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Upon Entry (La llegada)

Intriga. Drama. Thriller Diego, urbanista venezolano, y Elena, bailarina de Barcelona, se mudan a Estados Unidos con sus visados aprobados para empezar una nueva vida. Su intención es impulsar sus carreras profesionales y formar una familia en "la tierra de las oportunidades". Pero al entrar en la zona de inmigración del aeropuerto de Nueva York son conducidos a la sala de inspección secundaria, donde serán sometidos a un desagradable proceso de inspección por ... [+]
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
22 de marzo de 2023
123 de 162 usuarios han encontrado esta crítica útil
*New York, New York

De todos es bien conocida la política racista de alguno de los presidentes de Estados Unidos. Levantar muros para impedir la entrada de personas en busca de trabajo, de una vida mejor que la que tienen en sus países de origen. De vez en cuando, aparece en los medios la noticia de la muerte de detenidos en manos de la policía. La mayoría de las veces, las víctimas son personas de raza negra. El abuso de autoridad no parece estar penado en el país de las oportunidades. La Estatua de la Libertad debe estar mirando para otro lado mientras se cometen este tipo de injusticias.

En Upon entry, la pareja formada por Alberto Ammann o Daniel y Bruna Cusí, Elena, va a vivir una pesadilla. Quizás la misma que padecen otras parejas latinas en los extenuantes interrogatorios a los que son sometidos en el aeropuerto.

Rodada en diecisiete días, mayoritariamente en una única habitación y de manera cronológica para mantener la tensión. Es una perfecta presentación de los personajes, no solamente por lo que dicen, sino también por los gestos, que van descubriendo secretos de la pareja. El espectador se implica en lo que le está sucediendo a esta peculiar pareja. Siente la misma angustia y perplejidad por todo lo que les está ocurriendo.

*La última palabra

Una entrevista que decidirá la última palabra, la de ser admitido en la tierra prometida o no. Una cruel invasión contra los sentimientos de los interrogados que les cambiará la vida para siempre. Les hará dudar, incluso, del amor que sienten el uno por el otro.

Según propias palabras de Alberto Ammann (Diego), no ha realizado un mero papel de imitación de alguien en esas tensas circunstancias. En Upon entry va tomar como referencia a un amigo suyo desde la adolescencia. Un muchacho que tenía dificultad para enfrentarse a los conflictos. Tics nerviosos en los ojos, movimientos de las manos, reflejaban su inseguridad, no creerse lo que le estaba pasando.

El final no está hecho para sorprender, se trata de un retrato veraz de ese tipo de proceso. La policía, que lo hace de manera rutinaria, a veces encuentra algo y otras no. No son conscientes, o no les interesa, la forma en que cambian la vida de las personas que interrogan. Para ellos es tan sólo un día más de trabajo.

*Sin fronteras

En el fondo y aunque no lo parezca, la creación de Upon entry ha sido un riesgo, por la temática poco frecuente que muestra, por tratarse de dos directores noveles. También, por ser una apuesta completamente actoral que focaliza toda la importancia en la interpretación.

Todo un reto para cualquier actor, aunque también un regalo. La escucha de las preguntas de los policías y las reacciones a ellas, es lo fundamental en el papel de Elena, Bruna Cusí. Entender la relación que mantenía con su pareja, a medida que ésta se va desmoronando por las dudas que van surgiendo. ¿Verdaderamente la ama? o ¿es tan sólo el medio para conseguir la meta de Diego?

A pesar de ser un conflicto ocurrido en una frontera, las emociones que despierta son universales. No entienden de fronteras. Cualquier persona se puede sentir identificada de una forma u otra. ¿Quién no se ha visto nunca expuesto a una situación injusta y absurda?

*Conclusión

Upon entry es una perturbadora película de suspense psicológico. Una demostración de abuso de poder, del miedo a no alcanzar una meta casi a punto de lograrlo. Del odio profundo de un país hacia los inmigrantes. Pero también de la esperanza.

Una pequeña, aunque magnífica película que refleja emociones universales ante las injusticias y la vulnerabilidad al padecerlas. Con un magnífico trabajo actoral y una veraz visión de sus directores sobre algunas vivencias personales. Todo esto contribuye a que el espectador se sienta identificado y, en cierto modo, incluso humillado, como los protagonistas.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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17 de junio de 2023
78 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un control de aduanas puede servir de metáfora de diversos escenarios. Es lo que representa, y también lo que revela. Es lo que representa para los que intentan acceder a otro espacio, y lo que representa para los que escrutan con sus preguntas qué hay de ficción conveniente o realidad en las respuestas. Pero también puede conllevar un acceso a una realidad que se ignora en quien piensas que es como crees, o necesitas creer como es. Quizás la realidad, la relación, que vives no sea como crees que es. La opera prima de los cineastas venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, la producción española Upon entry (2023), es un austero, tenso y preciso ejercicio sobre los frágiles cimientos sobre los que circulamos en la realidad. Son escasos los espacios: el interior de un coche en el que se nos presenta a la pareja que forman un urbanista venezolano Diego (Alberto Ammann), y la bailarina española Elena (Bruna Cuni); el interior del avión en el que han cruzado un océano para reiniciar su vida en Estados Unidos; y los sucesivos compartimentos del control de inmigración, sobre todo los despachos de inspección secundaria en los que son interrogados como si fueran exprimidos. ¿Hay fundamento en su implacabilidad o es excesivo su celo susceptible?

