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Las aventuras de Flesh Gordon

Ciencia ficción. Comedia. Aventuras Alegre sátira de Flash Gordon. Un rayo-sexo se apunta a la tierra causando toda clase de problemas, por lo que Flesh viaja al planeta porno para detener los planes de Wang. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
10 de noviembre de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tierra está siendo irradiada por un rayo que provoca arrebatos sexuales (lo que recuerda a la inquietante “Shivers” que rodó Cronenberg un año después) por el emperador Wang (el pervertido) desde el planeta Porno. Para detenerlo viajan Flesh Gordon (el galán-héroe), Dale Ardor (la rubia) y Jerkoff (el científico) en su nave-pene después de que la pareja cayera de un avión descontrolado por la lascivia. Sus peripecias en el exoplaneta conforman la acción contadas con una estética y efectos retro conseguidos, una música acompasada con las escenas y un guión disparatado. Se incluyen peleas con pistolas-láser, espadas y puños, tropezones inoportunos de la chica, huidas y carreras por pasadizos palaciegos y fecales, bodas concupiscentes, cópulas con la reina de la oscuridad en una nave-cisne-negro, tocamientos y uniones carnales y políticas, alianzas y discordias con grupos disidentes como los hippies del príncipe gay de los bosques y su nave-mariquita o las Amazonas anti-machistas y divas del ritual lésbico, lucha con monstruos diversos como los pene-saurios, robots con cimbreantes penes-broca, un insecto venéreo no anopluro gigante o el gran monstruo de la perversión que rapta a la chica y trepa a la torre-falo pero que, al contrario que King Kong, logra desnudarla parcialmente (se llama Harryhausen o así en homenaje al titán del stop motion).

La película se dedica a los creadores de los comics de superhéroes de los años 30 como Flash Gordon, Capitán Marvel o Buck Rogers que sirvieron para exorcizar la crisis económica y la guerra mundial (en el caso de Superman, el más logrado, habría que añadir el deseo de adaptación del diferente) no como el actual boom de los superhéroes que quizá sea el reflejo de la pérdida de la influencia global de EE.UU., reducida al poder blando. Hay dos versiones: la R y la X (algo más larga) aunque ambas resultan igual de inocentes para el público adulto actual. La película estaría más cerca de la candidez de Promises! Promises! (1963) con Jayne Mansfield (sorteando al código Hays) que al film más X que rodó después Howard Ziehm llamado Naughty Network (1981).

Es parodia, ciencia ficción y, sí, salen tetas, pero Flesh Gordon tiene poco que ver con otros subgéneros como:

- Superhéroes Z tipo Batman & Robin turcos (1972), Capitán América y El Santo contra Spiderman (1973), Superman turco (1979), Rambo turco (1983) o lamentables clásicos freaks como Los tomates asesinos se comen Francia (1991) o el Phil Caracas Jesucristo Cazavampiros (2001).
- El cine erótico-político generosamente poblado de Russ Meyer o el nudismo de Doris Wishman como Nude on the Moon (1960) u otros films con la superdotada heroína Chesty Morgan.
- Curiosidades como Orgy of the Dead (1965) escrita por Ed Wood, Ciudadanos Kane del porno como Little Girls Blue (1978) de Joanna Williams, exploitation como Scum of the Earth! (1963) de Gordon Lewis, pseudo-porno-ciencia-ficción como Café Flesh (1982), 2002 Una Odisea Sexual (1985) o Penetrator 2 (1991), etc.
persona
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22 de enero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El famoso personaje de cómic creado por en los años treinta por Alex Raymond y que tantos jóvenes disfrutaron en miles de páginas de sus tebeos y posteriores adaptaciones al cine y en la televisión no se libró de que fuera cómicamente revisado y a modo de comedia erótico- festiva, en unos años en que el porno de medianoche empezaba a predominar en las salas X azotaba las salas con films tan célebres como “Garganta Profunda” (Deep Troath, 1972) y “El Diablo en la Señorita Jones” (The Devil in Miss Jones, 1972), ambas de Gerard Damiano o “Tras la Puerta Verde” (Behind the Green Door, 1972) de los hermanos Artie y Jim Mitchell. Sin llegar a los tórridos niveles de éstas y a un nivel más cercano a la italiana “Blancanieves y los Siete Sádicos” (Biancaneve & Co., 1982) de Mario Bianchi, éste “Flesh Gordon” conserva unos aires de sitcom comprometida con unas puestas en escena (aparte de las eróticas, sin enfatizar en los primeros planos característicos del porno convencional) que podrían pasar por retar sendos homenajes a los maestros Karel Zeman (el viaje nocturno de Flesh con la reina Amoria con las constelaciones recortadas por las estrellas) y a Ray Harryhausen (el duelo final con el monstruo de la torre).

