Haz click aquí para copiar la URL

A Taste of Hunger

Romance. Drama Maggi y Carsten dirigen el popular restaurante Malus en Copenhague. Se aman, tienen dos hijos y todo cuanto desean. O casi. Les falta la codiciada Estrella Michelin por la que estarán dispuestos a sacrificar cualquier cosa con tal de cumplir su sueño. En su continuo esfuerzo, pasión y búsqueda del máximo reconocimiento, olvidan que los bocados exquisitos de la vida se disfrutan mejor juntos.
1 2 >>
Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
19 de agosto de 2021
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El quererlo todo te puede dejar sin nada

Maggi (Katrine Greis-Rosenthal) y Carsten (Nikolaj Coster-Waldau) forman un matrimonio, aparentemente, envidiable. Un matrimonio que cuenta con todo a lo que tradicionalmente puede aspirar una pareja. Los dos llevan con mucho éxito un restaurante en Copenhague, al tiempo que disfrutan de sus dos hijos pequeños. Sin embargo, su ambición no está colmada. Los dos aspiran a conseguir una estrella Michelín y no pararán hasta lograrlo.

Un deseo que pone de relieve el gran dilema que va a guiar Un bocado exquisito (A Taste of Hunger). ¿Se puede tener familia y triunfar en tu profesión? Un dilema muy tratado en el cine actual, por cineastas como el premiado Damien Chazelle y su delicada La la land. Una cinta que si bien mostraba un tono más esperanzador, aunque melancólico, guarda varias similitudes con esta turbulenta cinta danesa.

Turbulenta, ya que en Un bocado exquisito el matrimonio protagonista cruzará muchos límites guiados por una competitividad extenuante. En un mundo, el de la alta gastronomía, que aquí se retrata de forma despiadada. Con un Carsten (Nikolaj Coster-Waldau) como un despótico chef, incapaz de ver más allá de sus creaciones culinarias. En una actitud ególatra que arrasa con todo, incluida su familia.

*Frío y oscuro drama familiar

Y es que más allá del lujoso entorno culinario, Un bocado exquisito es un drama familiar. Un drama frío, hasta la extenuación, con un aderezo muy variado, que al final tiene mucho sabor a culebrón. Con un chef adicto a su trabajo, que es un inepto en lo que se refiere a las relaciones emocionales. Y con una mujer que se siente abandonada, a la que su soledad le lleva a probar nuevos sabores.

Pero claro, como si de una película de Douglas Sirk se tratara, poco tardan en llegar los chantajes y la culpa. Guiado por una moral conservadora, que parece castigar al personaje de Maggi, a través de uno de sus hijos. En una secuencia angustiosa, en mitad de un bosque abrumador, sobre el que va cayendo de manera inmisericorde la noche.

*Demasiado sofisticada, aunque notablemente interpretada

Precisamente es en su puesta en escena donde Un bocado exquisito destaca de forma innegable. Con una fotografía llamativa, en la que el color se utiliza de forma muy expresiva. Con muchos colores cálidos y una luz muy agresiva, como si de luces de neón se tratara. Al tiempo que unas secuencias en las que reina la penumbra, con un buen balance entre las escenas en interiores y exteriores. Y algunos encuadres torcidos, utilizados para representar el caos familiar.

Sin duda, se ve que el director tiene mano para la realización, pero se podría decir que lo que en pequeñas cantidades se agradece, en exceso cansa. Y en este caso su sofisticada puesta en escena no parece fluir muy bien con el tono de la cinta. Ya que Un bocado exquisito no es más que un drama familiar, con el mundo de la alta cocina como excusa.

Eso sí, merecen un comentario las dos interpretaciones de Katrine Greis-Rosenthal y Nikolaj Coster-Waldau. Ella mantiene su personaje en cada una de las secuencias de manera formidable. Transitando muy bien desde el atrevimiento de la que va a por todas, a ese abatimiento de una mujer agotada. Y a su lado, Coster-Waldau consigue dibujar a un obseso con trazos precisos, sin caer en la exageración.

*Conclusión

Si te gustan los dramas románticos densos, sin aspavientos y con interpretaciones de peso, podría decirse que Un bocado exquisito (A Taste of Hunger) es tu película. No vas a ver nada nuevo, pero podrás identificarte con la despiadada competitividad que impera en nuestros días. Así como volver sobre el tema de la conciliación familiar y profesional.

