Haz click aquí para copiar la URL

Pendenciero rebelde

Comedia. Acción Phil es un camionero de aspecto bonachón a quien le entusiasman la cerveza fría, la música country y hacerse respetar por medio de sus puños. Phil, que se hace acompañar por un orangután que ganó en una apuesta, está enamorado de una cantante llamada Lynn, pero ella no quiere compromisos serios. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
30 de agosto de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si es que hasta los monos se enamoran de Clint. Vaya espécimen de simio, de lo más simpático, cariñoso y humanizado, capaz de lavar la ropa, beber cerveza o escuchar los problemas sentimentales de su amo, Philo Beddoe. Y, claro, como es Eastwood, no para de enganchársele, revolverle el cabello y darle mimos. Que monada.

Este mono, Clay, sólo es una muestra de lo rarita que es «Duro de pelar». Realmente, la presencia de Clay no se entiende mucho, sobre todo porque hacer, lo que se dice hacer, no hace nada, pero sí aporta un toque esperpéntico y amistoso que queda bien. James Fargo imprime un divertido ritmo a la historia y nos lleva de viaje en una road movie en la que participan bandas de motoristas incompetentes, un policía vengativo, chicas buenas y chicas malas, boxeadores callejeros, un protagonista algo simple pero con unos brazos y unos hombros que están pidiendo a gritos «abrázame» y, por supuesto, un orangután sonriente.

El viaje y las diferentes aventuras que componen «Duro de pelar» son, hay que admitirlo, tirando a tontas, no muy espectaculares y partiendo de unos personajes que actúan de una manera absurda o poco convincente (por ejemplo, Echo, que no entiendo qué le ha podido empujar a meterse en este embolado), porque sólo así se consigue un argumento también absurdo que, como siempre en este género, puede quedarse en eso: en algo ilógico y sin gracia. En esta ocasión, logra hacernos sonreír, e incluso hacernos reír, y además sin recurrir al mal gusto ni a lo excesivamente idiota, como recurren muchas comedias de un tiempo a esta parte.

La banda sonora no está nada mal y, tengo que decirlo, el look del jefe motorista, en otro hombre de otro porte, hubiera quedado genial. El desenlace deja la puerta abierta para la segunda parte, pero igualmente puede pensarse que la cosa acaba así, con tres en la carretera... perdón, con cuatro. No nos olvidemos de Clay.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de julio de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mezcla de géneros bien hecha es un milagro, como lo es la propia existencia del hombre; pero en la creación artística, la mezcla de géneros usualmente termina siendo un consolidado para la nimiedad. Y así se quedó Eastwood en esta taquillera película de finales de los setenta: está el héroe, está el amigo, está el coqueto, está el tropelero, está el amante, está el engaño, hay mucho más y también un orangután. A lo mejor puedes encontrar escenas graciosas en este filme, que no vienen mal, pero como conjunto no viene a ser sino un intento por consolidar a Eastwood como un héroe en la taquilla, nada que ver con otras mucho más profundas obras suyas.
Valetamayo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre duro, cabezota y peleón recorre las solitarias y polvorientas carreteras de EE.UU. en busca de algo más que el triunfo material o profesional.
Él va tras la mujer que ama. Será un viaje en el que descubrirá que quizás no es tan duro como siempre creyó...

Si se pudiera definir con una palabra la primera etapa de la carrera de Clint Eastwood, sobre todo la que concierne al paso de la década de los '70 a la de los '80, sería la de "irregular", aunque también le valdría "ecléctica". Y es que para los que hayan conocido al Eastwood más grave y actual resultará cuando menos extraño toparse con una primera fase donde primaba la experimentación y el afán por probar todo género que se pudiera; a finales de los '70 ya era director de pleno derecho gracias a títulos tan memorables como "El Fuera de la Ley", con el que se estableció una imagen mítica y desmitificadora más allá de la que le habían impuesto los críticos y el público.
La violencia, la dureza, el cinismo y una visión implacable de la Norteamérica de la época definían su estilo característico, hasta que el actor/director decidió subvertir este orden creando un universo alternativo que, sin querer, sería representativo de su filmografía venidera, y ese paso lo daría con "Every Which Way but Loose", proyecto que su guionista, Jeremy J. Kronsberg, ya había visto rechazado en multitud de productoras hasta que por casualidad cayera en las manos de un Eastwood recién salido de su sexta experiencia a la dirección, la no menos mítica "Ruta Suicida", robándole así el papel a Burt Reynolds.

