Alma negra

Tras el afortunado y violento asalto al tren correo, la banda de Cody (Cagney) se esconde en las montañas a esperar que escampe.
Allí empezamos a conocer el carácter del jefe que no duda en dejar abandonado al compañero herido, desprecia a su esposa Verna (Mayo), desconfía de sus secuaces, pero adora y siente devoción por su adusta madre (Wycherly).
Auténtico cine negro con la policía pisando los talones a la banda, "Las cosas se están poniendo al rojo vivo", de donde procede el título hispano de la cinta, que nos llevará a cárceles, veloces persecuciones en coche, sofisticados métodos policiales de seguimiento e, incluso, al autocine que exhibe "Héroes del aire".
Magnífico retrato de los personajes con Cody a la cabeza, un asesino sin escrúpulos, violento y astuto que solo confía en su madre, una harpía de mucho cuidado, "Siempre se chiva alguien, los policías son tontos". La mujer fatal que sueña con abrigos de visón, "El dinero es solo papel si no se gasta". El gánster que ambiciona dirigir la banda y levantarle la novia al jefe pero que no se deja seducir fácilmente, "El mundo no es lo suficientemente grande, Dulzura".
Frase esta que nos ha recordado al Agente 007 y a Elektra en "El mundo nunca es suficiente" (Apted, 1999), sobre todo porque aquí el asesino tiene alojada una bala en el cerebro que potencia su maldad y anula el dolor físico.
Algo parecido a lo que le pasa a Cody que sufre lo que parecen ataques epilépticos, con antecedentes familiares psicóticos de locura que, a juicio de los psiquiatras que lo atienden, justifican su comportamiento criminal.
Excelente fotografía en blanco y negro con imágenes muy contrastadas. Acción continua, tensión dramática, diálogos con frases cortantes, buena música. ¡Qué más se puede pedir!
En lo negativo sobre todo olvidar a la madre sin mostrar su final y algunas carambolas en la trama.
En cualquier caso una buena película del mejor cine negro. Muy recomendable.

Una de las incontestables cúspides del cine de gángsters con protagonismo principal para un descomunal James Cagney, indiscutible estrella de la Warner durante las décadas de los 30 y 40.

Se trata de un drama criminal con guión de Ivan Goff y Ben Roberts sobre una historia original de Virginia Kellogg en el que la firme narrativa de Raoul Walsh centra su interés en el estudio psicológico de un personaje con desaforadas ansias de poder, lunático y enajenado, y que además sufre un complejo de Edipo no resuelto.

Tras un desarrollo sin tregua en la acción, la película culmina de manera tan conmovedora como inolvidable, permitiéndonos asistir previamente a momentos intensos de suspense con el personaje de Edmond O'Brien como infiltrado policial, además de diversas situaciones en ambiente carcelario.

Obra maestra rotunda del gran Raoul Walsh en la que Cagney busca la cima del mundo acompañado por la sugerente presencia de Virginia Mayo en el papel de su mujer.
Imprescindible.

Apasionante película de cine negro donde se mezclan los ingredientes más explosivos del género, traición, celos, venganza, asesinato, etcétera, con un James Cagney pletórico, en la que probablemente sea también el mejor trabajo de Raoul Walsh.

Todo en ella es perfecto, una historia que engancha desde el comienzo y no te suelta hasta el mítico final, el carismático personaje encarnado por Cagney, Cody Jarrett, un temible gánster psicopático con migrañas que anticipan imprevisibles ataques de ira y sobre el que su madre ejerce una notable autoridad (su influencia es evidente en personajes similares como por ejemplo el de Tony Montana en El precio del poder o incluso el de Norman Bates en Psicosis), secundarios excelentes y la vigorosa dirección de Walsh, que imprime un ritmo vertiginoso a la trama y que cuando todo termina es imposible que el espectador sienta indiferencia ante lo que acaba de ver.

Impetuosa película de policías y ladrones, con poderosas escenas de acción, que han hecho que sus balas me pasen rozando la oreja. En donde un astuto ladrón con sus compinches, son perseguidos sin tregua por un inteligente escuadrón de policía, que cuenta con la mejor tecnología del momento. La he disfrutado al máximo, que aún me estoy estremeciendo de la emoción. No sé por qué no le he puesto un 10, se lo merece.

Algunas películas por ser clásicos ya tienen algunos puntos extras respecto a otros filmes que se han realizado posteriormente. La película típica del cine negro es interesante sobre toda por estar realizada a mayor gloria y lucimiento del gran James Cagney pero también nos aporta elementos confusos con un guión poco cuidado y algunas interpretaciones de bajo nivel. En definitiva película del cine negro interesante pero que creo está algo sobrevalorada y lejos de otras película de la época. Recomendable para situarnos en los medios policíacos de aquellos precarios años y en el mundo del hampa.