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Usted es muy guapo

Comedia. Romance Aymé (Michel Blanc) acaba de perder a su esposa en un accidente en la granja. Debe encontrar lo más pronto posible otra esposa, sobre todo porque el trabajo le desborda y necesita a alguien que cuide de él y que le eche una mano con las tareas rurales. Por eso, decide acudir a una agencia matrimonial, donde entienden que su caso es más práctico que afectivo, y decide enviarle a Rumanía, donde un gran número de chicas están dispuestas a ... [+]
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
4 de septiembre de 2006
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo, ciscarme en ciertos modismos del doblaje español: ¿hasta cuando carajo se les continuará poniendo a los personajes, sean checos, eslovacos, rumanos, húngaros, polacos o búlgaros, el mismo acento ruso de película de James Bond?.
No creo que cueste tanto a los dobladores prestar atención a las inflexiones de la voz que están doblando, joer! ¡Que lo de poner siempre el mismo acento ruso de baratillo a cualquiera que sea del este de Europa es vergonzante, y casi una reliquia del franquismo!
Y ahora, a desmontar un poco las buenas impresiones que puedan causar tan buenas críticas anteriores: la peli comienza como una buena comedia, con gags repletos de cinismo, para luego convertirse en una absurda historia de amor de nula credibilidad.
Las interpretaciones son muy buenas, en especial el señor Blanc (al que no veía desde la asombrosa Monsieur Hire), la fotografía es preciosa, y la banda sonora notable. Pero el argumento navega en demasiadas aguas, y el guión flojea hacia la mitad hasta convertirse en una casposa y romanticona estupidez (detalles en el spoiler), mil veces vista y con un final feliz forzadísimo.
Para pasar el rato aún está bien, pero siempre que pasemos de la coherencia y de un mínimo de realidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kingo
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28 de febrero de 2008
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madre mía, esto sí es un naufragio y no lo del Titanic. Para hacer esta película se ha mezclado en un taller clandestino un garrafón adulterado de «Flores de otro mundo» de Bollaín y una lata podrida de «Cuento de otoño» de Rohmer, se ha pasado por el alambique del aburrimiento, se ha suprimido toda coherencia psicológica y les ha salido un brebaje que quema la garganta. Lo mejor son los primeros cinco minutos, que tienen gracia. Luego la película se le va de las manos al guionista (que escribió bajo los efectos de la intoxicación etílica descrita arriba), a los actores y a la directora. Una verdadera pena. Cine hecho con media idea.
Macarrones
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6 de diciembre de 2008
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia romántica que cosechó un gran éxito de público y taquilla en Francia, narra de forma simpática y tierna cómo Aymé, recientemente viudo, que sólo vive para los trabajos de su granja, que nunca ha estado enamorado de su mujer, que desconoce lo que es el romanticismo, que no tiene aficiones y para quien tener un esposa significa simplemente contar a su lado con una compañera que le ayude con las pesadas labores, se decide a realizar una acción drástica ante lo apurado de su situación: a través de una agencia matrimonial, acuerda contactar con alguna mujer rumana que sea idónea para trabajar con él en la granja y que no tenga inconveniente en casarse con él si el acuerdo prospera. Se trata de una transacción con motivaciones totalmente prácticas y pragmáticas por parte de Aymé. Nada de tontos romanticismos, nada de chicas presumidas que no sepan realizar un trabajo duro. El cometido se presenta difícil, pues la mayoría de las candidatas ignoran lo que es el trabajo de una granja y sueñan con triunfar en profesiones menos prosaicas. Todas son chicas con grandes apuros y que necesitan una oportunidad en un país extranjero y próspero como Francia, para poder salir de la miseria, mejorar sus condiciones de vida y mantener a sus familias rumanas.
Ninguna parece ser la adecuada... Hasta que le presentan a Elena. Una muchacha cercana a la treintena, dispuesta a realizar cualquier trabajo por duro que sea, con una excelente disposición, sincera e inteligente. Además, es bella, aunque a Aymé el aspecto físico en un principio le resulta indiferente, puesto que le da lo mismo que la chica sea como un palo de escoba mientras sea eficiente.