Y cediéndole la realización a su colaborador James Fargo, quien ya le había "dirigido" (todos sabemos que, independientemente de quien se halle tras la cámara, es Eastwood quien toma las decisiones) en la tercera entrega de las aventuras del inspector Harry Callahan. La historia se inicia, una vez más, desde el aire, pero no en el escenario de una gran ciudad, sino de una carretera que atraviesa un paisaje bastante rural y primitivo, secuencia convenientemente acompañada por el tema de Eddie Rabbitt que da nombre y alma a la película.
Será en la carretera donde todo empiece y donde todo termine, un escenario único para el Clint de esta nueva etapa, que aquí se mete en la piel de Philo Beddoe, camionero de profesión amante de la cerverza, las mujeres guapas y la música "country" que usa sus puños en peleas clandestinas donde poder ganar algo de dinero; a su vera, su buen amigo y socio Orville, la quejicosa madre de éste y un cariñoso y muy jaranero orangután llamado Clyde, con el que se identifica en espíritu. Sólo el principio puede servirnos para obtener una descripción fidedigna de Philo, pero como se nos demostrará más adelante las apariencias engañan, y mucho en el caso de Eastwood.

Mientras el protagonista se sirve de su fuerza física para obtener el bien material demuestra ser un desastre en los bienes amorosos, ya que muy en el fondo, bajo sus rígidos bíceps, se esconde alguien inseguro, temeroso y débil emocionalmente, el típico hombre capaz de dejarse manipular por una mujer. Esa mujer, instigadora de todas las desgracias que van a desatarse, resulta ser una aspirante a cantante de éxito llamada Lynn, quien mantendrá lo más alejado a un romance con Philo, quien, tras perderle la pista, la seguirá a lo largo y ancho del país con la esperanza de encontrarla.
Es el viaje el objeto de ésta y futuras obras del actor/director, un viaje bien de descubrimiento, reencuentro, bien de muerte y resurrección, ya iniciado en "El Fuera de la Ley" y que continuará en "Bronco Billy" y "El Aventurero de Medianoche"; sin embargo aquí asistimos a un viaje cuyo final, que ya sabíamos antes de que comenzara, se averigua amargo y triste, logrando así que nos sintamos tan identificados con Philo. De fondo, distintos personajes con los que Eastwood (que no Fargo, quien está ahí sólo para sostener la cámara) dibuja un universo en sí mismo, entrañable, pintoresca y rural visión de la sociedad asentada en la América profunda.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Pese a sus fallos y estructura irregular, "Every Which Way but Loose", no deja de ser un paso importante para entender la evolución del cine de Eastwood en aquellos tiempos.
Dos años después llegaría una secuela bastante pobre que no merece la pena recordar...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de agosto de 2013
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las pelis de monos que he visto -2001, Tarzán (todas), El Planeta de los Simios o cualquiera de Chuck Norris-, ésta es la mejor. Gran parte del mérito de esta obra maestra reside en su protagonista, el orangután, que es mejor actor que Clint Eastwood y reparte hostias como panes al más puro estilo clásico de la escuela Stanislavski. Ni que decir tiene que es también el mono el más inteligente de todo el entramado y, por qué no decirlo, la mejor persona. Porque es esto precisamente el mensaje del film; los monos tienen también sus derechos, brother, porque, entre otras cosas, tienen la obligación de aguantarnos a los humanos y, en este caso, compartir reparto con un buen puñado de simios inferiores.
repeluznosdanme
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de abril de 2012
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como indica mi voto para este film, "Duro de pelar" me parece excelente, una grandísima película, y muy, pero muy norteamericana, como su secuela, que en España se tituló "La gran pelea" y dirigió Buddy Van Horn en 1980. ¿Por qué digo "muy norteamericana"? Hollywood, entonces -como ahora- hacía películas de todo tipo y condición, para todo el mundo y todo tipo de públicos; sin embargo, me da la impresión de que algunas de esas películas estaban pensadas para un tipo de público más internacional. En cambio, "Duro de pelar" parece hecha para un público estrictamente estadounidense, mostrando buena música (el country no es sólo música de paletos), y buenas peleas.
Los personajes se van uniendo o relacionando como en una sucesión de adopciones, en la que unos acogen o recogen a otros.
(Sigo más abajo)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow