Operación Jacinto

En argot, la policía polaca denominaba "Jacinto" a un hombre homosexual. De ahí viene el título de esta muy interesante película, ambientada formidablemente en la Varsovia de los 80, previa a la caída del muro de Berlín.
Un joven gay aparece asesinado y la policía inicia la correspondiente investigación.
Con esta premisa se inicia este film, mezcla de thriller, denuncia social, y drama personal y colectivo en aquella Polonia anterior a la caída del comunismo que parece tan lejana, y por desgracia, tan cercana al mismo tiempo.
Una Polonia en la que la comunidad gay era vigilada, controlada, y en ocasiones perseguida, como si fuera un elemento corruptor de un régimen que ya estaba corrompido tras décadas de dictadura pro-soviética.
Un joven policía quiere esclarecer el caso y se tiene que enfrentar con las cloacas del poder, con sus divergencias con su padre, también policía, con sus crisis personales y de identidad, y todo ello enmarcado en una Varsovia gris, fría, triste y cínica, en la que las ideas, valores y sentimientos personales entran en ocasiones en conflicto con los oscuros intereses de los poderes en la sombra.

Película descarnada, dura y, a veces nihilista, con un gran final nada complaciente con el espectador, pero coherente con el desarrollo de la trama.

La recomiendo sin reservas.

Reconozco que me he puesto esta película polaca al azar, solo por la sinopsis (yo no sabía en qué consistía la llamada "Acción jacinto" y, por lo tanto, no tenía ni idea del significado del título. Desde el principio, por las actuaciones y la ambientación, iba reconociendo a una buena película de suspense. De ese suspense que te va dejando el corazón "en un puño" y te anima a seguir viéndola con interés.

Me he posicionado en esos años ochenta y no quiero ni imaginar el sufrimiento por el que pasaron esas personas en Polonia y me he dicho, ¿sólo en Polonia? No, en todos los países del Mundo y durante muchísimos años. En estos momentos, casi 40 años después, parece que hemos avanzado un poquito; pero no lo suficiente. El fascismo, determinadas religiones (más bien casi todas), regímenes antidemocráticos y una gran parte de la sociedad anclada en la intolerancia a todo lo que ellos no consideran "normal"; está amenazando, como en todas las crisis económicas y políticas, con un retroceso hacia la deshumanización.
Quizás, por estar circunstancias que vivimos, haya aparecido esta película como un recordatorio para que no volvamos a consentir la persecución y el acoso a nadie, absolutamente a nadie. Por ello, todo gobierno en cualquier país debe ser la garantía para que esos hechos deleznables no se vuelvan a producir.
Recomiendo la película y, mucho.

Con ansiedad
aprieto tus tiernas mejillas,
adorable, hermoso Jacinto.
Y beso tus ojos con agrado,
porque son mis luceros
y de mi alma, el sol.

Escasa credibilidad partiendo de donde lo hace, y la década que refleja. Suele ser bastante frecuente comportamientos actuales trasladados en el tiempo, cuando el pensamiento y las conductas eran menos libres, debiendo rodearse de un barniz hipócrita para sobrevivir.

La película se ofrece a través de un guión mediocre, aunque impetuoso, lo que no salva sus carencias que parecen a su vez, trasladarse al las interpretaciones.

Me ha gustado poco, o... NADA.

Sumario

Lo que aparentaba ser en su comienzo una versión polaca de Cruising, definitivamente no los es. Se trata de un logrado neo noir, polémico por su tema para una ficción polaca, que relata una investigación policial referida a un periodo durante el que se persiguió, maltrató, fichó y en ocasiones detuvo en forma compulsiva a miles de homosexuales y heterosexuales relacionados con ellos. Esta es otra de esas películas que recrea con fuerza ese clima de época opresivo, pero también cotidiano “tras la cortina de hierro”.


Reseña:

Durante los años 80, mientras la policía y el servicio secreto polacos llevaban adelante la Operación o Acción Jacinto, el joven detective Robert (Tomasz Zietek, con un aire de Alain Delon polaco) encara la investigación, como agente infiltrado, de un asesinato en la clandestina comunidad gay de Varsovia. A pesar de “solucionarse” rápidamente el caso por presiones de la SB (servicio de inteligencia y policía secreta polaca, en la que su propio padre es coronel), Robert insiste con llevar adelante la investigación y lo hará por más de una razón.

Lo que aparentaba ser en su comienzo una versión polaca de Cruising, definitivamente no los es. La película de Piotr Domalewski es un neo noir en el que la investigación de Robert le plantea desafíos al sistema que luego se ven potenciados por otros más personales que se van agregando. Resulta polémico para una ficción polaca relatar una investigación policial referida a un periodo durante el que se fichó en forma compulsiva a miles de homosexuales a partir de razzias en un marco de delación tan caro al estalinismo y de brutalidad policial y que dio origen a todo tipo de extorsiones. En otras palabras, la Operación Jacinto aparece como telón de fondo de la investigación y no como el eje argumental de la película. Acaso por eso, su denuncia resulta más potente ya que pinta todo un cuadro de época.

Esta es otra de esas películas que recrea con fuerza ese clima de época “tras la cortina de hierro”. La puesta en escena recurre a una fotografía y una banda sonora logradamente ochentosas y las intrigas policial y personal del detective (si bien contienen algunos elementos previsibles) están muy bien urdidas y llevadas adelante, apoyados por la solvencia actoral a la que nos tienen acostumbrados las ficciones polacas.

https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/10/24/operacion-jacinto-operation-hyacinth-hiacynt/

La comparación obligada es Cruising, ya que tiene una premisa similar, alguien está asesinando homosexuales y la policía se mete de encubierto para descubrir que está detrás, también coincide la década y que el protagonista empieza a tener una transformación interna a lo largo de la operación, aunque ahí se acaban los parecidos.
La película cuenta demasiadas historias al mismo tiempo y las une así nomás, por lo que cada una le va robando lugar a la otra y lo que empieza como un policial se convierte en una historia de amor, un drama familiar, un thriller político, etc, todo mezclado y atado con alambres.
Lo peor: lo desorganizada que resulta. También que cae en algo típico de la actualidad, hacer que los personajes tengan comportamientos y reacciones del presente incrustados en otra época. No me creo la forma en que se comporta Robert, un tipo nacido en los 50s en la Polonia comunista, encima hijo de un policía, con una educación seguramente super rígida, que tenga esos arranques y desafíos a la autoridad. Tampoco Arek que sea tan pavo, de verdad supongo que la gente después de en muchos casos haber nacido bajo un régimen dictatorial y se cuidaban más, ya desde chiquitos estaban alertas.
Lo mejor: la fotografía, y como retratan lo naturalizado que tenían todos los miembros de la burocracia judicial que los casos se cerraban no cuando se descubría el verdadero autor de un crimen, sino cuando los jefes lo decidían.