Bajo en nicotina

Pese a que Enrique Cerezo tenga más en regimen de secuestro (consentido por el Ministerio de Cultura) que otra cosa ignotas películas como la que hoy me ocupa es justo agradecer que las muestre en su canal TDT 8MadridTV. Especialmente si en su día tuvieron una exhibición y distribución tan inexistente como la de Arrebato (Zulueta), película con la que tiene no pocos puntos en común (presupuesto irrisorio, contexto espacio-geográfico, preponderancia de planos interiores). El caso es que Don Enrique tuvo a bien programar hoy Bajo En Nicotina, película que forma parte del denominado ¨cine invisible español¨, y ha terminado por convencerme para bien tras atravesar diversas fases de enfurruñamiento conforme el film se desarrollaba. Pero eso, por supuesto, es culpa mía como espectador, por ser un puto idiota que no se olvida de sus expectativas. Un idiota que lee ¨cine invisible¨ y automáticamente cree que va a ver, yo que sé, el Stalker madrileño o algo así.

La peli comienza y en su primer tercio se mueve de una forma torpe entre la comedieta proto-ochentera española (pero más burra, pues hay una misogínia y misantropía hiperbolizada difícil de ver en dicho género), los guiños meta (la enfermiza pasión por las películas) y la descripción de un personaje radicalizado como el que interpreta Ladoire (que recuerda al Fernán Gómez de El Anacoreta), sin movernos para nada del piso del protagonista (salvo para una salida eventual en la que le acompañamos a sus compras). Cuando estás a punto de quitarla para mandar un mail a Cerezo exigiendo el cese de las emisiones en su canal, se enrarece todo en un giro loquérrimo de violencia que lleva a la trama a seguir otros derroteros: se convierte en una suerte de parodia del Cine Negro americano pero que sólo se rie de los personajes y sus motivaciones, ya que la cosa continua en serio. Aquí ya se amplian los interiores a un 2º piso y hasta hay salida exteriores en coche. Serious Bussines. Un poco más de fría violencia, el triunfo del plan del protagonista, un detalle de humor negro (lo que compra con el botín del robo) y un final que vuelve a ser un nuevo comienzo. Como en Funny Games. Tal cual.

La emiten cantidad de veces en el canal del Cerezo 8madrid, a cualquier hora te la espetan, pillándote desprevenido.
Ahí tenemos al inefable Ladoire, resultón él en esa época con sus ricitos y ojitos azules, interpretando a un tipo bien rarete, cinéfilo empedernido de los VHS, que apenas sale de su casa y tiene movidas con sus vecinos que no le dejan ver a gusto sus cintas de videos.También una pintadísima y estupenda y Silvia Munt, loquita por él, hasta le pasa pasta y le compra la comida y el tabaco (ya no quedan mujeres así en España). Y cómo no, ahí tenemos al Resines (con pelo todavía) de secundario, como vecino cargante...y además conforme avanza la trama, nuestro buen hombre se nos va transformando en un simpático sicópata, no desvelo más que rozo el spoiler...
Peli hecha con cuatro duros y en fin, de tipo costumbrista podría decirse, nos da una ligera idea de la vida urbanita en el centro de Madrid de los 80 (ahora esos pisos cuestan un riñón, imposible vivir ahí). Ha envejecido bastante mal, pero en fin, como ejemplo de los comienzos del género de la "comedia madrileña" (sin actores madrileños, por cierto, pero de ambiente madrileño estilo Malasaña y similares), puede pasar. Floja.