capítulo de la historia, como el maquiavélico talante del protagonista y su determinante y nefasto papel en el holocausto judío, o la arriesgada y valiente actuación de la resistencia checa.
La primera mitad me ha gustado más que la segunda, pese a que la segunda contiene mayor acción, la primera está muy bien montada, de manera sobria e inteligente, y llega muy bien a enganchar al espectador, después se gana en acción pero pierde brillantez.
Yo la volvería a ver.
Saludos.
solraC
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17 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película arranca en los finales de los años treinta, con un oficial de la marina alemana expulsado del ejército por "conducta impropia”, que luego será captado por la SS alemana y sería llamado “El carnicero de Praga”.

El guion de Audrey Diwan, David Farr y Cédric Jimenez es una adaptación de la novela de Laurent Binet, “HHhH”, novela de curioso título que es el acrónimo de “Himmlers Hirn heisst Heydrich” -“El cerebro de Himmler se llama Heydrich”, que obtuvo en 2016 el Premio Goncourt a la mejor primera novela. Un texto basado en hechos reales y una especie de biografía sobre Reinhard Heydrich, el malévolo SS impulsor de la denominada “Solución final”, el plan para exterminar a los judíos durante la II Guerra Mundial.

Con estos ingredientes, su director Cédric Jimenez logra en la primera mitad captar la esencialidad, de la parafernalia nazi. Y en la segunda mitad, la cámara se centra en un comando que pretende matar al criminal nazi.

Meritoria y poderosa música de Guillaume Roussel que arropa muy bien el drama y una genial, esplendente y potente fotografía de Laurent Tangy.

En el reparto destaca un Jason Clarke de mentón mussoliniano, que interpreta al jefe de las SS con fuerza y enorme furor, transmitiendo bien su talante frío e implacable; las escenas en las que aparece Clarke se elevan sobre las demás. Rosamund Pike hace un gran trabajo en el personaje de esposa del malvado Heidrych, que oscila entre la firmeza a la flaqueza con gran vis dramática. Jack O´Connell y Jack Reynor, los valientes de la resistencia pasan el corte, pero desde mi modo de ver no aprovechan la ocasión para el lucimiento.

Lo que se nos ofrece en el film es una aproximación al retrato del tristemente recordado Reinhard Heidrych, sus obsesiones y crueldades, con un superficial intento de estudio de su personalidad diabólica que no acaba de cuajar.

Ni la dirección ni el guión aciertan a auscultar con un mínimo de profundidad y capacidad de análisis serio, el “carácter maligno”, del “carnicero de Praga”, pretendiendo la película dar una versión simple y falsa del asunto, pues que nadie se hace tan perverso y diabólico simplemente por un lío de honor espoleado por una dama metida en el partido nazi. Esto es una banalidad y más le habría convenido al director y a los guionistas leerse la muy interesante obra de Erich Fomm de título “Anatomía de la destructividad humana”, obra que analiza el impulso destructor del hombre desde diferentes ópticas.

Pero dejando de lado estos reparos, se puede considerar este film un aceptable producto tipo hollywoodiense, con gran fuerza visual, y un Jimenez que, digamos, puede compensar en parte las deficiencias estructurales de la cinta, con su ímpetu y gran interés en la dirección.
Kikivall
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21 de julio de 2017
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el título de uno de los mejores films sobre la la 2ª Guerra Mundial, dirigido por Fritz Lang con guión de Bertol Brecht y que le cae de maravilla a “El hombre del corazón de hierro”, sin duda lo más acertado del film junto a su excelente ambientación, que cuenta la vida y concretamente el atentado contra el criminal nazi Reinhard Heidrych (Jason Clarke), con las consecuencias trágicas para el pueblo checo. Aunque este film está basado en una novela, tiene todos los ingredientes en su primera parte de una biografía del detestable personaje y la segunda parte se centra en el atentado y su preparación por parte de la Resistencia. El principal problema que tiene el film es que apenas conmueve y casi nunca emociona debido a la poca pericia de su director y la torpe forma de contarlo. Si exceptuamos al matrimonio alemán formado por Heidrych y su esposa (Rasamund Pike) que están correctos en sus papeles. El resto de los personajes carecen de entidad dramática porque no se nos cuenta apenas nada de sus vidas y motivaciones para tan tremendo sacrificio.

