La línea

Interesante y muy entretenida película fronteriza, ambientada en los convulsos por aquellos lares (Tijuana) finales de los 90, que no seré yo el que diga que se trata de el no va más en cuanto a virtudes cinematográficas (de hecho, lo saturado de la fotografía y una edición tipo Tony Scott habrá a quien le eche para atrás), pero una película en la que tenemos a todo un “dream team” de tipos duros como Ray Liotta en el papel de un asesino realmente duro y peligroso con problemas de conciencia, Danny Trejo haciendo de Mario, el hombre de confianza de Palon, tirando de gatillo en el primer minuto de metraje, un desatado Esai Morales y a Kevin Gage (el Waingro que busca la ruina a Robert de Niro en “Heat 1995”) como el tipo que aparece de repente a echarle una mano y tiene un pasado en común con Liotta, y ya menos duros pero igualmente peligrosos, a Andy García como ese barón de la droga retirado por enfermedad dirigiendo los negocios a través del sucesor que el mismo nombró (Pelón) y que en el ultimo tramo nos regala un magnifico cambio de registro y a Armand Assante como ese cura con muchos pliegues de fuerte ascendente sobre los mafiosos (también con sorpresa final incluida) y en cuya trama tenemos talibanes sucumbiendo ante las tentaciones carnales (eso sí, pidiendo perdón a su divinidad tras el fornicio) mientras negocian y no negocian, carteles de la droga mexicanos inspirados en los que un día sí y otro también, vemos en las noticias responsables de salvajadas tanto o más crueles que las que vemos aquí reflejadas, infiltrados en la cúpula del entorno mafioso y la ciudad de Tijuana como escenario de los hechos, repito, con estos ingredientes y alguna que otra digna escena de acción, se gana con todo merecimiento el calificativo de buen y serio thriller fronterizo de serie ”B” a la que se la puede perdonar algún que otro agujero de guion.
Por último reseñar que la dirección cumple, el guion esta firmado por un tipo llamado R. Ellis Frazier, hijo de militar, que vivio 7 años en Mexico y que en vista de lo visto algo conoce de aquellos lares y como paso a los títulos de crédito finales podemos leer un rotulo que nos confirma la excelente atmosfera que nos ha regalado Tijuana, en el que pone, “Para la ciudad de Tijuana, con amor y respeto” y que si estas interesado en el tema, tienes 2 muy entretenidas y adictivas novelas que utilizando personajes ficticios en el desarrollo de la trama, son todo un fresco de los tejemanejes sociales y políticos sobre los orígenes y desarrollo del trafico de drogas en Sudamérica, países y gobiernos implicados y que seguro que después de leerlas no te parecerte en absoluto descabellado lo que acabas de ver aquí: “El poder del perro” de Don Winslow y “Águilas negras” de Larry Collins.

La escenificación de la trama me aburrió, no le vi aliciente, emotividad, sorpresa o cualquier otra emoción.

Me gustó el final, el final que tuvo la prostituta, y el problema sicológico que le sobreviene al fracotirador después de tantos años de oficio, pero para esos escasos minutos del final hay que tragarse toda una mala película.

Ültimamente no veo muy atinado a Andy Garcia escogiendo sus películas, una lástima.

La película no despierta interés en ningún momento, ni con la trama principal ni en la relación de los personajes encarnados por Ray Liotta (verdadero y se puede decir que único protagonista principal de la cinta) y Valerie Cruz. El papel de Andy Garcia, de reacciones difícilmente explicables, queda difuso y no nos permite disfrutar de su dilatado oficio.
"La línea" nos ofrece una visión trágica y desoladora de la ciudad mexicana de Tijuana hasta el punto en el que el director, al finalizar, se ve obligado moralmente a enviar un cariñoso saludo a la ciudad y respeto hacia sus habitantes. Francamente, nunca había visto eso.
La ambientanción es buena, los movimientos de la cámara, sin trípode en casi ninguna escena, transmiten incertidumbre y tensión, y eso sí está bien conseguido por parte del director, James Cotten, al que todavía no le hemos visto triunfar plenamente en ningún trabajo. Los secundarios y extras no escapan de los clichés que se suponen tienen todas las personas relacionadas con la prostitución y con las drogas.

Película sobre las relaciones mafiosas y cómo los conflictos personales de los protagonistas les impiden funcionar en un entorno hostil, donde los recuerdos del pasado se entremezclan con el presente, a veces en forma de flashback, alucinaciones, narración en primera persona...
El film adolece de ritmo, se hace lento pese a sus escasos 90 minutos. Ray Liotta convence pero no engancha, Andy Garcia en su línea cuando hace de "malo", y los secundarios gente muy bella pero con poca convicción a la hora de transmitir sus problemas, a veces demasiado sobreactuados. Sólo destacaría a Danny Trejo positivamente, más comedido de lo habitual.
Por último, la atmósfera angustiosa de la situación sí está bien ambientada, tanto a nivel de cámara como de escenografía, maquillaje y guión, los cuales cumplen, pero no salvan al film de un entretenimiento que podría haber dado mucho más de sí por la idea inicial y algunos de los actores involucrados.

Después de una hora viéndola, no tuve más remedio que dejarlo. Lenta, llena de malos, muy malos, y con una pléyade de buenos actores echados a perder. Peor imposible.