La planificación, sobre todo adherida a los rostros, a los gestos y a las reacciones de los personajes, sedimenta una narración progresivamente tensa. Ya patente en la forma de conducirse y en la expresión de Diego en el primer control, en el que esperan que sus visados sean aprobados para que pueden coger, dos horas después, el avión a Miami, donde viven los tíos de Diego. Parece la tensión de quien siente la realidad como una sucesión de controles de aduana, como si la realidad fuera inestable sea donde fuere desde que abandonara su país, Venezuela, cuya realidad parecía caracterizada por la violencia de la inestabilidad. O quizá sea la tensión de quien teme que la cortina de humo de su ficción sea desvelada. Esa incógnita queda suspendida en la narración cuando ambos se vean sumidos en una circunstancia en la que se sienten tan impotentes como desamparados. No explicitan el motivo por el que les conducen a otro departamento, y por qué les incomunican (sustrayéndoles los móviles). Les convierten en personas expuestas a otras voluntades cuya motivaciones ignoran. La realidad, por unos instantes, se ve desprovista de signos de referencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinedesolaris
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19 de junio de 2023
77 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Diego y Elena, venezolano él, catalana ella, treintañeros ambos, emprenden viaje a Estados Unidos, donde van a instalarse para empezar una nueva vida. Viajan a Miami, pero su vuelo hace escala en Nueva York. Serán solo dos horas… a no ser que se les complique el control de inmigración en el aeropuerto…

¿POR QUÉ LA ELEGÍ?
El verano pasado viajé a Nueva York. En mi caso, iba como turista, no como migrante. Pero también a mí se me complicó el trámite de entrada, también a mí me trasladaron a una sala sin darme explicaciones. Cuando leí la sinopsis de esta película, me picó fuertemente la curiosidad. Ni el trailer ni las críticas me disuadieron de saciarla…

DESDE MI PUNTO DE VISTA
No se puede decir que la película defraudara mis expectativas básicas: buscaba ver un reflejo cinematográfico de mi experiencia en un aeropuerto neoyorkino, y la hora y cuarto de metraje se desarrolla en ese contexto. No me puedo quejar en ese aspecto…
Ni tampoco por el producto que consumí, ya que ‘Upon entry’ es una buena película, empezando por el guión, co-escrito por los co-directores. La pareja protagonista llega a Newark con gran optimismo: aunque la escala es breve, han previsto incluso salir de la zona de pasajeros para saludar al hermano de Diego. La realidad, tozuda, les va a parar los pies, cuando el aparentemente afable funcionario del puesto fronterizo les traslada a una sala para un ‘control secundario’, eufemismo de incómodas complicaciones. Desde ese momento, compartiremos con la pareja esa sensación de progresiva preocupación, esa bilis que les irá subiendo a la garganta ante la actitud de las autoridades, ese sudor frío que perlará sus frentes cuando la situación vaya adquiriendo cada vez peor cariz…
Me parece que hay una gran labor de producción, pese a que estamos, obviamente, ante una cinta de bajo presupuesto. La ambientación del aeropuerto y sus profundidades, incluidos los agentes aduaneros, está muy lograda, y lo digo con conocimiento de causa. También estimo el crescendo del guión, cómo administra sabiamente los inputs que nos hacen pasar del inicial fastidio al soponcio final, transitando por el camino por gamas de estupefacción, rebeldía, cabreo, hartazgo… De la pareja de autores, también he de destacar la dirección actoral, porque todo el elenco está perfecto, transmiten con notable eficacia lo que se espera de sus personajes. Creo, en definitiva, que la película cumple lo que promete, me sorprendería que alguien se haya encontrado algo distinto de lo que esperaba. La atención de la audiencia está garantizada durante la hora y cuarto, porque no hay elementos sucedáneos ni prescindibles. Rojas y Vasquez van al turrón, y su propuesta suscita interés en todo momento.

