Infierno bajo cero

Aparte de lo que dice en su crítica "Sines Crúpulos", la película tiene un indudable valor como reportaje de la pesca de la ballena en en mares muy fríos y muestra unos preciosos paisajes con hielo que nos recuerdan la aventura de Ernest Shackleton a bordo del Endurance en el Mar de Weddell.
Por eso la película merece la pena verse y me pareció interesante, un 6 le he puesto.

Olivilla, Madrid.

...¡se convierte en tiña! El comentarista, crítico aficionado o lo que diantres sea que firma como "Sines Crupulos" y que, por cierto, se deja la tilde de la primera "u", ha demostrado a tirios y troyanos que, aparte de no entender nada sobre cine, es uno más de esos que en su día defenestraron a Alan Ladd y que, años después, lo consideran todo un mito del cine clásico. No, no tiene "crúpulos" el anteriormente citado comentarista, crítico aficionado o, simplemente, un ulceroso de estómago más que no soporta ver que un tío bajito, poco expresivo pero con una personalidad cinematográfica a toda prueba, pudiera encumbrarse hasta las más altas cimas de la fama del mundo del celuloide mundial. Es posible que no haya visto "El cuervo", ni "Shane", ni "El misterio de una desconocida", o "Reto a la muerte", o cualquier película perteneciente a una carrera de más de treinta años en los que fue considerado como el "salvador" de la Paramount y toda una estrella de Hollywood. "Infierno bajo cero" es una película de aventuras y a ratos documental perfectamente válida, entretenida y mucho mejor que las "stallonadas" actuales. Era bajito de talla, sí, pero esto no es ningún pecado. Reíse de él simplemente por este detalle (como hace "Sines Crúpulos") sí lo es. ¡Ah! Por cierto: Alan Ladd fue campeón nacional universitario de lanzamiento de jabalina aparte de destacar en deportes como waterpolo, natación de velocidad i baloncesto. ¡Baloncesto! ¡Todo una gesta pese a medir sólo 1,62 m!
Para mí, Alan Ladd merece como mínimo un respeto por toda su trayectoria en el cine. Esto... Clark Gable, John Wayne, Humphrey Bogart, etc., ¿eran actores? ¡Ah! Perdón. Eran más altos...

Alan Ladd soltando frases de tipo duro es de lo más patético que te puedes encontrar al ver una peli. Si encima le da por pelear a lo Bruce Lee, te entra la risa floja. En general, todo en él es ridículo: las poses de aventurero, el pelo tazón con flequillo al viento, el gepeto tortolito en sus arrumacos con la prota, disparando con su minibrazo... un jacobo en toda regla.

La peli va de que Alan Ladd da bofetadas de mujer a toda la peña sin venir a cuento. No es un gran argumento, ya, pero esto es lo que hay. También salen un par de focas y algún pingüino, como la prota.

Si el señor Ladd comparte plano, le colocan una gorra sin encajar en la cabeza para que las mujeres sólo le saquen palmo y medio, y cuando se queda sólo se la quitan para que veamos como le brilla el mechón dorado.

Ni rodando en cinemascope se nos escaparía a nadie que es el clásico chincheta de clase.

En resumen: una cinta de aventuras muy recomendable para que tu chica te vuelva a ver con buenos ojos.

Cinta rutinaria que sin embargo posee algunos puntos interesantes, como las escenas en la nieve y las peleas que protagoniza Alan Ladd. El malvado lo hace Stanley Baker con una eficaz actuación. Aparece un joven Edward Hardwicke a quien conocimos como el entrañable Doctor Watson en la Serie de Sherlock Holmes producida por Granada TV. Fue producida por Albert R. Broccoli, el mismo de la saga de James Bond y también Irwin Allen, famoso por algunas series de TV como Viaje al Fondo del Mar, entre otras.

Todas las películas de Alan Ladd son de aventuras. Por eso me encanta este actor, a pesar de que no era un gran intérprete y además era bajito. Era el prototipo de actor que hace el papel de héroe de aventuras, que se lleva a la chica guapa de la película y que acaba con los malos (su obra maestra es Shane).

Como digo al principio todas las películas de Ladd son de aventuras, solo que, como ocurre con casi todas las películas, mezclan diferentes géneros. A saber, western aventuras, aventuras medievales, cine negro de aventuras (por ej, Calcuta), bélicas de aventuras, terror aventuras, etc.

Queda claro que la Paramount no hacía experimentos con Alan Ladd, sabían cuál era la fórmula que funcionaba y no se complicaban (y tb era el tipo de película que le iba como anillo al dedo a este entrañable actor).

Pues bien, esta película, como comentan otras críticas anteriores a la mía, es una película de aventuras, mezclada con un crimen a bordo, para dar ese toque de intriga y romance turbulento de por medio (y tb un poco documental, es cierto) y que no sea otra película de aventuras sin más.

La película, como ocurre con todas las películas de Alan Ladd, es muy entretenida y permite pasar un buen rato de cine a espectadores que no sean excesivamente exigentes (es buen cine de palomitas de los 50).

Eso sí, la película no es recomendable para animalistas sensibleros porque se muestra la caza de ballenas en todo su esplendor, al parecer Greenpeace no andaba por ahí en los años 50. Incluso para mí, que no soy ningún animalista, me ha resultado un pelín políticamente incorrecta en ese sentido, pero hay que tener en cuenta que es una película de hace 70 años.