Valle prohibido

Estamos ante un atractivo y modesto film sobre una caravana de emigrantes, unos forajidos asesinos, unos rancheros violentos y un antiguo soldado nordista que tratará de ayudar y poner a salvo a los itinerantes granjeros, utilizados y engañados, de la lucha que se abre entre los malhechores y los ganaderos.

Los temas de la ambición, la traición, el desengaño y la búsqueda de la felicidad cobran importancia en este western con un enérgico ritmo narrativo, personajes de compleja psicología, ajustadas interpretaciones y una trama consistente que ofrece mucho más de lo que pretende, bien dirigido por Thomas Carr, realizador curtido en series clásicas de televisión y en películas de serie B, que hará disfrutar a todos aquellos que amen el cine sin importarles que lo primordial sea la falta de pretensiones y la sencillez de sus planteamientos, pero lleno de verdad y de emoción.

Esta era la orden que Hardy Bishop (Kelley) tenía dada a sus vaqueros cuando atisbasen una caravana de colonos que pretendía instalarse en Bishop Valley, verde valle de su entera propiedad que no desea compartir con nadie. Atormentado por la muerte de su hijo, solo encuentra consuelo en el whisky y en la venganza contra quien considera que es el culpable, que no es otro que su hermanastro Ned Bannon (McCrea). Dos hechos le harán poco a poco cambiar de opinión.
La cinta es tremendamente dinámica, en menos de hora y media vamos a ver caer a Ned junto a su caballo en una emboscada, las atenciones que recibe de unos caravaneros que por allí pasaban algo perdidos, especialmente de la bella Helen (Mayo), el enfrentamiento a puñetazo limpio con Hardy que, paradógicamente, sirve para iniciar la reconciliación (da gusto que las diferencias se resuelvan de esta forma mejor que con las pistolas o los juicios) y, finalmente, el asalto al rancho de la consabida banda de malhechores que por allí actúa.
Muchas cosas y bastante bien narradas dentro de la modestas pretensiones de la obra.
McCrea y Virginia Mayo correctos en sus papeles, no ocurre lo mismo con Kelley que poco a poco emerge y muestra una recia personalidad. Cuando por fin entiende la inocencia de Ned en la muerte de su alocado hijo, puños por medio, recapacita y escucha la sensata opinión de sus hombres de confianza. Más cuando escucha la interpelación que un niño le hace abiertamente: "¿Porqué nos odia tanto a los colonos?" Una pregunta sencilla y directa que tuerce el desenlace. Personaje complejo y rotundo este Hardy, magníficamente interpretado, que culmina su actuación preguntando desafiante: "¿Morir? ¿Yo? ¡Eso sería digno de ver!"
Desde el punto de vista sanitario asistiremos al tratamiento de varios heridos de bala con distinta suerte, siempre con el lavado de la herida y el socorrido vendaje. Más interesante es la fractura en el brazo del niño perfectamente entablillada y luego vendada para inmovilizar el cúbito y el radio.
Hay algunos discretos errores, como la salida de la caravana de Ned con "su caballo", cuando sabemos que lo habían matado unas escenas atrás. Es igual, el "Valle prohibido" es uno de tantos westerns de los años 50 muy dignos y muy poco conocidos. Una lástima.

Una bien trabada trama y un ritmo dinámico repleto de acción hacen que este western se disfrute mucho y estoy seguro que los amantes del género sabrán apreciarla a pesar de su modestia y previsibilidad en el desarrollo ya que está muy bien concebida en el sostenimiento de la tensión y la intriga, gracias a la vuelta de tuerca que, tras el manido tema del conflicto entre agricultores y ganaderos, se plantea aquí.
Es muy importante situar el momento temporal en que transcurre la acción para comprender todos los giros de la historia y que no debe situarse más allá que unos meses después de terminada la guerra Civil.
McCrea, exsoldado de la Unión (todavía viste su uniforme), regresa a casa cuando resulta herido por unos hombres que parecen ser cuatreros.
Será recogido y cuidado por una caravana de colonos granjeros confederados (también en su mayoría todavía sin haberse despojado de sus vestiduras militares), por pura caridad cristiana, aunque las heridas todavía supurantes les hagan desconfiar de él.
Este cauteloso resentimiento hará que caigan en saco roto las advertencias por parte del protagonista de que están errando el camino y de que el valle que están a punto de alcanzar, ya tiene dueño. Un ganadero con muy malas pulgas que McCrea conoce bien, prefiriendo, en cambio, creer en las golosas y apetecibles promesas de un recién incorporado líder, que afirma que esas fértiles tierras no son de nadie y pertenecen al gobierno y, por lo tanto, cualquiera que se asiente allí tiene derecho a trabajarlas.

Indudablemente hay un plan preconcebido ahí y McCrea hará lo posible por desentrañarlo, lo que no será tan sencillo, porque ninguno de los afectados por el conflicto tiene la intención de cejar en su empeño.

El argumento es sólido e intrigante aunque en seguida averiguaremos cuál es el plan. Nada de esto importa porque, tras conocerlo, nos va a preocupar, y mucho, que una nueva guerra territorial no llegue a estallar.

Esta bien conducida intriga estará repleta de justificables momentos de acción lo que la convierte en divertida, entretenida, nada del otro mundo ni que no hayamos visto mejor pero agradable y bien rematada.
Mayo se conduce como un agradable valor en la piel de una de las viajeras de la caravana y lo mismo puede decirse de los villanos, del ganadero y de los granjeros.
Rodada en Cinemascope la cinta se ve muy deteriorada lo que le resta valor al film. Pero yo la he disfrutado mucho y la considero una buena cinta, por encima del promedio de las de su clase. No estaría mal que procuraran restaurarla.

Western interesante y emotivo dirigido con gran oficio por Thomas Carr. La película presenta una trama que involucra una caravana de emigrantes, forajidos asesinos, rancheros violentos y un antiguo soldado nordista. Estos personajes se ven atrapados en una lucha entre malhechores y ganaderos en un valle dominado por Hardy Bishop, un antiguo enemigo.

Es un atractivo y modesto filme cuyos temas como la ambición, la traición, el desengaño y la búsqueda de la felicidad, cobran importancia en este western. El ritmo narrativo es enérgico, los personajes tienen complejidad psicológica y la trama es consistente. Además, es una cinta llena de verdad y emoción, a pesar de carecer de pretensiones.

Es una película dinámica de la película. En menos de hora y media, vemos caer al protagonista Ned Bannon en una emboscada, su interacción con los caravaneros y su enfrentamiento con Hardy Bishop. La obra narra muchas cosas dentro de su modestia.

Las actuaciones de Joel McCrea y Virginia Mayo son más que correctas, y el personaje de Hardy Bishop, interpretado por Barry Kelley, muestra una recia personalidad e interesantes angulaciones.

En resumen, cinta que ofrece una visión interesante de la vida en el Lejano Oeste, película que combina aventura, tensión, emoción, personajes complejos y una trama sólida.