Tales of an Ancient Empire

...y para de contar. El Cartel refleja una película de aventuras donde no la hay. Antes de ésta he hecho una crítica algo más larga, pero Filmaffinity no me ha dejado ponerla.

Nos quedaremos con que la película es terrible a todos los niveles, parece que se han juntado unos amigos tras un par de cervezas y dijeron "hey, vamos a grabar nuestra partida de D&D de tal manera que nadie se entere que está pasando".

Entre los vestuarios que o bien son dos cachos de tela tapando pezones de las vampiras, o bien son los restos de la fiesta de moros y cristianos, una cámara hd sin grano que tira demasiados planos cortos, los escenarios 3d sacados de un videjuego de los 90 (de los poligonados que están) y los interiores con cortinas, y que han usado sin ton ni son TODOS los efectos del After Effects... Se entiende que con 450.000 dólares no se puede hacer el Señor de los Anillos, pero, leches, fíjate en las limitaciones, haz un corto mejor o algo...

PERO LO PEOR, lo absolutamente peor, es que la película lleva...¡20 AÑOS! dando tumbos por ahí.

Ahora ya sabemos porqué.

Esta es la secuela de The Sword and the Sorcerer, una de las mejor valoradas –según la propia filmaffinity- de las películas de Albert Pyun, y eso no dice nada, es una secuela enormemente tardía –casi treinta años- y una segunda parte que nadie quería, empezando por su propio director o esa impresión da.

Los vínculos con The Sword and the Sorcerer son bastante laxos y no es necesaria ver la anterior película para entender esta, lo cual es bueno, lo malo es que no hay forma de entender esta película por ningún lado.

De partida prácticamente no tiene presupuesto, no es que sea barata, es que no hay dinero por ningún lado, la mayor parte se gasto en contratar a Kevin Sorbo que es un actor de serie B, casi serie C, y el resto son unos totales desconocidos sacados Dios sabe dónde. ¿Extras? ¿Qué es eso? En serio, ni siquiera tienen extras así que tampoco tenemos escenas de multitudes.

¿Escenografía? Tampoco hay, una cueva hecho con papel corrugado es la tumba de la bruja o lo que sea, luego le ponemos alfombras en las paredes –tratando de que pasen por tapices- y ahora se transforma en un palacio, y quitamos de nuevo las alfombras, etc., etc., tampoco vamos a ver escenas que ocurran en poblados o en ciudades que no sean un mal modelo CGI, olvídense de ver calles o callejones, o extras.

Los efectos especiales son otro caso, no hay dinero así que todo se limita a unas cuantas prótesis, algunos filtros para poner color raro en las escenas y un increíblemente vergonzoso naufragio CGI, digno de un juego de PC del año 97, en serio, es tan increíblemente malo y vergonzoso que deja al minotauro de El Rey Escorpión II como una maravilla animatrónica.

Pero viendo que no hay presupuesto el director trata de compensarlo con buenas escenas de acción o trabajando en un guion atractivo ¿No? Error, tampoco hubo dinero para contratar un guionista, y no exagero, las escenas de “acción” son pésimas y vergonzosas, ni siquiera tiene coreografía y son tremendamente aburridas, y en cuanto a la historia, apenas hay y como no hay dinero para nada tiene que rellenar con conversaciones, eternas y aburridas conversaciones, y mas conversaciones, creo que pasan más tiempo conversando que haciendo cualquier otra cosa, porque hacer cualquier otra cosa requeriría de dinero, dinero que no hay.

Ah, y la sorpresa final…

Una pena hacer esta crítica. Nuestro añorado Albert Pyun nos dejó en noviembre del año pasado, tras una larga enfermedad. En su legado fílmico hay buenas y malas películas, pero todas con su sello personalísimo que hizo de sus películas un género propio. Pyun nos obsequió con aventuras de cyborgs variopintos, aunque, curiosamente, decía que no era un fanático del género. Y sin embargo, debutó con la mejor película de espada y brujería tras "Conan" de John Milius, la conocida en España por "Cromwell, rey de los bárbaros"(1982). En los créditos finales de este filme decían que la historia continuaría en "Tales of an ancient Empire". Veintiocho años después, llegó la secuela.

Y la secuela es horrorosa. Aunque existan varias versiones y un corte del director del que he visto 18 minutos, aparte de escenas sueltas y distintos créditos iniciales, esto no es la Zack Snyder Justice League. La película es mala y punto. Una pena viniendo de quién viene. Está hecha con cuatro duros, unos cromas paupérrimos, unos decorados minimalistas porque apenas hay, sin demasiados extras, CGIs tan básicos que parecen de videojuegos ochenteros, y un guión pésimo, plagado de tediosos e inacabables diálogos de besugo/besuga. No hay apenas escenas de acción. Aburridísima. La falta de medios hace que Pyun abuse de primeros planos, en los que vemos todos los granos de las actrices.

Un casting marca de la casa, con unas chicas guapas, esbeltas, jóvenes y que lucirán palmito con unos discretos desnudos. El problema es que lo que es actuar, pues como que no. Moverse sí. El protagonista masculino es un Kevin Sorbo venido a menos, pero que tiene tablas. Y el protagonista de "Cromwell, rey de los bárbaros" hará un breve cameo. Aunque el filme no tiene que ver nada con aquel. Nada.

Pyun tira de sus amigos, que aparecerán como cameos en las diferentes versiones del filme; así que la versión que yo vi no aparecían Olivier Gruner o Sasha Mitchell. Y creo que Michael Paré es el encapuchado, pero no porque lo vea, sino porque lo he visto en escenas de youtube.

En fin, un sinsentido. Cuando parece que empieza a vislumbrarse un guión, finaliza la película con la coletilla que anuncia una tercer parte titulada Red Moon que jamás se rodó, como casi todos los últimos proyectos de Albert Pyun. Quizás esté rodado, pero sin finalizar. Quién sabe si lo veremos. Pero si es como este filme, no esperen nada, pues nada tenía este filme. Una pena.

Esto es indescriptible.
Una especie de mezcla de historia de vampiros con fantasía épica.

Después de una intro exageradamente larga, que mezcla personajes reales con viñetas de cómic, se nos presenta una historia que no hay por dónde cogerla, que viene a ser un conjunto de escenas sin demasiado sentido que transcurren unas tras otras, con unos horribles filtros de colores de fondo (supongo que para ¨esconder¨ la cutredad de los escenarios).

Los protas van juntando un grupo, sin demasiado orden ni explicación ni nada, mientras de fondo vampiros se van cargando gente que hay por ahí...

Todo esto con un tono superépico, aunque no te enteres de lo que está pasando ni hacia donde se dirije la trama, y es entonces cuando parece que los protas van encaminados a la base de los vampiros a acabar con ellos, y entonces... Llega la parte de la película que me ha matado, y es que la parte final de la película no ¨ocurre¨, sino que te lo cuentan. Y no me refiero a un epílogo, sino que te cuentan lo que pasa en la batalla final sin que lo veas en ningún momento, y entonces hay varios epílogos, algunos sin sentido, y fin...
Pocas veces lo he pasado peor en una pelicula, en serio.

Y no pongo aviso de spoiler para ahorraros verla, seguro que me agradecéis el favor xDDD