The Dress

Con este tipo de historias hay que tener mucho cuidado porque son tan duras, tan descarnadas, que esconden la pobreza del lenguaje cinematográfico.
Estamos ante un cortometraje y, como su propio nombre indica, la duración no da para mucho.
La dirección es correcta pero algo pesada en la reiteración de las situaciones. Creo que entre una cosa y otra se han fumado 40 paquetes de tabaco; un recurso un tanto pasado de moda. Por lo demás se trataba de contar cómo viven la vida las personas que, por nacimiento, son muy diferentes a los demás; en este caso estamos ante una mujer con enanismo.
Además, me parece que son algo tramposos porque, por si no fuera suficiente y para complicar aún más la situación, al enanismo añaden otro personaje que viene a ser un cínico maltratrador.
La vida no es así; la realidad demuestra que lo análogo se junta con lo análogo y no con lo diferente, y son felices y comieron perdices. Es pura química.
En resumen, ¿impresiona lo que nos cuenta? ¡pues claro no puede ser de otra manera! Nadie se queda frío cuando ve sufrir a los demás en situaciones aparentemente cotidianas.
Por lo que respecta a los protagonistas, están simplemente correctos; tampoco son interpretaciones para tirar cohetes.