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Los aretes de la gitana

Aventuras. Romance El oficial inglés, Ralph Denistoun (Ray Milland), está en la Alemania nazi cumpliendo una misión de espionaje cuyo objetivo es descubrir la fórmula del gas venenoso usado por Hitler. En el viaje conoce a Lydia (Marlene Dietrich), una hermosa gitana que le será de gran ayuda. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
21 de octubre de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mitchell Leisen, especialista de la comedia ligera americana, no resolvió muy acertadamente esta historia mezcla de comedia y drama bélico. Quizás, por aunar ambos géneros, Leisen dirige de manera brillante las escenas más hilarantes y se muestra incómodo en los retazos de tragedia que apuntalan la película. Una película que nos narra las vicisitudes de dos espías británicos en territorio alemán. Uno de ellos (Milland) conocerá a una gitana (Dietrich) que le ayudará a conquistar con éxito la misión encomendada.
Leisen nos ofrece, eso sí, a una Marlene Dietrich alejada de sus insulsos papeles de mujer fatal, vestida de gitana y hasta divertida y alocada. De otra parte, ese estupendo actor que es Ray Milland, se nos muestra como un buen comediante capaz de salir airoso de las situaciones más rocambolescas.
Cuidada puesta en escena y correcta fotografía en blanco y negro para un film que no es lo mejor de su autor pero que termina siendo una curiosa movie road con carro.
el chulucu
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9 de noviembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia arranca cuando en un club inglés algunos de sus socios descubren y comentan intrigados que otro socio, Ralph Denistoun, oficial del ejército por más señas, lleva los lóbulos de las orejas taladrados. Por descontado que nadie se ha atrevido a preguntarle la razón de tal anomalía. Sólo cuando uno de ellos coincide con Denistoun (Ray Milland) en un viaje en avión osa interrogarle. Y Denistoun se lo cuenta... y a nosotros, de paso.
Quizá "En las rayas de la mano" no se halle entre las mejores películas de Leisen - está muy lejos de las estupendas "Si no amaneciera", "Recuerdo de una noche" o "Mentira latente" - pero no deja de tener su interés, aunque solo sea por la suma de novedades que aporta. En primer lugar, y destacado, Marlene Dietrich muestra aquí los ojos más grandes de la historia del cine. En su improbable papel de gitana, a bordo de su carromato y dando consejos y diciendo la buenaventura a quien se le ponga por delante, no deja de tener su gracia ver a la protagonista de "El ángel azul" con la cara tintada y ataviada como se supone que irían las gitanas por la Alemania nazi. Ahora, eso sí, también se la ve tratando de cruzar el cauce de un
tumultuoso arroyo sobre un tronco de árbol calzada con zapatos de tacón. Esas famosas piernas había que realzarlas como fuera... Luego está el magnífico detalle del sarcasmo sangriento con que se trata un discurso de Hitler, transmitido por radio y escuchado devotamente por miembros de las SS a los que los ladridos de un perro furioso impide oír. La similitud fónica entre esos ladridos y el vociferante Führer no se le debe escapar al espectador atento. ¿Qué más?. Alguien ha hablado de la escasa química existente entre Ray Milland y la Dietrich, y es cierto: a través de un viaje en carromato, los dos solos, ella, enamorada y mostrándose abiertamente como gitana sumisa y orgullosa de su hombre, las escenas de pasión brillan por su ausencia, hasta el punto que uno llega a preguntarse si no habría de por medio consideraciones racistas que los mantuvieran alejados. Quizá sea más lógico atribuirlo a la falta de química, pero llama realmente la atención, más parece el viaje de un par de hermanos que el encuentro de una pareja de enamorados.
Toribio Tarifa
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4 de septiembre de 2008
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Recuerdo de una noche descubrí la filmografía de Mitchell Leisen, director más que interesante aunque un tanto olvidado. Me propuse darle un repaso a su filmografía y acabo de hacerlo con “En las rayas de la mano” (Golden Earrings), película del 47 con Marlene Dietrich y Ray Milland, dos actores “Wilder” (por decirlo de algún modo), recordemos Días sin huella ó Berlín Occidente, pero sin apenas “química” entre ellos.

Las relaciones Leisen - Billy Wilder pasaron por más fases de desencuentros que de encuentros, especialmente por el tratamiento dado por Leisen a los guiones de Wilder, quien, del mismo que Preston Sturges, llegó a dirigir sus propios guiones porque no le complacía el enfoque de Leisen. Evidentemente, todos los aficionados al cine nos congratulamos de la decisión de Billy Wilder de coger la batuta directiva, pero tampoco hay que cargar las tintas sobre Leisen, a quien considero un tanto injustamente tratado.