Eso sí, su gélida y retorcida forma de abordar las emociones, puede no ser apta para todos los paladares. Y el excesivo efectismo de su puesta en escena puede desconectar a algunos de su trama.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta vida todos los triunfos cuestan sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor como diría Churchill. Y esta es la premisa de esta película… menos sangre, todo lo demás queda patente. Y en realidad no es una película gastronómica… la gastronomía es la excusa, podría ser una película de escritores, de actores, de profesiones cuyo triunfo implique un éxito desmedido y por tanto un esfuerzo importante.
Vemos, como los protagonistas Maggi y Carsten, (excelentes Katrine Greis-Rosenthal y Nikolaj Coster-Waldau) se dejan la piel para cumplir su sueño; obtener una estrella Michelin que les recompense del esfuerzo personal y económico que les está costando. El coste personal, queda velado en los años en que todo este sueño se pone en marcha, y especialmente para Carsten el sueño lo vale todo. Aparentemente todo está bajo control; los niños son educados y cuidados con mimo y la familia atendida… pero esa es una realidad a medias. El papel de la niña resultará muy revelador para el desenlace de la película, siendo una niña de unos 8-10 años. Sorprendente trabajo actoral de Flora Augusta. El mundo que rodea las estrellas Michelin sabemos todos que es un mundo muy estresante. Desde el momento de que en cualquier momento un representante de la organización, que no se presenta ni autentifica puede hacer que tu negocio deje el anonimato y dé el pelotazo en este mundo tan de actualidad. Y la pregunta es… Todo vale?
El triunfo tiene un precio y la cuestión es si estamos dispuestos a pagarlo. Pero nada es gratuito en esta película bella y oníricamente filmada (preciosa fotografía del chileno afincado en Dinamarca, Manuel Alberto Claro, un clásico en las películas de Lars Von Trier). Poco a poco se van desgranando los costes emocionales y personales de llegar a un sueño. Es quizás una película muy nórdica, muy danesa, pero… los sentimientos humanos son iguales en todo el mundo. El dolor, los celos, el abandono, las pasiones, la creatividad, la ambición…. Unos clásicos.
Para algunos puede ser una película fría y lenta… aunque a mí me ha gustado. Esa lentitud aparente permite adentrarse en el interior de todos los personajes. Está dividida en capítulos, titulados por los sabores principales en gastronomía y un proceso de cocina, el calor, que nos irán centrando en el pasado y presente de la historia.
Abril Expósito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de agosto de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientado de la alta gastronomía de los restaurantes de lujo, se inclina en cambio por ser un drama familiar bastante visto, con algunas metáforas en diferentes flashbacks, no por ello carece de interés salvando algunos altibajos.

Maggie y Carsten, son una pareja que abren un restaurante de lujo llamado Malus, ese ha sido el sueño de su vida desde que se conocieron. Parecen tenerlo todo, dos niños pequeños maravillosos, un buen apartamento y su propio restaurante que les va bien. Lo único que desean a toda costa es conseguir la afamada estrella Michelin. Sin embargo, la búsqueda interminable del éxito y el reconocimiento tiene un precio. Todo se complica cuando Carsten recibe una carta anónima que dice que su esposa tiene un amante...

La película intenta mostrarnos esta búsqueda de la perfección absoluta en la comida, algo que podemos ver por ejemplo con la escena del limón, en el que despide a su cocinero de confianza por un pequeño desliz, que para él es imperdonable y que para nosotros podría parecer ridículo.

Dirige Christoffer Boe conocido por los casos del Departamento Q (Expediente 64), quien escribe el guion junto a Tobias Lindholm, uno de los guionistas daneses más reputados de la actualidad y gran colaborador de Thomas Vinterberg, con titulos en su haber como "Otra ronda", "La caza", "Secuestro","La comuna" o "a war".

Un drama de amor con la ambición y la exquisitez que conlleva regentar un restaurante gourmet, con unas interpretaciones muy buenas del gran Nikolaj Coster Waldau y sobre todo de Kattrine Greis-Rosenthal que puede verse en cines, ya que se estrenó el 18 de agosto de 2021.
Destino Arrakis.com
videorecord
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece que Boe se está ablandando, o diluyendo, como si le restáramos el queso mascarpone al tiramisú. Muy predecible y sin mayor suspenso rico que ya nos ha mostrado sabe manejar. Le faltó su picante escandinavo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Aqueronte
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de agosto de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un bocado exquisito es una propuesta que lleva a experimentar todos los sabores: dulzura, amargura, acidez... Y no solo por su montaje, también por la incómoda historia que narra. Igual que La la land o El glorioso caos de la vida, la película se divide en varias partes diferenciadas –con su respectiva rotulación–, por si alguien se pierde en la línea temporal. Solo que, esta vez, la partición no es por meses o estaciones, sino justamente por sabores.

La determinación del matrimonio protagonista por conseguir una estrella Michelín conduce al espectador a través de una serie de coyunturas duras y a la vez honestas. Si bien es verdad que, tras gran parte del metraje, uno puede cansarse de tanta tristeza y frustración, el dilema que plantea no es algo ajeno sino que está presente en la sociedad. Los descuidos de los personajes principales, las intervenciones menos acertadas de los secundarios, los fracasos y los chantajes irritan e inundan de sentimientos negativos; pero la resolución permite que la audiencia pueda hacer una reflexión conclusiva, pues rompe con la desesperanza y aporta un atisbo de luz.

La escenografía está muy cuidada y hay planos que estéticamente son especialmente satisfactorios gracias a los colores, el enfoque y los movimientos perfectamente sincronizados. Asimismo, las actuaciones logran que el público pueda empatizar hasta con las malas decisiones.

No obstante, la marcada fragmentación y el tono oscuro en general, hacen que el film resulte agotador hasta pocos minutos antes del final.

www.contraste.info
Revista Contraste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow