Pesadillas de una mente enferma

Muy buen Slasher de culto entre los más acérrimos al género, con muchas imágenes potentes, una historia que te mete de lleno desde el principio y con un final tremendo.

Para disfrutar del film con toda su sangre y gore es recomendable conseguir la versión uncut, hay una versión censurada de los años 80 que proviene de UK que incluso durante esos años y con dicha censura tampoco se pudo exhibir en los cines de la época (fue incluida en la famosa lista DPP “lista de vídeos nasties”). Se rumoreó en su momento que el responsable de la distribución de la película estuvo en prisión por intentar colar la versión uncut en algunos cines.

En los créditos aparece Tom Savini como realizador de los FX como estrategia de marketing para darle más "caché" a la película pero en realidad los efectos no los había hecho él sino Eduard French, aunque con Savini o sin él los efectos son excelentes.

Como anécdota y apreciación personal, un año después del estreno de este film el gran Juan Piquer Simón estrenó la sublime "Mil gritos tiene la noche", donde hay varias escenas que, a mí parecer, cogen clara referencia de este film (véase las imágenes del principio del niño en ambas películas).

Película recomendable e imprescindible para todo el mundo que le guste la mala leche hecha película.

Es una película difícil de comentar, por las idas y vueltas del guión, pero no obstante hago esta crítica que a lo mejor al que esté interesado, le va a ayudar si la quiere ver.

Empieza un poco lenta, pero con el correr de los minutos se hace más interesante.

Para los amantes del gore y el slasher, les va a encantar, con una muy buena interpretación de actores menores de edad.

No es un film muy conocido, pero vale la pena verla si tienen la oportunidad. ¡¡¡¡A disfrutarla!!!!

La verdad es que no tiene atributos cinematográficos reseñables tales como buenas interpretaciones (salvo la del protagonista) posiciones de cámara, ritmo, técnica.....

Pero sí que destaca por horrorizar tanto por su atmósfera, como por su violencia explícita y desagradable forma de presentar los crímenes. Y por supuesto por los efectos especiales que, aún no siendo excelentes, si que son efectivos. Esto no es gore humorístico. Si no gore con mala leche y malsano.

En su momento vi la versión más censurada que había en España, la cual llegó de la mano de Continental video, creo recordar y se titulaba Pesadilla mortal. Con una buena carátula que recordaba a títulos como Halloween, La matanza de Texas o Viernes 13 pero que adolecía de su mejor baza: las escenas más brutas.

Luego descubrí que había otra versión con más metraje, aunque no sé si el mismo que viene en las versiones actuales de Blue ray, la cual trae una carátula que poco se corresponde con la peli, pues parece como humorística.

Esta versión mejorada incluso muestra una escena de masturbación femenina, a parte de las burradas que hasta a un cinéfago experimentado en gore, como yo, llamaron la atención con una edad ya madura. Ya digo que más que por el gore y lo explícito, por el enfoque tan enfermizo y crudo.

Un asesino gravemente perturbado por un trauma infantil es liberado de la institución donde se encuentra interno debido a su aparente mejoría. Sin embargo, las atroces pesadillas y el delirio asesino no tardarán en resurgir en él…

Slasher que recuerda en su esquema a “La noche de Halloween” por la presencia de psicópata demente acechando a una familia feliz, aunque con lo suyo, mientras los médicos responsables intentan darle caza. Muy, pero que muy lejos de Carpenter, eso si, pues se trata de una película que, aunque cuenta con alguna idea, alguna imagen potente, por lo demás poco tiene donde rascar. Una castaña como un piano, para ser exactos, cuyo director demuestra torpeza narrativa, dispersión y falta de garra desde el principio, haciéndose la picha un lío para contar algo muy simple.

El villano se convierte en secundario de su propia peli y asistimos a una moderna recreación del cuento de Pedro y el Lobo con un niño repelente (si ves esto doblado, prepárate para morir), con escenas de tensión de pacotilla, cuando no descafeinadas, y la persecución final de rigor, con el malo sufriendo un centenar de disparos y siendo, por alguna razón, indestructible (estamos en América y hasta un puto mocoso tiene Derecho a Defenderse, garantizado por su constitución).

El final sólo viene a remarcar lo que ya sabíamos, y por medio lo que encontramos son mujeres en la ducha varias veces, aunque sin erotismo alguno, llamadas amenazantes varias veces también (el guionista sólo conoce estos recursos)… debieron fundirse medio presupuesto en el teléfono. Verborrea psiquiátrica, perversiones sexuales, ambientes malsanos… cosillas de interés, alguna hay, como el físico tan grimoso y turbulento del prota, o la escena cumbre; lo único que tenían y recreada a conciencia, el flashback del primero asesinato, con unas imágenes de una visceralidad considerable, amplias dosis de hemoglobina, y rojo, mucho color rojo salpicándolo todo, que son como para traumatizar a quien viera esto de nene, no en vano anda Tom Savini detrás. El crimen asociado al sexo, o más en concreto, a la perversión sexual, trastocando la pobre mente infantil (y aquí entra lo conservador del asunto); la circularidad del horror, en una inocencia perpetuamente corrompida… qué lástima que lo demás sea tan flojo, tan prescindible.

Esta película tiene una gran virtud y un gran defecto.

La gran virtud es que es un slasher adecuadamente brutal, sanguinario y tenso que mantiene al espectador en vilo durante todo el metraje esquivando además, aunque sea por los pelos, los tópicos al uso sobre campamentos, fiestas de guardar y tipos con careta que ya empezaban a oler por aquel entonces.

El gran defecto es que se mete en un berenjenal de explicaciones pseudocientíficas sobre las enfermedades mentales que son como para echarse las manos a la cabeza.

Pero como supongo que nadie con dos dedos de frente debería considerar una cinta de terror como una fuente de información médico-científica, me voy a quedar con la parte buena. Como película de terror funciona, y muy bien.

Del final, que merece mención aparte, hablo en el spoiler.