Incluso aunque le admitiera méritos cinematográficos, habría salido con gran frustración si ‘Upon entry’ hubiera desafinado respecto a la experiencia que tuve, personalmente, en las tripas del JFK Airoport en julio del año pasado. Por curiosidad, he repaso lo que escribí sobre aquel mal trago:
“Aterrizamos a eso de las 14:30, hora de la costa este, y me dirigí hacia el control de pasaportes. Pese a que la cola era inmensa, avanzaba con bastante rapidez, de tal modo que incluso llegé, imprudente de mí, a congratularme por la eficacia con que está organizado el asunto. Finalmente me tocó el turno, y aunque contesté con máximo candor a las preguntas que me hizo la oficial del U.S. Customs and Border Protection, y puse mi mejor sonrisa cuando me ubicaron ante la cámara que había de fotografiarme para comparar mi careto con el del pasaporte, la muy hija de puta de la officer debió albergar sospechas sobre mis intenciones, ya que en lugar de devolverme el pasaporte y permitirme seguir adelante, salió de su garito, cerró la puerta, y me invitó a acompañarla a una sala lateral, donde me dijo que me sentara en unos bancos, y le vi depositar mi documentación en un archivador ya repleto con los papeles de otr@s [email protected] es que a mi alrededor había otras 30 personas que, como yo, habían provocado la suspicacia del personal encargado de controlar el acceso. Vislumbré algún rostro tan blanco y caucásico como el mío, pero certifiqué lo que imaginaba: que eran amplia mayoría las pieles oscuras, en una amplia gama cromática con cabida también para tonalidades amarillas y rojizas. Calculo que pasé algo más de una hora allí, tiempo suficiente para: acordarme de todo el árbol genealógico de la empleada del puesto fronterizo que me había visto mala cara; certificar que mi natural animadversión hacia esos estadounidenses que nos miran a los demás por encima del hombro estaba plenamente justificada; martirizarme por haber decidido viajar a un país en el que la gente eligió presidente a Donald Trump, qué podía esperarse de semejante sociedad; comparar mi penosa situación con la de tantos y tantas migrantes que, a lo largo del ancho mundo, tratamos de buscar una vida mejor luchando contra burócratas y muros; preguntarme qué necesidad tengo de viajar a ningún lado, con lo bien que se está en casa; bostezar, cuando me aburría de tanto darle a la cabeza… Finalmente, un enorme negrazo pronunció mi nombre latino con su acento macarrónico, y después de preguntarme qué tal estaba, el muy cachondo, me hizo unas preguntas muy similares a las que me había hecho antes su motherfucker compañera. No creo que respondiera de manera muy diferente, pero el bicharraco quedó satisfecho, y me devolvió mi pasaporte. Archivé entonces mi solidaridad para con quienes cruzan el Mediteráneo en patera o forman parte de las caravanas que suben desde Centroamérica, y enfilé hacia el ‘Airtrain’. ¡¡¡New York City me esperaba!!!”

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2023/06/18/critica-de-cine-upon-entry/
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Naroa Lopetegi
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31 de mayo de 2023
33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un thriller psicológico impactante que con solo cuatro personajes y 77 minutos consigue pegarte a la butaca de una forma tan brutal. Sin duda una de las mejores películas proyectadas en el Festival de cine de Málaga, donde Alberto Ammann gano el premio al mejor actor.

Elena y Diego de unos treinta años (ella española y el venezolano) se embarcan en un viaje a Estados Unidos, cuando llegan allí y al pasar los pasaportes por inmigración los policías ven algunas anomalías, por lo que se los llevan a una sala de espera. Comienza un interrogatorio concienzudo juntos y por separado, las maletas y los móviles son requisados, todo parece indicar que buscan drogas... ¿O es otra cosa lo que buscan?.

Los directores venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez consiguen una historia asfixiante llena de tensión incómoda que funciona a la perfección. Las continuas contradicciones y el intenso interrogatorio nos llevan a tener el máximo interés en lo que está ocurriendo.

El trabajo interpretativo es soberbio, Ben Temple y Laura Gómez como los dos policías de aduanas que hacen las molestas preguntas y que consiguen llevar al límite a nuestros dos protagonistas que son los magníficos, Alberto Amman y Bruna Cusi, los cuales son sometidos a esta especie de tortura psicológica.

Una intensa película con un gran guion que se estrena en cines el 16 de junio de 2023
Destino Arrakis.com
videorecord
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28 de marzo de 2023
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película española, debut en la realización de Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez, que narra una historia sencilla en su puesta en escena, pero muy intensa.

En sólo 74 minutos asistimos al acoso y derribo de dos personas normales, una pareja que está a punto de entrar en los Estados Unidos de Norteamérica, para iniciar una nueva vida, llena de esperanzas y sueños. Pero chocarán contra la burocracia estadounidense, contra las ideas preestablecidas de los policías encargados de la inmigración, que sospechan de todo y de todos.

Un guión redondo y unas soberbias interpretaciones, hacen de este film un perturbador estudio psicológico sobre la fragilidad humana, siempre a expensas de imponderables que no pueden dominar y al albur de decisiones basadas en sospechas sin confirmar, falta de empatía y abuso de poder.

Muy entretenida, no da respiro al espectador e invita a la reflexión sobre la deriva "planetaria" a las que nos abocan leyes inmisericordes faltas de humanidad.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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