Esta película de Mario Bava se adentra en lo más profundo de nuestra mente, es decir, entra en la psique humana para construir un relato sobre el miedo, para encarnar al miedo, en esta ocasión en el fantasma de una niña pequeña, Melissa. Mario Bava establece las relaciones entre un miedo subconsciente y la imposibilidad de superarlo, en muchas ocasiones por nuestras propias creencias limitantes, como sucede en el caso de la religión, por poner un ejemplo.
Más allá, eso desde luego, de este discurso sobre el miedo, Bava juega con una gran sensibilidad estética en la construcción de atmósferas sobrenaturales que meten al espectador en el mundo que él desea con deleite.

'Signs' es una película que tiene un alma, es la clase de película que unos cuántos adoran y otros muchos desprecian (por su falta de alma). Joaquín Phoenix está sobresaliente, y Mel Gibson hacen una gran interpretación. El guión da siempre en el clavo en los diálogos; los personajes están perfectamente estudiados puesto que ellos mismos cumplen el objetivo de ser 'señales' en sí mismos, al igual que el lenguaje visual trufado de más 'señales' gracias a una estupenda fotografía. La película no pretende, y ahí encuentra su capacidad de emocionar.

Una fantasía sensorial, una dirección de arte y producción prodigiosas dónde el gusto por lo artesanal trasciende a cualquier superproducción mediocre. La mezcla de tantos cuentos que se agitan dentro de una narrativa perfecta, trufada de desorientaciones y enigmas. Como revelar el alma, como poner un espejo a los sueños, unir el aquí y el más allá para finalmente TRANSMUTAR.

Una cinta que genera tanta controversia, desde puntuaciones con una nota de 1 hasta puntaciones con un 10, dice mucho de la película en sí. Este film es uno de esos que no deja indeferente a nadie, seguramente conquista con facilidad a los amantes del humor absurdo, los vampiros, Eddie Murphy y la mezcla de subgéneros. A nivel personal me siento amante de todo esto por tanto considero esta película una gran aportación a todo lo mencionado.

Si la película no se hubiera apoyado y promocionado gracias a la primera, es decir, si este concepto de película hubiera sido algo independiente del primer film habría tenido mucho más sentido y se le podría juzgar dignamente. Tras firmar una de las mejores películas de la historia del terror, Tobe Hooper hace esta secuela en la que demuestra su calidad como director pero su penosa decisión de querer aprovechar la notoriedad de la primera para ganar la atención del público, cuando realmente, no había ninguna necesidad.