Férfiakt

Sobrepasada la mitad de la vida, cuando ya todo parece establecido y determinado, algunos encuentros pueden plantear la posibilidad de un cambio, pero una reflexión sobre ese cambio produce vértigo. Eso es lo que le pasa a nuestro protagonista, deseoso de sentirse joven y seguir cambiando los rumbos de su vida, o por el contrario, seguir con el rumbo marcado, llamado rutina. Todo el tiempo que tarde en tomar la decisión será un tiempo de tormentas, internas y en su entorno familiar. Parece como si quisiera atrapar el futuro que tiene el joven con el que se ha encontrado y hacerlo suyo, en común. El guión es una disquisición sobre los sentimientos a las puertas de la madurez y más cerca de la vejez que de la juventud. Una reflexión sobre el ímpetu juvenil y la seguridad de la madurez. La realización incide en muchas situaciones cargadas de erotismo que provoca perfectamente la belleza de los dos protagonistas, uno joven y el otro maduro. No hay excesos gratuitos y eso creo que hace más atractivos los encuentros entre los dos personajes que el director sitúa en ambientes extremos como la juventud del protagonista y la madurez del otro protagonista. De todas formas las películas deben tener un fin y eso no es siempre lo más fácil de encontrar.