Evidentemente el film adolece de un buen pulso narrativo que nos atrape, con la que la parte final se presenta previsible y excesivamente larga con escenas de violencia gratuita que no añaden nada nuevo para enriquecer la trama, quedando deangelada y sin garra a pesar de las impresionantes imágenes de aberración humana. La película resulta premiosa y sin ritmo, no siento la tensión aemocional porque no conozco a los personajes que sufren la humillación de los nazis, sólos unas pinceladas circunstanciales y un montaje que intenta mantenernos en suspense cuando es de sobra conocida su resolución. No tengo la menor duda que esta película en manos de un director solvente y avezado hubiera resultado mucho más atractiva. Me agobian los excesivos primeros planos, a veces sin interés dramático, la defectuosa puesta en escena para describir a los personajes, los excesivos movimientos de cámara que llegan a marear intentando entender qué pretende el cineasta transmitirnos con tanto ajetreo inane.

Entiendo que haya público que se conforme con tan pobre resultado, y en cierto modo los envidio por sentirse saciados cuando yo me quedado con más ganas y decepcionado si lo comparo con lo que ya conocía sobre el tema. Quizás en los tiempos que vivimos no se puede ser tan exigente, habrá que conformarse con lo que hay, o recurrir a recuperar tanto film desconocido y olvidado por los años pero que podemos descubrir y comprender por qué el lenguaje visual y narrativo ha evolucionado de una forma tan poco fructífera, claro que si nunca has probado el jamón de bellota o ibérico, el jamón corriente te puede parecer maravilloso. Lo triste puede ser que nunca tengamos la suerte de degustar ese noble manjar que por su precio a veces no es posible adquirir, cosa no aplicable al cine afortunadamente. Lo que más valoro cuando veo una película es la forma en que me la cuentan, pues de ello depende que te guste o no la trama, porque aunque defienda cosas muy nobles de nada sirve si te aburre. Gracias por leer estas divagaciones.
EL ALBATROS
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22 de septiembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una interesante aproximación cinematográfica a un personaje histórico de la Alemania nazi basada a su vez en una notable novela.
Destacan todas las críticas las dos partes tan diferentes en que se divide la cinta francesa. Y tienen razón, pero no creemos que el resultado haya sido tan malo. La personalidad de Reinhard Heidrych (Clarke), como la de su esposa Lina (Pike), quedan muy bien retratadas (e interpretadas).
Vemos la faceta pacífica y hogareña del rubicundo nazi, un virtuoso del violín y del florete que sigue de cerca los estudios musicales de su hijo, pero que se transforma en monstruosa y criminal cuando se trata de perseguir a los enemigos del régimen sean o no políticos. Como decimos en el título, cabellos de oro y corazón de plomo.
Más coral la parte correspondiente al atentado hace que el análisis de sus autores y de la resistencia checa no pase de superficial, con los innecesarios toques sentimentales.
Por cierto, que el gobierno checo en el exilio organizó la muerte del "Carnicero de Praga" como una forma de romper su política de "palo y zanahoria" que estaba "acomodando" a sus paisanos. La muerte del nazi desencadenará una de las mayores matanzas del conflicto. Como se escucha en un momento dado: "El mundo es un organillo, Dios mueve la manivela y los demás bailan con su música".
Guion por lo tanto desequilibrado, dirección que imprime un buen ritmo sobre todo en la segunda parte. Excelente ambientación y correctas interpretaciones.
No está mal, sin ser algo extraordinario, quienes gusten de las películas bélicas pasarán un buen rato.
Lafuente Estefanía