Da comienzo una nueva y titubeante vida para los dos. Aymé se encuentra de repente con una mujer hermosa, dulce y trabajadora en su granja, y Elena ha tenido que dejar atrás dolorosamente a su familia para intentar socorrerles económicamente desde Francia.
Previsible, dulzona y planteada como un cuento divertido, encantador y conmovedor como oda al amor que vence todos los obstáculos, "Eres muy guapo" no ofrece ninguna novedad al género de la comedia romántica, ni nada digno de pasar a la historia. Trata el tema candente de la emigración a países occidentales de muchas mujeres rumanas que buscan urgentemente un trabajo decentemente remunerado y una mejor calidad de vida.
Tal vez todo resulte demasiado ideal y embellecido a través del filtro de lo quimérico.
Pero es un hermoso sueño, al fin y al cabo. El sueño de toda persona solitaria que teme al amor pero que en el fondo necesita que se lo descubran, y de toda persona que quiere dejar de dar tumbos y encontrar al compañero de su vida para lo bueno y para lo malo, y que le haga sentir esa seguridad y esa sensación de estar en el hogar.
Vivoleyendo
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22 de octubre de 2007
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con pocas críticas consigo identificarme tras ver este tostón francés sin pies ni cabeza.
De comedia no tiene ni las intenciones y como drama no se lo cree ni la madre del guionista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
UsukaruSan
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20 de julio de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace algunos años, el cine francés viene regalándonos regularmente comedias ligeras, acertadamente construidas, que alcanzan por lo general un notable éxito no sólo, aunque principalmente, en las pantallas galas. En ocasiones, esos trabajos alejados de toda pretenciosidad arrojan, además, un destello sobre la naturaleza humana, una reflexión engañosamente leve en torno a los usos y costumbres del “ciudadano de a pie”.
Nacen así -situándose en las antípodas de algunas de las aventuras megacostosas en las que, también periódicamente, se embarca el cine vecino con resultados frecuentemente decepcionantes- títulos como La cena de los idiotas, Salir del armario o ¿Por qué las mujeres siempre queremos más?. A esta amable variedad pertenece, desde luego, Eres muy guapo (2005), debut como directora de la veterana actriz Isabelle Mergault, que alcanzó más de tres millones de espectadores en el mercado francés.
Magníficamente interpretada por Michel Blanc -el obsesivo protagonista de Monsieur Hire (1989), director y actor en Mala fama (1994) y Besen a quien quieran (2001)- y la rumana Medeea Marinescu, Eres muy guapo nació de la curiosidad que había despertado en su realizadora un documental televisivo sobre las acciones desesperadas que algunos campesinos galos se veían forzados a acometer para encontrar una compañera. Una dificultad puesta de manifiesto en nuestro país, por otra parte, por iniciativas que, como las “caravanas de mujeres”, ocupan de tanto en tanto los titulares de los medios informativos.
La elección de Michel Blanc -que desempeña con la solvencia de costumbre el papel de agricultor misántropo y tacaño, empeñado en “cubrir la baja” de su esposa para solventar las agobiantes tareas domésticas- es todo un acierto. Su objetiva carencia de atractivo, de la que Aymé (el escasamente desolado viudo a quien recrea) es plenamente consciente, le empujan a buscar una nueva pareja allí donde parecen abundar las oportunidades : la Europa pobre, ansiosa de buscar una vida mejor. En concreto, en Rumania, cuna por otro lado de la magnífica Marinescu, quien -sin apenas hablar el francés, memorizando fonéticamente el guión- supo construir una creíble, emocionante Elena. Cruce de intereses, por tanto, en el que la zafia repetición de la frase “eres muy guapo” resulta tan patética como clarificadora. Remedo de tantas otras historias vividas día a día en nuestro país, como narraba -en otro registro- Icíar Bollaín en Flores de otro mundo (1999). Espejo, al fin y al cabo, de tantas frágiles peripecias de supervivencia.
Eso sí, nos movemos, con Aymé y Elena, en el terreno del melodrama, donde todo -y, sobre todo, la conversión entrañable que el amor alcanza a introducir en los corazones- es posible.
Cocalisa
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