La princesa prometida

Los años 80 fueron un caldo de cultivo de grandes películas en el ámbito del cine fantástico y familiar. En esa época surgieron muchos títulos míticos que están grabados a fuego en el inconsciente colectivo de todos aquellos que las vieron de niños en su momento.
"La princesa prometida" es sin duda una de ellas, aunque no tiene tanta fuerza como otros ejemplos de lo que digo ("Los goonies" o "La historia interminable").
En mi caso, no puedo juzgar la película demasiado subjetivamente. No solamente no la vi de niño, sino que la he visto en 2015, con lo cual tengo la perspectiva totalmente alterada.
Y es que, hay que reconocer que en determinados aspectos esta película no ha envejecido nada bien. Sus decorados de cartón piedra, ratas de peluche, fondos dibujados, espadas que cimbrean y humor infantil estúpido, no lucen demasiado bien hoy en día.
Sí que derrocha buen rollo y el espíritu de las aventuras clásicas de toda la vida, así como diversión y entretenimiento, y personajes entrañables.
El argumento es muy simple, eso sí, cosa que no es de extrañar al ser ni más ni menos que un cuento infantil. Por cierto, que a eso de que salga el abuelo y el nieto leyendo el libro, no le pillo el punto. ¿Era necesario cuando lo que importa de verdad es la historia de la princesa?
Los personajes son memorables. La princesa es encantadora, encarnada por una bellísima y jovencísima Robin Wright. Y sobre todo destaca el gran Íñigo Montoya ("prepárate a morir") con su afán de venganza. También está el joven galán, que presenta una pinta absolutamente calcada de "El zorro".
Entre los más secundarios, algunos están para matarlos por vergüenza ajena. Y no porque actúen mal, sino por los diálogos que tienen y lo estúpidos que son. Entre ellos podemos meter al gigante imbécil, el albino y por supuesto el cura gangoso del final ¿realmente esto tenía gracia en su época?. Creo que todas esas tonterías estropean bastante al film.
La música de Mark Knopfler tiene el mismo defecto que la que sonaba en "Lady Halcón" (por poner un ejemplo parecido), y es que no pega ni con cola como banda sonora.
Con todo lo que estoy diciendo podría parecer que la película no me ha gustado, y la verdad es que no es así. Pero sí que veo que quizás esté excesivamente sobrevalorada por muchos espectadores que la vieron en su momento y en las circunstancias adecuadas. Creo que el tiempo no le ha sentado nada bien, pero eso no quita que sea muy entretenida y que con ella se pase un rato agradable. El buen cine de fantasía clásica siempre es efectivo.

Una verdadera película de aventuras y fantasía que siempre suele pasar desapercibida dentro del género pero que está impregnada de verdadera magia a pesar de su aparente "simpleza".

La Princesa Prometida no es una película de grandes artificios, pero si un hermoso cuento repleto de grandes personajes y una hermosa historia sobre el amor y la amistad.

Todo un clásico.

Hay algo mágico y poético en esta película que la hace tan especial, sin duda cuenta una de las historias de aventuras más bonitas que ha dado el cine gestionado con una dirección ejemplar cuidando al detalle cada uno de los puntos de la película, con un guión ágil y divertido, unos personajes carismáticos y una bella fotografía como puntos fuertes, todo va sobre ruedas para regalarnos un cuento inolvidable.

La grandeza de este cuento reside en la primordial búsqueda en que estan inmersos el grupo de protagonistas, esta es, cerrar el pasado, cerrar las historias que quedaron abiertas en remotos años atrás para poder, ay, descansar de una vez.
Iñigo Montoya, sin duda el personaje más interesante y carismático, es un hombre consumido por la sed de venganza, un hombre en busca del hombre que asesino a su querido padre, que ha moldeado su vida en base a esta idea, siendo su único objetivo vital dar muerte al que a su padre dio muerte. Esta misión le da fuerzas para seguir adelante y para entrenar y superarse day after day, lo que le lleva ser uno de los mejores espadachines del mundo.
La princesa y el pirata andan en una búsqueda similar, buscándose mutuamente a través de las olas del tiempo, sin olvidar sus votos de amor eterno, con una confianza ciega en que se reencontraran tarde o temprano.
Por lo que vemos, son objetivos nobles y elevados, como corresponde al carácter de un cuento, por eso todo funciona y el maniqueísmo de los personajes resulta coherente.
Poco que achacarle a esta cinta, quizás el casting de actores podría haber sido mejor, contando con mas caras conocidas que le aportaran a la película el toque de calidad que le falta. Lo cierto es que Cary Elwes, el pirata, no da la talla. Ni siquiera es guapo, y termina resultando insoportable con sus infantiles bravatas y sus habilidades demasiado desarrolladas. No es creíble que tamaño mindundi conquiste el corazón de la beldad ni tampoco que derrote a Iñigo, pero bueno, como buen cuento siempre podemos reimaginarlo e imaginarle a él con otro rostro más adecuado.

La primera vez que vi este pedazo de obra de arte, fue en clase, antes de ella odiaba las películas románticas, y luego de ellas, no las odié tanto, tal vez por qué es una película de aventuras y no romántica, pero bueno, a pesar de que en ese día la película ya tenía 30 años, la vi como si fuera un niño que fue a verla al cine por primera vez en esa época.

Y aunque la envejeció muy mal en lo que visualmente se refiere, tiene unas actuaciones impresionantes, personajes interesantes, un héroe intrépido y una historia sencilla, pero preciosa. Cada vez que la transmiten por TV, no dudo un segundo y me quedo a verla hasta su legendario y épico final.

-Oye abuelo, ¿podrías volver a leérmelo mañana?
+Cómo desees.