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15 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “The Man with the Iron Heart” (Francia, 2017) dirigida por Cédric Jimenez [1976- ], siendo éste su tercer largometraje, y reconocido especialmente por su segunda cinta: “La French” (The Connection, 2014). Esta película en concreto está basada en una novela de Laurent Binet, denominada HHhH. El reparto es modesto, pero no está nada mal: Jason Clarke, Rosamund Pike, Jack O'Connell y Mia Wasikowska, entre otros. La película es bélica, pero no renuncia al drama y al romance, al igual que en ciertos momentos sigue el molde biográfico (en lo que atañe a la vida del SS Reinhard Heydrich). El filme narra la operación militar “Antropoide”, mediante la cual comandos checoslovacos, adiestrados en Inglaterra, asesinaron al nefasto Reinhard Heydrich (interpretado por Jason Clarke), quien, entre otras cosas, junto con Eichmann fue el arquitecto de la “Solución Final”. La obra deja en claro que estamos ante un director que conoce su oficio, y las actuaciones, en especial la de Clarke, mantienen la credibilidad del espectador. Sin embargo, hay algo que no me cuadra en la cinta. Luego de meditarlo, creo que el problema es que el director desea hacer dos películas en un limitado tiempo (120 minutos), y la segunda desde varias perspectivas. Me explico. La primera parte es casi un biopic sobre la vida del temible oficial Heydrich, parte que, por su velocidad (para dar tiempo para contar la segunda parte), apenas enuncia situaciones y contextos fundamentales para entender el surgimiento del nazismo. Quien no sepa bien la historia de dicho período se perderá fácilmente en ciertas escenas (por ejemplo, cuando Heydrich participa en la eliminación de las SA). Además, esta primera parte (que para mí fue mejor que la segunda) no logra desnudarnos por completo el alma de Heydrich y explicar, como lo hizo en su momento Arendt frente a Eichmann, el “mal radical” que habitó en dicho oficial nazi. La segunda parte gira más en torno al (típico) cine bélico; todo un relato convencional (tan convencional que no podía dejarse de lado el romance, pues en el canon hollywoodesco esto aumenta las ventas), la cual, para mayor confusión del espectador, intenta dar varios puntos de vista, lo que aumenta la complejidad. El problema no es que haya intentado dar otros puntos de vista, el problema es que intenta hacer mucho en poco tiempo. De aquí pudieron haber salido dos grandes películas. Agrego, además, que nunca he sentido predilección por las películas que renuncian, por un tema de distribución, a los idiomas originales para hablarlo todo en inglés, como en este caso. Sin embargo, no estoy diciendo que la obra haya sido mala; en modo alguno: mi balance es más bien positivo. Ahora, siguiendo la línea general de mis reseñas, invito al espectador a preguntarse, con base en la película, por el surgimiento de la “maldad radical” que caracterizó el obrar de ciertos personajes en la Segunda Guerra Mundial, no solo en el bando alemán, y de cuya respuesta depende una postura política y ética del espectador. Creo que la respuesta pasa por el fanatismo, de un lado, y por delegar en el líder todo juicio moral, del otro. Es por ello que cuando oigo a alguien que habla de su candidato o director político como si fuese un mesías, solo pienso en los años 30 del siglo pasado en Alemania. Finalmente, la cinta pasa de largo, por la falta de tiempo, muchos aspectos, entre ellos, cómo se construyó el famoso plan de la “Solución final” y no plantea las fisuras de la relación entre Heydrich y Himmler. Sobre el primer aspecto, Heydrich fue un partícipe importante en dicho plan, pero no fue el único. La participación de Eichmann, incluso, fue más protagónica y la cinta ni lo menciona. Sobre lo segundo, mucho se ha especulado sobre los recelos y las envidias de Himmler (comandante general de las SS) ante Heydrich, a un punto que algunos sospechan que la muerte de este último, cuando se recuperaba de las heridas causadas por el atentado, se debe más a maniobras ordenadas desde lo más alto de la jerarquía de la SS. En fin, la recomiendo en los términos antes dichos. 2018-01-15.
Andres Botero
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