Crítica a una sociedad infame, donde impera alimentar las emociones más primarias del ser humano: el morbo, el escándalo, la miseria y el drama, que son, por supuesto, ajenos. Ser espectador de un mundo hostil y peligroso desde la seguridad de tu propio hogar... O no. Puesto que es eso precisamente lo que se pretende recalcar, que si existe semejante nivel de violencia en las calles, cualquier día te puede tocar a ti ser el dudoso protagonista de cualquiera de esas grabaciones que cada día horrorizan a una sociedad decadente que toma su desayuno tranquilamente frente a su televisor con la intención de "informarse".

Película francamente desagradable, no por lo que se ve, sino porque nos confirma que la sensación de que vivimos en una sociedad enfermiza, decadente e hipócrita, deshumanizada... es real.

Lo peor que he visto hasta esta fecha. Es irritante hasta la náusea. Con un hilo argumental tan hueco que hace eco el mismísimo silencio. No es comedia, no es drama, no es nada, es una hora y media que puedes arrepentirte, os lo aseguro, de haber pasado visionando semejante despropósito.

Esta película es maravillosa. Simplemente te hace sentir humano y real, quizá, parte de una realidad que creías ya no existía. Un reparto fascinante, que, sin estridencias, consigue transmitir la mejor idea de todas: uníos y venceréis. Pura poesía, pura delicia. No os la perdáis.

El sonido es realmente aborrecible. Si al ruido del ambiente, mayormente tráfico, le sumamos la reverberación natural de una sala, diálogos de sobremesa que se pisan unos a otros, cortes y saltos de lo más sorpresivos y a destiempo y frases repetitivas (porque el elenco estaba ya demasiado mayor o es que directamente no tenían nada que decir) propias de un diálogo de besugos, tenemos esta abominación de hora y media que pretende rendir culto a la figura icónica de Sara Montiel. Sara aparece a ratos, no se sabe si borracha, si drogada o vete tú a saber qué, pues su ritmo del habla es tan lento, monótono y pausado que exaspera, aunque en otros momentos se la puede ver ágil y vivaz. Un auténtico despropósito. Encima, para colmo de males, en los créditos de la ficha no aparece Sandra Almodóvar... muy mal, FilmAffinity, MUY MAL...

Los franceses tienen un gran problema con el cine: han olvidado cómo hacer películas. Hicieron algunas cosas bien, pero con el paso de las décadas lo único que consiguen es un producto lineal, poco (o nada interesante) y aburrido.

Esta película podría pasar por ser algo aceptable (si el gusto a refrito no te empacha) si la hubieran hecho los estadounidenses, algo guay si la hubieran hecho los italianos, o algo molón si la hubiera hecho Balagueró.