Al margen de éstos curiosos apuntes que elevan dentro del género fantástico a una ingeniosa como simpática caricaturización de las grandes producciones, el humor se adueña por completo de ésta sátira en que algunos de los nombres se cambian de los originales. Así tenemos al profesor Jerkoff (una alusión a la masturbación) o al planeta Mongo, por Porno, base de operaciones en que el Emperador Ming se pasa a llamar Wang el Pervertido, cuyas peores planes para la Tierra es arrojarles un rayo-sexual que convierte a todos sus habitantes en hambrientos sexo-adictos.

La película tuvo una continuación “Flesh Gordon and the Cosmic Cheer-Leaders” (1981) inédita en nuestro país.
Natxo Borràs
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17 de enero de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una parodia en tono erótico de ¨Flash Gordon¨, que la verdad me ha sorprendido, quizás porque me esperaba una cutrada absoluta, y me he encontrado con una peli de ciencia ficción y aventuras bastante disfrutable.

Aquí podemos encontrar naves espaciales, extraterrestres, monstruos con animación stop-motion, robots... y por supuesto montones de desnudos integrales gratuítos y montones y montones de diálogos con frases de doble sentido.

Me ha gustado mucho el ambiente psicodélico que se mantiene durante toda la película, me ha recordado bastante a ¨Barbarella¨, y aunque es totalmente casposa, hay que reconocer que tiene curro, mucho curro detrás. Una lástima que no se esforzaran un poquito más en hacerla realmente graciosa, en todo momento da la sensación de que, con algo más de cuidado, podrían haber logrado una peli realmente buena, aún siendo una parodia.
TANOMUERTO
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12 de abril de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parodia de los personajes superheróicos que ya tenían sus aventuras en el momento del estreno de esta película de aquellos personajes a quienes tienen el detalle de agradecer su legado e influencia a la hora de trabajar en este filme antes del inicio del mismo.

Una parodia de serie B tenía muchas posibilidades de que pintasen bastos y no fuese más que una excusa para mostrar anatomía masculina y femenina en toda su gloria; sin embargo, hay que decir con toda honestidad que es un largometraje/burla con su encanto y, en su justa medida, lograda en el término técnico. Esto se debe a que entre la gente de efectos especiales y visuales estaban futuras leyendas como Rick Baker ('Un hombre lobo americano en Londres', 'Aullidos', 'Men in Black (Hombres de negro)'...), Dennis Muren ('El retorno del Jedi', 'Parque jurásico', 'El chip prodigioso'...) o Laine Liska ('Masters del universo' o 'Alien³') quienes hacen, entre muchos otros, un trabajo lo suficientemente bueno para que un filme de serie B esté rozando el A en este aspecto.

Pero, por supuesto, esto no se parece a ninguna de las películas de las que estuvieron involucrados posteriormente ellos. Esto es el festival de la anatomía teniendo como vehículo la parodia de Flash Gordon. Esta vez el protagonista se llama Flesh Gordon, hijo de un científico del que no se sabe su nombre de pila, quien se verá involucrado en la salvación de la tierra de los rayos sexuales obra del emperador Wang, quien convierte a la gente en monos en celo más calientes que una hoguera en un invierno nórdico. Y, por supuesto, no van a faltar desnudos a tutiplén.

Si ya de por sí el largometraje en términos técnicos era bueno, su guion y reparto también están lo suficientemente bien. Un guion obra de Michael Benveniste que tiene el buen gusto de no caer solamente en lo más obvio y dar una historia con sus toques cómicos y una estructura como un filme cualquiera que consigue el fin básico que es entretener; su reparto, además, son actores que no desentonan y dejan buen poso al final, destacando a William Hunt como el pervertido emperador Wang, quien es el que mejor se lo pasa de los personajes y el actor está divertido sin caer en la sobreactuación.

Una parodia que termina siendo respetuosa con los superhéroes que tampoco pierde la vista de su objetivo último que es ver cuerpos desnudos y gente pasándoselo en grande (yatusabeh).
Michael Myers
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