Haz click aquí para copiar la URL

Shinobi No Mono 4: Siege

Drama. Acción Cuarta entrega de la saga Shinobi no Mono. Después de la batalla de Sekigahara, Tokugawa Ieyasu ha ganado el control absoluto de toda la nación. El clan Toyotomi considera que el verdadero poder debería residir en Toyotomi Hideyori, heredero natural que se encuentra junto a su madre Lady Yodo en el Castillo de Osaka. El conflicto está asegurado, los Toyotomi pretenden pararle los pies a Ieyasu con la colaboración de los señores Yukimura ... [+]
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
23 de enero de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Dos poderosos señores se enfrentan en una cruenta batalla que marcará el final de la era Keicho así como el del gran clan Toyotomi, y la Historia virará su curso de forma violenta.
El director Tokuzo Tanaka nos sumerge en las trifulcas entre Ieyasu Tokugawa y Hideyori Toyotomi de la mano de uno de los guerreros ninjas más legendarios.

Sí, otra entrega más para una de las más populares sagas que surgieron en el panorama cinematográfico japonés de los años '60, iniciada en 1.962 por Satsuo Yamamoto y encabezada por Raizo Ichikawa, cuya base fue una serie de relatos "jidai-geki" publicados a inicios de década en un periódico por Tomoyoshi Murayama, prolífico artista y dramaturgo de ideales comunistas e influenciado por diversas corrientes europeas. Situadas en el periodo Sengoku y dando el protagonismo a Goemon Ishikawa (convertido en un gran héroe del folklore), "Shinobi no Mono" profundizó en las hazañas de los guerreros ninja como nunca antes se había hecho.
Su primera adaptación siguió de cerca el discurso claramente izquierdista del autor y una visión nihilista y cínica del Japón feudal; a partir de aquí la figura del ninja, presa de la ridícula caricatura, tomó un cariz mucho más serio y oscuro y se realizarían rápidamente infinidad títulos imitando este modelo. La 4.ª parte, que Daiei puso en manos de Tokuzo Tanaka, experto en films de acción y de temática histórica y asiduo en eso de las sagas (participó en las de "Akumyo", "Zatoichi" o "Kyoshiro Nemuri"), proponía un giro radical con respecto a las anteriores, ya sin inspirarse en la obra original.

Y es que el héroe de aquéllas trabajaba para asesinar al líder del clan Toyotomi, Hideyoshi; pero por una pirueta que hace el guionista Hajime Takaiwa, ahora Ichikawa encarna a Saizo Kirigakure, otro legendario ninja, supuesto miembro de los llamados Diez Bravos de Sanada Yukimura y (¡qué cosas!) del lado de Hideyori, hijo de Hideyoshi. Confuso nuevo comienzo de una serie desligada de las anteriores entregas o que desea enfocar el conflicto Toyotomi-Tokugawa desde el lado opuesto, y que tiene a bien iniciarse como mejor sabe hacerlo el director: en el campo de batalla, haciendo gala una vez más de su destreza para la acción y el más puro espectáculo épico.
Tras ese prólogo se nos lleva hasta 1.615, cuando Yukimura se prepara, aceptando el fatal destino que le aguarda a él y al clan Toyotomi, para el último enfrentamiento contra Ieyasu y sus aliados. Como lo fue Goemon antes que él, Saizo y sus compañeros ninjas sólo hacen las veces de intermediarios entre esas dos fuerzas, apoyando a su jefe, en una intrincada conspiración que Tanaka enhebra paso a paso, pero nunca llegando a entregar sus vidas por la causa, pues como se expresará en boca del protagonista, la idea es situar a los ninjas fuera de los conflictos entre familias samuráis.

De hecho el samurái queda reducido, relegado y definido por la hipocresía, la injusticia, la cobardía y la crueldad (Ieyasu como perfecto ejemplo de ello); el ninja es, por otra parte, un guerrero independiente cuyos actos los guía la determinación, el coraje y la astucia, además de contar con un buen número de habilidades ocultas, las cuales Tanaka se presta a mostrar dotando al film de un tono más novelesco (a menudo incluso fantástico) en comparación con las entregas previas. Aun así no olvida regar este relato de cinismo, amargura y violencia y desplegar correctas dosis de suspense, que podrían haber sido tratadas mejor por Takaiwa (hay situaciones y giros que se van intuyendo desde media hora antes).
Pero al fin y al cabo hay que reparar en aquello que construye: ni más ni menos que una entretenida fábula de base histórica con un manejo perfecto del tiempo para mantener siempre vivo el ritmo, como es costumbre de su cine y estilo. Sí parece necesario añadir un pequeño romance, muy trágico, entre Saizo y Akane, una joven presente en el primer asedio de Osaka que acaba ejerciendo de prostituta; su papel no es distinto del de todos los personajes femeninos de este tipo de historias, incluyendo el servir de chantaje a los villanos para desmantelar los planes del protagonista (ideas que han ido cambiando mucho con el paso del tiempo...).

La trama bien podría ser dividida en actos. Después de un tramo de intrigas y conspiraciones y de otro donde nuestro héroe es nefastamente tratado por Ieyasu y condenado a contemplar la extinción de su propio grupo de ninjas, sigue un último acto dedicado a la última batalla en Osaka, donde su gran castillo sufrió bombardeos hasta quedar reducido a cenizas, y donde Tanaka vuelve a demostar que pocos cineastas de encargo (o de segunda fila, como se prefiera) son capaces de imprimir semejantes dosis de tensión y frenesí (sin excederse con la violencia) en las secuencias de acción.
También típico de estas producciones comerciales es jugar con los hechos históricos, y no va a ser una excepción: el personaje de Saizo está basado en Shikaemon Kirigakure, así como se documenta que Hideyori se suicidó entre las llamas del castillo (si bien su cuerpo nunca fue recuperado, dando lugar a muchas clases de teorías). Por otra parte, mientras Ichikawa vuelve a desenvolverse de maravilla como héroe de acción lacónico y romántico, le siguen unos buenos Saburo Date, Midori Isomura, el gran Tomisaburo Wakayama dando vida a Yukimura y Ganjiro Nakamura, de nuevo odioso hasta la médula (rol que le gustaba interpretar y que se le daba de maravilla), como Ieyasu.

La historia se deja abierta para una 5.ª parte que continuará con la huida de Saizo y Yukimura y sus planes para derrocar a su enemigo...pura ficción que nada tiene que ver ya con sucesos reales, por lo que la calidad y el interés son sin duda menores.
Pero de ésta no se encargaría el bueno de Tanaka, sino Kazuo Ikehiro, otro artesano de los "jidai-geki" que dirigió a Ichikawa en incontables ocasiones.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Leyenda viva
    2022
    Martín Nova Estrada
    arrow