Lo mejor de la película: los decorados, el atrezzo, la ambientación (quizás se pasan un poco con las telarañas) y la banda sonora. Todo ello intrínsecamente gótico, destacan hasta tal punto que pudiera pensarse que el guión es una mera excusa para disfrutar de una película de terror como las de antes, dónde sólo faltan que los fantasmas arrastren cadenas. No obstante, si bien la idea base no es mala, está completamente desaprovechada. Los diálogos son repetitivos, carentes de ingenio y originalidad, poco eficaces a la sugerencia y desde el principio se ve venir la trama entera como un tsunami. La dirección es pésima. Lidia Bosch, sobre actuada unas veces, otras no llega, y el personaje, apenas construido con esbozos es difícilmente creíble; tan poco creíble como todas las circunstancias que "imposibilitan" la resolución de la trama desde el primer momento. NO obstante, si echáis de menos los entornos góticos, es mejor que el parque de atracciones. Perderos en los detalles del decorado y se os pasará la cinta volando.

Puede que el argumento adolezca de una carencia de fundamento notable, sí. Que sea más simple que las palomitas que nos comemos al ver la película, sí. También. Pero aquellos que nos debemos a los ambientes de la fantasía cercana al goth quizás encontremos otro tipo de placer en esta cinta: la de mirar. A lo largo de la película, y con una banda sonora que acompaña con mérito un film que es mitad videoclip, mitad intro de videojuego, se van recorriendo diversos ambientes en los que el aspecto visual se encuentra más que logrado: revisión del "dark" años cuarenta, -muy de moda en estos tiempos-, seguido de escenificaciones Lolita en clave de fantasía Manga; continúa con una más que espectacular ópera bélica con zombies movilizados a vapor y mezcla el "steampunk" con el "Diesel Punk" para enlazar con la "Fantasía heróica", ( llena de los orcos más granados de Mordor) y terminar con una historia al más puro estilo estético "Final Fantasy". Entre todo, ambiente burlesque heredero del refinado "Moulin Rouge" y final con retorno al principio. Sin querer desvelar nada de la trama,( no sea que por exigua nos quedemos sin ella), creo que todos los amantes de los citados géneros pueden pasar un buen rato disfrutando de una estética purista, música adecuada y un drama que sólo sirve de plataforma para el espectáculo.
Lamento si los espectadores masculinos esperaban hallar escenas de bailes sugerentes, y prostitutas adolescentes enseñando carne. No es lo que vais a encontrar. Encontrareis poco que ver y mucho que imaginar bajo los bodies con estética corsetera de las bailarinas. Lo siento chicos; esta película parece escrita por mujeres adictas a la fantasía y no por hombres. Lo más notable de la argumentación es el enaltecimiento de la cooperación entre féminas y la amistad surgida en los ambientes más improbables. Aún con todo lo poco creíble que es el argumento, sugiero acudir a ella con la espectación con que veríamos un musical. Así nadie saldrá defraudado.
Yo la disfruté.

No sé si es por mi particular aficción a la manera de contar de los ingleses, o porque la película en sí, cuenta lo que debe contar, pero creo que en esta ocasión la miniserie supera ampliamente a la película para la gran pantalla que se rodaría a continuación, un año más tarde.
Lenta al principio pero bien llevada, cuando arranca, la trama se enreda con acierto en las viscisitudes del personaje y su capacidad para salir adelante. Maneja de un modo claro e impactante los puntos de giro, los picos de tensión y consigue hacer algo verdaderamente meritorio con lo que podría haber pasado por un simple biopic.

Decepcionante como poco, la pelicula se centra demasiado en los aspectos menos interesantes de la historia, revelando a Coco como un tópico del femenino rebelde desde un punto de vista muy superficial que se queda en el personaje de papel couche. Lenta, sin cambios de ritmo ni puntos de giro que den sorpresas, es todo medianamente esperado. Lo único que se salva, y más por la belleza y el montaje de sus planos que por ninguna otra cosa, es la secuencia final.

Comienza como una película más de suspense, aparentemente descabellada. Un pueblo de la América profunda perdido entre las montañas, ambiente frío, niños que desaparecen y una madre obstinada hasta la estupidez en recuperar a su hijo. Hasta aquí os suena ¿verdad? Lo hemos visto mil veces. Hay infinitos argumentos parecidos. Pues que no os suene. La historia trae más de una vuelta de tuerca y lejos de ser el típico thriller de bajo presupuesto, plantea una disyuntiva moral y un buen cuestionamiento social. En suma, la traca del comienzo no es sino un arranque más o menos conocido, para no asustar al espectador con una dosis alta de cuestionamiento del sistema, y engancharlo a la trama con suspense, acción, y dosis graduales de ambientación neblinosa. Un queso que todos conocemos, y que nos comemos con gusto. Pero si quieres apreciar este filme en lo que vale tendrás que plantearte tus más firmes convicciones sobre si la sociedad en que vivimos es, como dicen muchos, "la alternativa menos mala", o si acaso la pobreza y la precariedad pueden a veces aportar más humanidad pese a la brutalidad de la ignorancia, que el cuadro del éxito económico que nos venden. No es una apología de la indigencia, tan solo pone en el punto de mira la pregunta.
El disparo lo haces tú.