En las rayas de la mano no es su mejor trabajo. Eso está claro. El flashback resta suspense a una historia muy predecible y un tanto descafeinada que va languideciendo por momentos sin que ni siquiera Marlene Dietrich en su papel de zíngara consiga avivar. Una cierta tensión en el punto culminante de la misión y poco más. ¿Culpa de Leisen? No lo creo. Aquel Recuerdo de una noche me dejó muy buenos recuerdos. Seguiremos informando...
FATHER CAPRIO
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2 de septiembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disfrutable film del simpar Mitchell Leisen, que supo llevar a muy buen puerto un más que rocambolesco guión de Frank Butler y Hen Deutsch.
Y lo logró por unir en perfecta simbiosis la intriga, la acción, con el humor y el romanticismo más puro.
Muy entretenida, deja un excelente sabor de boca gracias a un brillante guión lleno de buenos diálogos y situaciones felices que hacen reír un par de veces y unas cuantas más sonreír.
La primera parte, por así decir, resulta simpática y divertida, con las cuitas de los entrañables personajes estupendamente encarnados por un Ray Milland más jocoso que nunca y una Marlene Dietrich que pocas veces estuvo más bella en la pantalla.
El último tercio, empero, se centra más en la intriga y el suspense, todo ello narrado con un perfecto ritmo donde no hay nada que sobre.
Pero, en líneas generales, se trata de una excelente película, quizás no muy rigurosa ni por supuesto creíble, pero sí amena e imperecedera.
Sigue gustando mucho pese a los años transcurridos, por lo que muy bien se le podría considerar un (pequeño) clásico.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Baraka1958
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25 de septiembre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La adaptación de la novela “Golden Earrings” (1946), que la escritora húngara, Jolán Földes, publicara primero en Inglaterra, a donde se había asilado huyendo de los nazis durante la II Guerra Mundial, fue el primer compromiso que lograra en Hollywood el, por entonces, novel guionista (y luego director) Abraham Polonsky. Sin embargo, otro guion suyo (en solitario) se rodaba simultáneamente en The Enterprises Studios y “Body and Soul” -como se tituló esta segunda película- se estrenó una semana antes y fue un gran éxito que también sirvió de soporte a “EN LAS RAYAS DE LA MANO”, una película menor que Polonsky escribiera junto a Frank Butler y Helen Deutsch.

Aunque la dirige el acreditado, Mitchell Leisen, Polonsky no quedó nada a gusto con este trabajo, pues, además de sentir que, mucho de lo por él aportado se modificó o se dejó de lado, el resultado del filme tampoco es como para dejar muy contento a nadie. ¿Por qué?

El lado positivo de la historia -mérito de la novelista, aquí acreditada como Yolanda Foldes-, radica en su decidida reivindicación de esa minoría racial conocida como los gitanos, quienes durante el auge del nazismo fueron tratados como parias: perseguidos, maltratados, arrinconados, y muchos de ellos, asesinados.

En esta aventura, donde, un coronel inglés, consigue escapar de una prisión alemana dispuesto a cumplir con una difícil tarea que evitará muchas muertes (apoderarse de la fórmula mediante la cual se fabrica el gas con el que se extermina a los judíos), precisamente, una vivaracha gitana, hará llevadera su difícil tarea, brindándole amor, al tiempo que será su soporte y su brazo derecho para salvar los obstáculos que se avendrán en el camino.

Pero, también aquí, se presenta el eslabón más débil de la aventura, pues, Marlene Dietrich, trajeada y maquillada como una gitana, en nada resulta atractiva y más parece sacada de un austero circo… y Ray Milland, por su parte, luce como un seudo coronel al que le falta virilidad, arrojo y pinta de seductor. En su largo recorrido, insulso y muy poco emotivo, el cuento adquiere pinta de comedia con muy poca sal… y no pude evitar recordar las tontas, “Road to…” que protagonizaban, Bob Hope y Dorothy Lamour, porque ¡ni más ni menos!

Sólo cuando el filme adquiere su tono dramático ante cada presencia de los nazis, el río vuelve a su cauce y se alcanza a alentar una esperanza que, lamentablemente, no tarda en desvanecerse. ¿Fue Leisen, los guionistas que revisaron la historia o el productor ejecutivo el que cambió las cosas para aligerarles su peso ideológico? No lo sabemos con certeza, pero, por fortuna, Abraham Polonsky triunfó rotundamente con su magistral guion para “Body and Soul”, y esto abriría la puerta para que, al año siguiente, pudiese además dirigir su siguiente trabajo: “Force of Evil”.

Mención para la brillante interpretación que logra la Dietrich de la cítara, instrumento que apenas aprendió a tocar en sus descansos de rodaje.

Título para Latinoamérica: LOS ARETES DE LA GITANA
Luis Guillermo Cardona
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