Por mucho que una persona vaya a las salas de cine a ver esta película totalmente mentalizado de lo que se va a encontrar, eso no es suficiente para sentir una gran y terrible ira cuando descubre que es mucho peor de lo que se esperaba. Básicamente, se puede ver en casa sin la necesidad de perder 131 minutos de la vida de uno en una sala oscura llena de gente haciendo ruido con sus palomitas.

La película no solo hace aguas en sí misma por su intrínseco argumento, sino por el sinfín de incoherencias, topicazos y casualidades que se van sucediendo en el guión y que hasta un niño de 3 años sabría reconocer (spoiler).

Por otro lado, los efectos especiales son del montón, llegando a parecer más un intento de copia de Transformers (ya desde el tráiler se intuye) con un toque de trajes de Ironman, que otra cosa. Principalmente porque hay películas del género que aún siendo pobres en su argumento o en su elenco de actores, consiguen sorprender en el apartado visual, cosa que Battleship no logra.

Lo único destacable, motivo por el que le pongo un 4 y no un 1, son los pequeños detalles bien conseguidos que la verdad es que se agradecen; leáse, la secuencia en la que 'juegan' a hundir la flota, bien en cuanto a continuidad, en cuanto a FX de maquillaje, y poco más.

Ah y por cierto, ¿Rihanna por qué y para qué en el reparto?

En conclusión, ni los efectos especiales ni los pequeños detalles salvan a esta película de un resultado pésimo, así que no se dejen arrastar a las salas de cine.

Cuando ser director se lleva en la sangre, se sacan recursos de hasta cuando no se tienen recursos.

Nuestro querido Kim -un director de indudable calidad y fama mundial- se ha encontrado durante los últimos 3 años en una espiral sin salida tras cierto incidente en el rodaje de Dream. Se internó por voluntad propia en un escondrijo perdido en la montaña y de sus reflexiones sale esta pieza que él mismo califica como drama y no como documental. En ella podemos ver un Kim que se interroga a sí mismo en busca de respuestas, de soluciones, intentando dilucidar qué hacer con su futuro como director.
Es apasionante ver cómo está deseando y necesitando preparar ya un rodaje y, sin embargo, rehusa de ese pensamiento cuando el miedo y algunas experiencias previas (nos habla del "amiguismo" del cine, los intereses y las traiciones que se sufren cuando se tiene fama mundial) lo invaden, llegando incluso a decirse a sí mismo que quizás ya no valga para dedicarse a esto. Y todo aderezado con un poco de sus otras facetas sobre todo como pintor pero también como escritor; como persona más humana de lo que podríamos llegar a pensar, y preocupado por el hecho de que alguien sufra una desventura derivada de sus ganas de filmar.

No parece ser esta una de esas películas que solo tiene grandes admiradores o fuertes detractores, sin embargo, más allá del guión o la técnica, a pesar de que el propio Kim no parece llegar a una solución, nos encontramos antes una pieza realmente interesante y recomendable a todo cinéfilo.

Esperemos que este gran director esté en el camino del resurgir y pronto vuelva a deleitarnos con otra de sus maravillosas obras.

Finalmente, lo esperado respecto a este film se cumple: se parece tremendamente a otra película de su mismo género, "Sin compromiso". A pesar de las previsiones de otra comedia romántica, con el mismo guión, las mismas escenas y un parecido desenlace, la sala estaba bastante llena.

Entonces, esta película no se libra de tener tópicos y estereotipos poco originales. Sin embargo, "Con derecho a roce" respecto a su homóloga, destaca en ciertos aspectos.
- Para empezar, divierte y hace reír, aspecto de entrada importante y valorable si lo que se busca es pasar un buen rato.
- Los actores consiguen empatizar en un alto nivel (tanto por el feeling entre ambos como por los personajes en sí).
- Aunque puede ser bastante predecible, no lo es tanto como otras comedias románticas.
- Tiene ciertos puntos cómicos que en su conjunto son originales.

Pero personalmente, lo más importante, es el cuentecillo que se deja entrever en la historia. Ese ápice de clase de ética que habla sobre cómo a veces al ser humano complica -queriendo o sin querer- sus relaciones. Pero esa es nuestra naturaleza, el querer lo que no se tiene, el rechazar lo que se posee, el constante inconformismo o la permanente indecisión. Es por ello que, a pesar de tópicos y 'previsibilidades', no es un film de rápido olvido al salir de la sala. Es por ello que le pongo un 7.

Seguramente no haya ninguna lección moral, quizás sean invenciones mías. Pero es que así me enseñaron a ver cine.

He aquí una de esas películas que, viéndola junto a otra en la cartelera, no resulta ser la primera elección a la hora de elegir en la taquilla del cine. Sin embargo, aún sin haber leído críticas, artículos o comentarios, decido ir a verla y... qué gran sorpresa!

No recuerdo cuánto hacía que no pasaba tanta tensión continuada en una sala de cine. La película no decae en ningún momento, y ese es su punto fuerte. La intriga mantiene al espectador en todo momento queriendo que pase otro minuto más de metraje para saber cuál será el siguiente suceso, cuál será la siguiente idea del guionista o el siguiente movimiento de cámara del director. Incluso al final, puede que alguien se quede con ganas de más.

Y no sólo eso: el film está planteando un trasfondo moral, ético, psíquico... brutal sobre la naturaleza y la sin razón -en numerosas ocasiones- del ser humano. De manera que, durante la película, la intriga mantiene el interés, pero una vez acabada, es la moraleja la que permanece retumbando en la cabeza del espectador.

El único contra, los actores protagonistas elegidos. El personaje masculino no consigue encandilar tanto como los femeninos, y en ese sentido, no empatiza tanto con el espectador (aparte de que el hecho de haberlo visto en la película "Primos" provoca que no se deje de tener presente su interpretación cómica). Y por otro lado, Clara Lago no consigue dar el perfil femenino de su personaje, de manera que al final vemos a una "adolescente" en el papel de mujer madura.

Sin contar con estos detalles, es una gran película que sin duda recomiendo ir a ver en la gran pantalla.

La realidad... es que esta película, como comedia romántica que es, está llena de tópicos, de estereotipos, de sinrazones ya muy gastadas. Narrativamente hablando, intenta sorprender al espectador con algunos puntos de trama diríamos... ¿novedosos?, pero todo queda en eso, en un vano intento. Al final, la película se convierte en algo predecible, plano.

La realidad... es que, aún así, la sala estaba bastante llena (y yo dentro de ella, aunque no por propia elección); llena de gente que sin duda habían ido no a ver una película, sino a pasar un rato con los amigos como si estuvieran en un bar. Pagar para estar en un sitio cerrado y oscuro para charlar un rato se convierte en algo tan absurdo como los propios gags de la película.

La realidad... es que a pesar de todo ello, siempre se puede sacar algún aprendizaje, tanto si es 'no vuelvo a pagar para ver una comedia romántica', como si es 'ya que he pagado, voy a sacarle el lado positivo'. En ese caso, y si el tratamiento de la película fuese otro bastante distinto, la temática no estaría mal elegida: andamos por la vida siempre buscando algo y cuando lo encontramos nos asusta de tal manera que somos capaces de huir o de rechazarlo por no afrontar la realidad; cuando vemos que lo perdemos, entonces queremos recapacitar y quizás sea demasiado tarde. Sintiendo o no esa sensación, es un constante nudo en el estómago y una eterna duda en la cabeza...

...porque la realidad del ser humano no hay quien la entienda.